Historia de los monumentos románicos de Estella. La carta de fundación de Estella en 1090 dice que aquél era "un lugar sano", pero el verdadero objeto de la fundación fue la seguridad de la ruta de los peregrinos de Santiago. Se establecieron desde el principio, pues, las fortalezas de Zaratambor, Belmecher y la Atalaya. Las primeras menciones históricas mencionan ya a San Pedro de Lizarra o de Izarra. Sancho Ramírez, fundador de la "villa quae vocantur Lizarrara", estaba muy ligado al monasterio de San Juan de la Peña, cuyos monjes obtuvieron en principio beneficios sobre estas iglesias. El monasterio de Zarapuz también dependía de San Juan de la Peña. A la derecha del Ega se elevaba el Hospital de San Lázaro, construcción del siglo XII, según reza la inscripción del tímpano atribuido al maestro Adalberto, hoy en el Museo de Navarra en Pamplona. A la derecha del actual, el puente de la prisión, de un sólo arco, unía los dos lados del Ega; fue destruido en las guerras civiles del siglo XIX. Al otro lado del río, el convento de Santo Domingo. Allí mismo estuvo la Sinagoga de Estella, que el 24 de agosto de 1145 fue cedida por García el Restaurador a la catedral de Pamplona.
Fue reformada en románico y posteriormente restaurada durante el renacimiento en el estilo dominante. Pasando el citado puente de la prisión se entraba en la famosa RUA de los Peregrinos, que también se llamó sucesivamente de San Martín y de San Nicolás, de donde viene el nombre de la puerta correspondiente. No queda nada de la antigua iglesia de San Nicolás. Desde aquí, el camino seguía para Iratxe y la Virgen de Rocamador. En la RUA se construyeron las grandes iglesias ya desde los tiempos del primitivo poblamiento de libres burgueses. El Santo Sepulcro, que fue primitiva iglesia románica, pero cuya nota dominante hoy es su estupendo portal gótico. San Pedro de la Rúa, exteriormente semejante a una fortaleza, y San Nicolás. También estaba la casa de San Martín, lugar de reunión de los burgueses, y enfrente el edificio hasta hoy llamado Palacio Real, sin que se sepa si la denominación es correcta. A mediados del siglo XII estas iglesias estaban sujetas al monasterio de San Juan de la Peña pero sus diezmos eran objeto de constantes pleitos.
En 1147 hubo un acuerdo entre D. Lope, obispo de Pamplona, y D. Juan, abad de la Peña, pero no se resolvió nada de forma definitiva, y todavía en 1254 D. Pedro, obispo de Pamplona, encargaba a sus canónigos Raimundo de Estella y Juan el Hospitalario, tomar posesión de la iglesia y diezmos de San Pedro de la Rúa, San Miguel, San Nicolás y el Santo Sepulcro para el obispado de Pamplona. En 1187 el rey Sancho el Sabio cita por primera vez la iglesia de San Miguel, situada al otro lado del río, con motivo del acta de poblamiento correspondiente a esta parte o barrio. Por otra acta, Sancho el Sabio fundó también el barrio del Arenal, alrededor de la hoy desaparecida iglesia del Salvador. También fue debida a este rey la fundación de la iglesia de San Juan Bautista, en la actual plaza de los Fueros. Pertenecía en principio a los monjes de Iratxe, y con sus tres naves recordaba inmediatamente al monasterio. Agrandada en el período gótico y renacimiento, lo más importante hoy día es su portada norte, de concepción muy simple, con cuatro arcos de medio punto y diversos motivos y molduras en la arquivolta.
Columnas altas, tres a cada lado, y capiteles enteramente decorados con tema vegetal. Bóvedas interiores nervadas en gótico y ábside también nervado y apuntado, enteramente cubierto por un retablo de estilo renacentista castellanizante, atribuido a aquel Pierres Picart, natural de Alsasua, a quien también se atribuyen otros retablos en Navarra y la fachada de la Universidad de Oñate. Estas iglesias fueron para las divisiones de los burgueses de Estella lo que las antiguas de Pamplona para sus Burgos, separándose primero los burgueses del Arenal. Posteriormente las luchas tomaron cuerpo entre los de la Cofradía de los Sesenta y los de la Virgen del Puy, y algo más tarde se citan las luchas de las familias rivales de los Ponce y los de Learza. Las iglesias fueron también origen de mercados, como el de San Miguel, autorizado por Teobaldo I en 1236. Con el tiempo se llegó a realizar una feria anual por San Miguel, autorizada pocos años más tarde por el mismo rey. Las peregrinaciones, que empezaron en la época románica temprana, alcanzaron su apogeo en la gótica y eran aún importantes durante el renacimiento, hecho que determina que los tres estilos se hallen bien representados en Estella, aunque algunas veces es causa de que edificios construidos en una época se deformen en las posteriores. San Pedro de la Rúa y San Miguel conservan su claustro y su portal norte, sin que se pueda datar exactamente su construcción. En estos años, a caballo entre los siglos XII y XIII se hace notar la influencia castellanizante llamada "arte del camino", mientras que el palacio real acusa más bien la influencia contraria, del "románico internacional", que progresaba en sentido inverso.