Non assigné

VEGETACIÓN (BIOLOGÍA)

Vertiente sur (3).
Hayedos (tipos 21 y 22).

La composición botánica de estos hayedos es variable, acaso sólo tengan en común la presencia del árbol dominante; en sus extremos de área, las plantas acompañantes suelen ser especies de robledal resistentes a la sombra. En la parte cantábrica los hayedos tienen suelo ácido (tipo 22), con temperatura constantemente fresca y elevada pluviosidad que produce un lavado intenso del suelo, apenas contrarrestado por la movilización de bases efectuada por las hojas de haya. Estos hayedos ácidos se incluyen dentro de la alianza Ilici-Fagion de Braun Blanquet (clase Quercetea roboripetraea), y el más frecuente corresponde al Blechno-Fagetum, con mucha Descampsia flexuosa y Digitalis purpurea en los claros con nitrificación. El resto de los hayedos, no ácidos, de piso superior húmedo, los incluimos en el tipo 21. Pueden distinguirse varias variedades de este tipo. El Scillo Fagetum, eútrofo y húmedo, forma enclaves dentro de los mejores hayedos de Zuriza (Ansó) y Hecho; su importancia es muy reducida en Belagua, Sierra de Cantabria, etc. En las partes subcantábricas domina un tipo de hayedo pobre Helleboro-Fagetum, con mucho Helleborus viridis ssp. occidentalis, Daphne laureola, Oxalis acetosella, Hepatica triloba y plantas de robledal húmedo. En la parte oriental de Urbasa, sobre caliza dura kárstica, se encuentra un hayedo alimentado por nieblas frecuentes pero casi sin suelo; Para este hayedo pobre, muy típico en la parte oriental del monte Limitaciones, se ha propuesto el nombre fitosociológico de Fageto-Helleboretum brevicolletosum, por ser muy abundante el Carex brevicollis, tóxico para el ganado en gestación (produce abortos). Junto a los peñascales bañados por nieblas frecuentes, con suelo calizo por depósito de piedras, se encuentra un bosque mixto muy rico, que recuerda al Fraxinio-Carpinion europeo; Ulmus montana, Tilia platyphylla, Corylus avellana, Fraxinus vulgaris, Acer opalus, A., campestris, Sorbus aria, S. mougeotti, etc., que forman enclaves en muchos hayedos. Es frecuente el Quercus petraea y acaso podrían considerarse estas comunidades topográficas como robledales húmedos invadidos actualmente por el hayedo. Este tipo de hayedo mixto, rico en boj, se encuentra muy bien representado en Ansó, Roncal-Salazar, Irati medio y valle del Arga. En Quinto Real y sus aledaños ya es un robledal bastante ácido, con castaño, que acaso pueda incluirse dentro del Fraxinio-Carpinion o Quercion roboris. Los valles húmedos enclavados en zona de pinar subpirenaico, con clima más seco y verano luminoso, llevan hayedos con abeto y pino silvestre; éste abunda acaso por causa de los repetidos aprovechamientos forestales, óptimos en estos valles tan apropiados para obtener buenos abetos y pinos; el haya forma en ellos el subvuelo y domina únicamente en ciertas umbrías. En la parte más seca del norte de Navarra, se encuentran estos hayedos con abeto en Vidángoz y Garde del Roncal, así como en parte de los bosques de Isaba. Rivas Martínez en su resumen sobre hayedos ibéricos distingue los tipos de hayedo conocidos pertenecientes a la alianza Fagion. Empezando por los más ácidos, en contacto con Quercion roboris y Fraxinio Carpinion cantábrico, enumera la subalianza Luzulo Fagion (Ilici Fagion de Braun-Blanquet). La asociación Blechno-Fagetum domina en los hayedos de Navarra occidental (hasta Quinto Real y escaso en Irati), parte occidental de Urbasa, y entre Alava-Santander-Vizcaya. En la subalianza Eu-Fagion cita los hayedos que se observan fragmentariamente en algunos valles pirenaicos y en la Sierra de Cantabria alavesa, con la asociación Melico-Fagetum cantabricum. La asociación Scillo-Fagetum forma enclaves en casi todos los hayedos de la zona instalados sobre calizas y con mucha humedad atmosférica (Irati, Zuriza, Hecho, Sierra de Cantabria, etc.). En la subalianza Cephalanthero-Fagion, la más mediterránea de todas, pueden incluirse la mayoría de hayedos pirenaicos situados lejos de la influencia cantábrica directa: Prepirineo, Sierra de Cantabria. La asociación descrita corresponde al Hellaboro-Fagetum con la subasociación brevicollectosum (Montserrat) del Monte Limitaciones (Urbasa), la epipactidetosum (de Sierra de Cantabria), y otras aún no descritas. La subalianza Galio-Abietion corresponde a los abetales con pino y subvuelo de haya ya mencionados. Conviene observar que existen hayedos ricos en especies de Fraxinio-Carpinion, incluidos por Rivas Martínez en dicha alianza de los Fagetalia. Se encuentran dichos hayedos en los enclaves navarros ya señalados.

