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Cajas de Ahorro en Vasconia

La entrada de España en la Comunidad Económica Europea (1986) y la inminente posibilidad de competir en un mercado único estimuló las fusiones de los bancos, que estimaban no tenían el tamaño adecuado para poder hacerlo. Tras un primer movimiento de fusiones (Hispano-Central; Bilbao-Vizcaya), hubo un segundo de mayor envergadura quedando dos grandes bancos: el BSCH (Santander, Banesto, Central e Hispano) y el BBVA (Bilbao, Vizcaya, Argentaria) junto a otros más pequeños como el Guipuzcoano o el Popular. Ejemplo que también secundaron las Cajas necesitadas de una reducción de gastos y de mejorar sus rendimientos. Puede decirse que el proceso que conduce a las fusiones de las cajas de ahorro comenzó de nuevo debido a la tradicional competencia existente entre las cajas y los bancos. Las primeras siguieron teniendo una fiel clientela apoyada en una magnífica red de sucursales, pero los bancos comenzaron una agresiva política de captación de clientes con nuevos productos de ahorro e inversión. Las cajas respondieron a ese reto con las fusiones y, siguiendo las pautas marcadas por los bancos, asumiendo nuevos servicios (fondos de inversión, asesorías para la constitución de empresas, entidades de financiación y leasing, sociedades de valores...).

Entidades fusionadas Nueva denominación Fecha de fusión
Caja de Ahorros Municipal de Bilbao
Caja de Ahorros Vizcaína
Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK)16 de febrero de 1990
Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián
Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa
Kutxa Gipuzkoa San Sebastián (Kutxa)1 de diciembre de 1990
Caja de Ahorros Municipal de Vitoria
Caja de Ahorros Provincial de Álava
Caja de Ahorros de Vitoria y Álava
Caja Vital Kutxa
18 de junio de 1990

Estas fusiones no han evitado que se discuta la posibilidad de privatizar las cajas, ante la dificultad de ampliar su capital y establecer adecuados canales de financiación que les permita seguir compitiendo en igualdad de condiciones con los bancos. Otra posibilidad sería continuar con los procesos de fusiones entre ellas, aunque esto choca con el peso de su tradición local. El Fondo Monetario Internacional llegó a sugerir a las autoridades españolas la posibilidad de su privatización (Martínez Serrano, J. A. "Las Cajas de Ahorro un codiciado botín", El País, Negocios, 29-1-2000). No cabe duda de la existencias de presiones. Que se pusieran en el mercado unas instituciones apetecibles sería bien visto por los amantes de los buenos negocios. Aunque existan problemas de difícil solución, ya que la propietaria de las cajas es la sociedad a la que sirven y en teoría no sería posible su privatización sin introducir importantes cambios legales, para saber quién vende y dónde deberían ir a parar los beneficios obtenidos por esa posible venta. Pero, de darse ese caso, sería un desastroso final para la larga y provechosa historia de las cajas.

En la C.E.C.A. se ha discutido la posibilidad de introducir mecanismos que permitan aumentar el capital, como ocurre en algunos lugares de Europa (las cajas inglesas pertenecientes al "Trustee Saving Bank Group" son actualmente sociedades anónimas, pero por eso mismo ya no se las puede definir como cajas de ahorros) y en otros países europeos se permiten acciones sin derecho a voto (cajas rurales francesas), con voto restringido (cajas noruegas), etc.. El Gobierno del Estado, en su proyecto de Ley Financiera, propone actualizar las cuotas participativas, ya aprobadas hace años pero que no han sido viables. Para ello habría que modificar la distribución de beneficios de las cajas, que ahora es del 50% mínimo para fondo de reserva y el resto para obra social, pero algunos temen que eso pueda abrir el camino de la privatización (L. Aparicio: "Más dinero para las Cajas de Ahorro, El País (10-3-2002). Otro problema añadido será conjugar las diferentes opiniones que puedan tener las autoridades de las Comunidades Autónomas con las del Estado. En la Comunidad Autónoma del País Vasco, la citada ley de 1991, ya dejó establecida la posibilidad de que las cajas emitieran cuotas participativas, siempre que contaran con la autorización del Departamento de Hacienda y Finanzas.