Kontzeptua

ETA - Euskadi ta Askatasuna (2002ko bertsioa)

El vacío creado en la organización debido a esta primera escisión trata entonces de ser suplido por acciones: voladuras, atracos, robo de armas y explosivos, sabotajes, etc. En un control establecido en las cercanías de Tolosa, Xabier Echevarrieta dispara mortalmente sobre un guardia civil de tráfico (Pardines) siendo alcanzado y muerto a tiros a continuación, él mismo, el 7 de junio de 1968. Su compañero, Iñaki Sarasqueta, huye aunque es atrapado al día siguiente en la iglesia de Régil. Es la primera vez que ETA emplea las armas y es la primera vez que uno de sus miembros muere a manos de la policía. A partir de este momento inicia la espiral violenta su trayectoria imparable. A la muerte de Echevarrieta contesta la organización con la del célebre inspector Melitón Manzanas, esta vez a sangre fría (2 de agosto).

El estado de excepción subsiguiente envía a prisión indiscriminada a militantes de todos los grupos políticos que operan en la clandestinidad pero, sobre todo, a elementos más o menos caracterizados de ETA. Se inaugura también la política de los destierros de abogados y simples sospechosos y se retiran cientos de pasaportes. La redada sigue durante 1969, en especial en abril de este año, mes en el que caen tanto en Mogrovejo (Santander) como en Artecalle de Bilbao las principales cabezas de la organización (Mario Onaindia, Enrique Guesalaga, Josu Abrisqueta, Víctor Arana, Eduardo Uriarte, Jone Dorronsoro, Jon Echave, etc.). Engrosan las filas del exilio cerca de 200 personas, entre ellas Escubi. Todo trabajo propiamente político y aun el meramente intelectual queda paralizado en la clandestinidad por la inseguridad ciudadana y el éxodo de bibliotecas, material de trabajo, grupos de formación sean del signo que sean.

El 9 de abril de este mismo año muere también, según la prensa a manos de ETA, el taxista Fermín Monasterio, acarreando la persecución del supuesto autor la detención de varios miembros del clero.