Abetales (tipo 23).

Forman parte de los hayedos, pero en las modalidades climáticas más continentales (Garde del Roncal, etc.) llegan a convertirse en abetales con avellano y pino silvestre. En Irati, los abetos ocupan la parte más húmeda del hayedo (umbrías bajas, vallonadas, etc.) y se caracterizan por la abundancia de Spiraea aruncus, con Galium boreale y Cirsium heterophyllum en los claros pedregosos del bosque, con una réplica débil en Oza, donde abunda Festuca silvatica y el Chamaenerium spicatum en los claros, además del Galium boreale. Existe un rodal de abetos enormes en el monte de Leiza, pero fueron plantados por un pastor según los vecinos del pueblo; conviven con abeto rojo introducido por los forestales españoles y está en un hayedo que pertenece con seguridad al Fraxino-Carpinion mencionado. Esto prueba que el abeto podría encontrar ambientes apropiados en partes de la vertiente norte, con ventajas sobre otras coníferas por humificar mejor y conservar la fertilidad del suelo, cosa que no ocurre con los alerces y menos con los pinos empleados actualmente en los hayedos ácidos cantábricos. También se observan rodales de abetos entre Escároz y Jaurrieta, solana baja del Abodi, cerca de Ochagavía, en Vidangoz y en Burgui (Salazar-Roncal). El tejo (Taxus baccata) recuerda algo al abeto por su color oscuro y disposición de las hojas, pero éstas son más verdes y puntiagudas; los tejos suelen abundar en localidades con densos abetales, pero localizados en solanas secas, donde el haya vive mal y el abeto no puede desarrollarse (por ejemplo, en Oza) Ejemplares aislados y generalmente raquíticos, relictos de un clima anterior más frío y seco, se presentan igualmente en algunas partes de Aralar y otras zonas de la vertiente norte.

Pinares y matorrales subalpinos (tipo 24).

