Kontzeptua

Comercio (1978ko bertsioa)

Comercio marítimo vasco en la Edad Media. El Fuero de San Sebastián. Probablemente fueron los normandos, que invadieron en el s. IV lo que hoy es el suroeste de Francia, quienes iniciaron a los vascos en el arte de la navegación. Los invasores se asentaron en Bayona, que llegó pronto a ser una población importante. Como en otros lugares de Europa, las primitivas operaciones de pillaje fueron convirtiéndose con el tiempo en empresas comerciales. Poseemos datos documentados de la tradición náutica bayonesa desde el s. XI. No cabe duda de que las técnicas de navegación normandas fueron asimiladas rápidamente por los pobladores de la costa vasca: en el s. X se envía vena de Somorrostro a los puertos guipuzcoanos por vía marítima. Un siglo más tarde, el tráfico de mineral entre los puertos vizcaínos y los guipuzcoanos y labortanos ha alcanzado ya cierta intensidad. El Fuero de Repoblación de San Sebastián, concedido por Sancho el Sabio de Navarra en la segunda mitad del s. XII y confirmado por Alfonso VIII de Castilla en 1202, contiene una desarrollada ordenación marítima, lo que permite suponer que el comercio marítimo tenía ya cierta amplitud en la costa vasca. Eran objeto de tráfico por San Sebastián el hierro, cobre, estaño, incienso, paños de lana y liño, pieles de ciervo y conejo, cueros, cera, pimienta y otros artículos. Es digno de ser tenido en cuenta que el Fuero precede en un siglo al famoso Llibre del Consolat del Mar y a las Ordenanzas de la ciudad de Barcelona. El Fuero de San Sebastián se extendió a todas las villas costeras guipuzcoanas, excepto Deva. El florecimiento de la navegación comercial en la Baja Edad Media estuvo, sin duda, relacionado con el afianzamiento de las monarquías cristianas, la constitución de núcleos urbanos protegidos por el poder real en los que florecieron la industria y el comercio, la mejora -muy relativa- de los caminos entre el interior y la costa y el aumento de la población urbana y, por tanto, de las necesidades alimenticias. A esto hay que añadir que los puertos del País Vasco son la salida histórica natural de las lanas castellanas y el vino y el aceite aragonés hacia el norte de Europa. A estas mercancías de salida se suman el mineral de hierro de Vizcaya y los productos de la pesca: bacalao, aceite de ballena. Los principales puntos de destino de estas mercancías serán las ciudades industriales de Inglaterra, la Hansa y, sobre todo, Flandes.