Kontzeptua

Comercio (1978ko bertsioa)

Expansión del comercio marítimo vasco. Las ballenas abundaban en el golfo de Vizcaya; muy pronto comenzaron a ser perseguidas por los pescadores vascos, que obtenían buenos rendimientos a su costa. La pesca y, por consecuencia, el comercio de productos de ballena tuvo su mayor auge en los s. XIV y XV. La escasez cada vez mayor del cetáceo frente a las costas cantábricas llevó a los vascos a perseguirlo en los mares de Irlanda, sobre todo a partir de los tratados de 1351 y 1353 con el rey inglés. La necesidad de encontrar un mercado para absorber las grandes cantidades de aceite y grasa de ballena obtenidas llevó a los vascos a frecuentar los puertos del norte de Europa y las Islas Británicas. Ya desde fines del s. XIII aparecen comerciantes vascos establecidos en Londres, etapa en el camino de Flandes y puerto de enlace con la Hansa alemana, que adquiría vino a cambio de arenques y pieles. Pero los puertos preferidos por los marinos vascos en la primera mitad del s. XIV eran los de las costas galas, sometidos casi todos al rey de Inglaterra: Bayona, Burdeos, La Rochela, Harfleur, Rouen, etc. Ya en esta época poseían los vascos casas de contratación en, al menos, Brujas, Amberes, La Rochela y Nantes. El principal comercio de los vascos en el siglo XIII consistió en el transporte de vinos de las costas gasconas a Inglaterra. Se estima que del puerto de Bayona salía aproximadamente el 8 % de los vinos consumidos en las Islas Británicas. La corriente más intensa de vinos, de Burdeos a Londres, era realizada en gran parte por naves vascas hasta que la caída, a mediados del s. XV, del Bordelés y Laburdi en poder de la monarquía francesa, truncó este comercio. Pronto encontraron los navieros vascos un nuevo flete para sus naves: la lana de los rebaños merinos de Castilla.