El pino negro (Pinus uncinata) es único en su capacidad para formar bosques en condiciones subalpinas. En el óptimo pirenáico del piso subalpino (Andorra-Pallars) suele dominar con Rhododendron ferrugineum y Vaccinium myrtillus, matita entrelazada con él y más pequeña. Estas matas microtermófilas , pero que temen las heladas en Mayo, gozan de una innivación prolongada hasta mayo-junio; brotan e inician su floración en cavernas bajo la nieve, con poca luz, mucha humedad y una temperatura constante próxima al punto de congelación. El matorral subalpino típico indica estas condiciones ecológicas y es el mejor reactivo de ellas. Al oeste de los montes elevados que forman el macizo de Panticosa, la influencia cantábrica es más fuerte, la innivación aumenta y el verano brumoso dificulta el desarrollo de un verdadero piso subalpino. Hemos señalado una banda estrecha equivalente a dicho piso, pero con matorral de Rododendron muy localizado y escaso pino negro, que no suele alcanzar gran desarrollo. La noción de pisos de vegetación en la montaña es antigua y nace de observar que al igual que cambian las zonas de vegetación si avanzamos del ecuador a los polos (cambio de latitud), cambian también al ascender en la montaña (cambio de altitud). El fenómeno es que la temperatura disminuye tanto al aumentar en altitud como en latitud. Por ello, en el perfil de una montaña cualquiera, se distinguen pisos: montano, subalpino, alpino, y nival o de las nieves perpetuas. En el caso de esta parte de los Pirineos, por la cercanía del océano, aumenta la humedad, y las precipitaciones nevosas son abundantes aún cuando las temperaturas no son demasiado frías. Esto conduce a que, por un lado, todos los pisos experimentan un descenso en altitud; por otro lado, dada la humedad reinante, los bosques montanos de haya y abeto avanzan sobre el subalpino; además, la cantidad de nieve hace que el piso alpino se extienda a expensas del subalpino; el resultado es que el piso que se suele caracterizar como subalpino en modalidades montañosas más continentales, aquí, prácticamente desaparece, y los hayedos-abetales (propios del piso montano superior) prácticamente entran en contacto con pastos alpinos. En las partes de mayor continentalidad (menor humedad) aún se puede hablar de subalpino, por existir pino negro y Rhododendron, que son plantas que caracterizan a este piso. Pero a una misma altitud coexisten landas de matorrales que pueden situarse en el subalpino, junto a pastos que se consideran propios de un piso alpino. Por ello, puede resultar más conveniente hablar de estadios forestales y supraforestales describiéndolos sin tipificarlos por pisos. Además, el panorama se complica ya que la variación de los pisos clásicos es muy grande según cuáles sean las exposiciones: fría al norte, cálida al sur, húmeda al oeste, seca al este. Un cuadro esquemático podría resumir la vegetación de esta zona del siguiente modo:
Vert. NorteVert. SurEstadios supraforestalesAlpino y subalpinoPastos alpinos, pino negro, y landas subalpinas de Ericáceas.Estadios forestales Montano Haya, abeto Haya, abeto (facies húmedas). Pino silvestre, Quejigo. (facies secas). Submontano Roble noble, pedunculado, marojo Encina carrasca, boj.
A dicho esquema agregaremos las siguientes observaciones:

1) En la vertiente sur los niveles montanos son menos uniformes (al menos fisionómicamente) que en la norte.
2) En la vertiente norte el nivel submontano es más variado que en la sur.
3) Según la importancia de especies bóreo-alpinas se podrá hablar o no de piso alpino.
4) Por encima del límite superior del hayedo-abetal existe localmente el bosque claro de pino negro sobrepasado en altitud por matorrales que constituyen landas subalpinas.
5) La alta pirámide del Anie señala la terminación pirenaica occidental del piso alpino netamente caracterizado. A su nivel es más lógico hablar de estadios supraforestales.
6) Más al oeste del Anie, el Orhy señala el último punto subalpino netamente caracterizado.
7) Las altas cumbres más al oeste del Orhy presentan un estadio supraforestal constituido por landas subalpinizadas, de tipo orófilo-oceánico.
8) En la vertiente norte, el piso montano es el dominio del evidente del hayedo-abetal. El límite occidental europeo absoluto del abeto es el bosque del Irati. Los caracteres generales son aquí la abundancia de grandes especies silváticas muscinales y fanerogámicas, la lujuria vegetal de los líquenes cortícolas, la importancia de los grupos corológicos de la zona montana atlántica.
9) En la vertiente sur, el pino silvestre da una fisionomía particular al piso montano. Según los lugares, el hayedo se reduce y el abeto resulta dominante por aumento de la continentalidad. Pero, el pino silvestre también se puede expandir por efecto de esta mayor continentalidad topográfica.

