Kontzeptua

ETA - Euskadi ta Askatasuna (2002ko bertsioa)

Pero este activismo desenfrenado no sólo produce frutos de esterilidad de la labor política. En aquellos momentos ocurre además otra circunstancia que conviene señalar. Adoptando la acertada frase del P. Larzábal puede decirse que penetramos en la "fase clerical" de ETA. Esta abarca de 1967 a 1972. Se trata de una generación entera surgida del estallido de los seminarios. Cuando las puertas de estos establecimientos se abrieron, las dos organizaciones jóvenes, ETA y ELA -la primera principalmente- apenas pudieron hacer frente a la oleada de exclaustrados que ingresaron en ellas, imbuidos de lectura místico-teológica y traspasados de una sed de absoluto que torció el rumbo de ambos movimientos.

La inquietud intelectual y psíquica de estos sacerdotes y seminaristas secularizados -los seminarios vascos se vacían en media docena de años- unido a la necesidad de reciclar la cultura y preparación recibidas en el seminario, poco apta para la demanda tanto social como de puestos de trabajo, hace que muchos de ellos marchen a París y Bruselas a estudiar, por lo general, Ciencias Políticas y Sociología. Esta gente, indudablemente valiosa, pero afectada de un brutal shock psico-religioso, ingresará sin mediar transición en las organizaciones políticas marcándolas con un sello peculiar.

Y en ETA, esta huella es profundamente visible; su misticismo refuerza la posición trostkysta del grupo de militantes que en agosto de 1970 celebra la VI Asamblea y cuyo nombre genérico y popular será el de sextas en contraposición a quintas.

Los sextas, mayoritarios, adoptarán una fórmula entre mesiánica y universalista y acabarán por adscribirse a la Liga Comunista Revolucionaria operante en todo el estado (1972), menos un pequeño grupo minoritario (los minos).

En este período, 1970-1971, hay un apogeo de la Sexta ya que los quinteros o se hallan en la cárcel o se dispersan: Echave, tras doce años de militancia, abandona la organización; Arregui, Madariaga, Krutwig y López Adán "Beltza" marchan a Burdeos, Italia, Argelia, París, Bruselas, etc.; Zumalde Romero "El Cabra" se separa, junto con sus adeptos, constituyendo un grupo autónomo: los cabras. La ruptura de 1970 no deja de dar que hablar:

Echave: Es más. Cuando en 1969 llegó la ruptura más sonada con Eskubi y todos éstos, ellos mismos me propusieron seguir su línea, lo que me permitió desenmascararles. Pero si me lo propusieron fue porque creyeron que yo podría apoyarles. "La idea de nacionalismo está completamente desfasada, hay que hacer de ETA una organización de clase en exclusiva. Y esto hay que hacerlo poco a poco". Contesté que ya lo pensaría. Cuando volvieron a proponérmelo, les contesté que no. Estaba cercana la celebración de la VI Asamblea. En aquellos momentos estábamos elegidos por la V seis individuos con derecho a elegir otros tres. Estábamos pues, López Adán, Edur Arregi, Madariaga, Krutwig, Eskubi, que había pasado al otro lado, como ya he dicho antes, para contrarrestar la influencia del otro grupo, cayó por sus contactos y su misma evolución dentro de esta misma influencia. Pregunté si estaban todos avisados. Me dijeron que sí. Pero ante mi sorpresa y puesto al habla con Arregui me di cuenta de que no sabían nada de su celebración. Lo que querían en realidad era mi presencia con dos o tres militantes de mi tendencia, mientras ellos traían 35, legalizar así la Asamblea y después "democráticamente" imponer su tendencia. Ante todo esto, la declaré ilegal puesto que yo seguía con la legalidad de la V, pero ellos, a pesar de todo, la celebraron. Ellos nos expulsaron a nosotros y nosotros les expulsamos a ellos por maniobreros. En fin, hubo cosas muy sucias, por ejemplo, en relación con nuestros compañeros del Proceso de Burgos. Pero a pesar de todo ya se vio que el auténtico espíritu de ETA estaba con nosotros. ETA V Asamblea siguió su camino. Además el tiempo nos ha dado la razón. ¿Dónde está hoy la VI Asamblea?
[Echave en Loc. cit., p. 12].

Krutwig señala más nombres:

ETA VI es una maniobra clásica del Partido Comunista de España. Yo entonces estaba en Roma y vinieron unos amigos a contarme lo que había. Es una infiltración más o menos hecha por Escubi. Escubi que siempre tenia interés de pequeño fuhrer, se situó al principio junto a Etxebarrieta pero cuando mataron a Etxebarrieta, que debía haber salido del País Vasco fuera, pero que por culpa de él se quedó dentro, éste se cogió al lado un comunista infiltrado. En medio de las caídas anteriores al Proceso de Burgos y callándose un poquitin, Escubi desconectaba a la gente de ETA porque no iba a visitarles, y en cambio creaba secciones de ETA con miembros del PC. Como ETA ya tenía un nombre, el PC pensó que era muy importante atraerla para sí. Y quiso aprovecharse del Proceso de Burgos, para lograrlo. Entonces yo le escribí una carta a Echave poniéndole a caer de un burro y diciéndole que era necesario expulsar a esta gente. Se hizo un escrito en el que apareció mi nombre y al final se les expulsó. Para ver hasta qué punto estaban ya claras las cosas, baste decir que en la Revista Novo Mondo, salieron las conclusiones de la VI Asamblea, por las que ETA dejaba de ser un movimiento nacionalista para convertirse en un movimiento progresista marxista-leninista, antes de que esta Asamblea hubiera tenido lugar. También en aquella época, un amigo mío, canario, había mandado un informe al periódico del PCI "Unitá". El PCI no publicó nada. Quince días después empezó a publicarlo todo. Pero ¿qué había pasado en estos quince días? Que se había recibido una notificación del PCE diciendo que ETA era ya cosa suya. En principio había una rama vasquista, y otra que quería vender a ETA al PCE que luego, al final, fue troskista, pero que al principio era cosa del PC. Por cierto que Carrillo, en uno de sus libros, ya dice, que había propuesto el que ETA se integrase en el PC de Euskadi. Cuando la cosa fracasó ya entre ellos, vinieron las desavenencias, parte siguieron dentro del PC, parte que habían hecho carantoñas con ellos, se orientaron al troskismo. En el ala vasquista había tendencias, pero en lo que había unidad era en mantener los ideales de la V Asamblea, es decir, en lograr un movimiento nacionalista revolucionario vasco, no españolista. Había que luchar por la identidad nacional y una vez que se logre esto, se intentará establecer un régimen progresista. Los otros decían que no, que había que renunciar a la lucha de liberación nacional, para aliarse con la clase obrera española, y entonces ésta, magnánimamente, preciosamente, por todo lo que hemos ayudado para liberar España, quizá nos conceda lo que queremos. Nuestra lucha no puede ser más que como la entendiamos, porque si en el País Vasco, la gente apoya la causa vasca, es porque es vasca.
[ Krutwig] "Punto y Hora" 16-31 enero 1977.

"En ETA -explicaba el "Zutik" n.° 53, p. 2- se ha producido en los últimos tiempos una ruptura, un corte: el corte con la ideología nacionalista y con manifestaciones de dicha ideología en la práctica política". "Por eso decimos que no se trata de un paso más en una evolución ininterrumpida, sino literalmente de un corte: la ruptura de ETA con el nacionalismo".