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Cajas de Ahorro en Vasconia

Entonces se consideraba legalmente "pobre" a toda aquella persona que tenía necesidad de trabajar para vivir y no tenía ninguna posesión o bien al que acudir cuando cualquiera de las circunstancias adversas del vivir humano le alcanzaba: paro, enfermedad, accidente laboral, maternidad -que a veces era un acontecer realmente adverso- o vejez. Dado que todavía no se habían iniciado las medidas de reforma social que condujeron a lo que con el tiempo daría lugar al Estado del Bienestar, es evidente que pobres eran la mayoría de las gentes que habitaban el País Vasco Navarro.

En la zona costera, los "arrantzales" (pescadores) tenían un nivel de vida por debajo de la propia subsistencia: "Todos conocemos la organización económica de la clase pescadora en esta villa, lo mismo que la de los demás puertos del litoral... Donde no existe un sobrante mal puede haber ahorros" ("La clase pescadora" Diario de San Sebastián, 4-12-1883). La población rural, mayoritaria en esos momentos, aunque también tuviera una vida difícil y trabajosa, contaba con mayores posibilidades de salir adelante y de no pasar hambre, además de recibir algunas ayudas de las Diputaciones. El nivel de vida de la entonces llamada "clase obrera" era igualmente bajo, pero no homogéneo. Pese a que los salarios eran menguados, donde había una familia con varios miembros en edad de trabajar y con trabajo, podían vivir con cierta dignidad e incluso ahorrar, lo que no ocurría en aquellas casas habitadas por la desgracia. Los salarios variaban de una a otra provincia y de un pueblo a otro, dependiendo del tipo de labor y de la mayor o menor especialización requerida para su realización. La diferencia entre los jornales que cobraban los hombres y los que recibían las mujeres era de más de un cincuenta por ciento a favor de los primeros, por lo que la vida de las que no tenían apoyo familiar resultaba sumamente difícil. Las mujeres fueron especialmente fieles a las cajas y éstas, aunque tenían que asumir las limitaciones legales que establecía el Código Civil con respecto a ellas, fueron bastante flexibles e intentaron estimular el ahorro femenino, en la creencia de que esto era una virtud consustancial con una feminidad bien entendida.

Tampoco fue igual el proceso de urbanización, ni la evolución que llevó a la industrialización y modernización en las provincias vasco navarras, ni el aumento de la población iniciado a finales del XIX y consolidado a lo largo del siglo XX. Hubo una acusada diferencia entre la progresiva industrialización que se dio en Bizkaia y en diferente grado en Gipuzkoa, que atrajeron población y estimularon la urbanización, con el mantenimiento de unas estructuras mucho más tradicionales en Álava y Navarra. Lo que también influiría directamente en el desarrollo de sus cajas.