Estas precisiones hechas en forma sucinta no deben ser tomadas al pie de la letra, sino con la suficiente flexibilidad. Para evitar confusiones nada más práctico que volver a la descripción concreta de las comunidades que habitan en esta zona de transición entre hayedos cantábricos y piso alpino. En la zona del Anie llama la atención la presencia de formaciones propias de ventisqueros (Saxifragion ajugaefoliae, Salicatum pyrenaicae, etc.), junto con pastos de la clase Elyno-Sesleriletea, con Primula intrincata, Horminium pirenaicum, Anthyllis webbiana (u otro afín con flores violáceo-rosadas) y Armeria cf. pubinervis (flores blancas), Trifolium thalii, etc. En los crestones calizos, pedregosos y batidos por el viento, suele encontrarse Dryas octopetala. Por acidificación rápida se llega a un Nardion estabilizado, con mucho trifolium alpinum; esto explica la capacidad pastoral de los montes de Ansó y Larrau en verano. En esta zona, el Pinus uncinata suele localizarse en laderas pedregosas y peñascos calizos casi sin suelo (es relicto de un período con clima más continental), con comunidades muy afines al Festucion scopariae y la rara especie Thalictrum macrocarpum. El estudio de la vegetación subcantábrica, parece indicar un aumento de hayedos y otros tipos de bosque subatlántico a expensas de los más continentales que aparecen como relictos. En las montañas es probable que un cambio de clima sea seguido con cierto retraso por la vegetación arbórea, lo que explicaría la persistencia de tipos de vegetación correspondientes a climas menos oceánicos que el actual.

Pastizales alpinos (tipo 25).

Forman los pastizales alpinos que alimentan en julio-septiembre el ganado ovino. Su importancia económica es grande si consideramos el sistema formado por valle-montaña. Se trata de un pasto raso, en césped tupido y muy estable. Inicia su actividad en junio (mayo en algunas solanas con poca nieve) y alcanza todo su esplendor en agosto. En el País Vasco no se agosta en septiembre por insolación por tratarse de zonas más lluviosas y con nieblas estivales. No pretendemos enumerar sus plantas. El Festucion supinae (Braun Blanquet) representa la comunidad "climática", la estable y desarrollada sobre suelos profundos, muy humíferos y acidificados. Sobre suelos inclinados, pedregosos y especialmente sobre sustrato silíce (granitos, gneiss, pizarras etc.) abunda el Festucion skiae, dominado por la Festuca skiae, con Carex sempervivens, altas y duras. Hacia la parte noroccidental del Anie, el Festucion skiae se localiza en pedregales fijados, y en los suelos más profundos cede su lugar a carvunales de distintos tipos, pero muchas veces incluibles en el mismo orden fitosociológico (Caricetalia curvulae). Los ventisqueros pertenecen a la clase Salicetea herbaceae y su importancia aumenta en la parte occidental del Anie. Por pastoreo intenso todas las comunidades de Caricetea curvulae, y Salicetea herbaceae, en suelos húmedos y maduros, evolucionan hacia distintos tipos de cervunal, muy abundantes entre Candanchú y Roncal. Los pastos sobre rocas calizas, en suelos no acidificados fuertemente, con frecuencia por aporte continuado de polvo y arenilla calizas, pertenecen a la clase Elyno-Sesleriletea. Las comunidades de Festucion scopariae en nuestra zona son rupícolas y penetran en la modalidad de piso subalpino ya descrito, junto con comunidades de ventisquero que alcanzan cotas muy bajas (hasta 1.800 m.) en Ansó-Aspe. En esta transición entre pisos alpino y subalpino son frecuentes las comunidades dominadas por el Horminium pyrenaicum, que se convierten rápidamente en cervunales muy productivos, como los pastos del monte de Ansó. En la parte inferior del piso alpino, muchas veces con desarrollo óptimo en el subalpino, se encuentran comunidades de pasto duro, dominadas por Festuca spadicea. En su límite inferior establecen contacto con otras comunidades de Festuco-Brometea, características del piso montano. Iris xyphioides es buena indicadora de estas comunidades intermedias.

Carmelo GARITAONAINDIA GARNACHO