Non assigné

VEGETACIÓN (BIOLOGÍA)

Vertiente norte o zona cantábrica (3).
Bosques planocaducifolios y landas acidófilas, muy degradados, de los niveles altos. Clase Querceto-ulicetea.
Corresponde esta caracterización a la zona del Gorbea, con el macizo de Itxina o Itxine. Ocupa una superficie de unos 21 Km2 (7 x 3 Km) y sus niveles se hallan limitados entre las cotas 600 y 1.475 m. Participa de un clima de montaña húmedo y lluvioso, con nieblas abundantes, y pocas semanas con nieve. Predominan los suelos arcillosos ácidos procedentes de la descomposición de sustratos geológicos silíceos y, en estos niveles, en etapa oropédica. Estos suelos contrastan con las calizas compactas que forman los peñascales que aparecen a manera de islotes, formando el esqueleto del relieve, de desarrollo mucho menor, si bien que en el gran macizo kárstico de Itxina tenemos un triángulo de casi 3 km de lado, formando un impresionante y laberíntico caos de peñascales calizos muy lenarizados, con el típico relieve kárstico de grandes poljés y dolinas. Si hacemos abstracción de la vegetación rupícola (clase Asplenietea rupestris) de las fisuras de la roca caliza, de las agrupaciones de vegetación herbácea y muscinal que bordean los manantiales de aguas frescas (clase Montio-cardaminetea), y de las asociaciones herbosas (clase Betulo-adenostyletea), nos hallamos en pleno dominio del hayedo, ya que los robledales apenas desbordan la cota de los 700-800 m. estos niveles altos del Gorbea no llevan otro tipo de bosque que el hayedo, sumamente degradado por el pastoreo intensivo y por el hacha del leñador y del carbonero. Entre las pocas plantas de la subsilva figuran Lilium martago, sumamente raro, Daphne mezereum y Sanicula europea, también muy raras y características del orden Fagion. De la alianza Fagetalia se presentan: Anemone hepatica, Myosotis silviatica y Anemone nemorosa. Suele ser bastante frecuente Veronica officinalis y rara V. urticifolia. El sustrato muscinal es rico. El suelo, cubierto de hojarasca o de un pasto muy degradado. Del hayedo talado se pasa a la landa degradada (Uleto-ericetum) de los niveles altos, a partir de la cota 1.000 m. relativamente más pobre en especies que la ya mencionada de los niveles bajos. Dominan en ella Erica vagans y Potentilla tormentilla, de condición ibero-atlántica y eurasiática respectivamente, y de apetencia acidófila ambas. En las pequeñas localizaciones de suelo embebido en agua nunca faltan Erica ciliaris, Pinguicula grandiflora y más raramente blechnum spicant. Son bastante abundantes Deschampsia flexuosa y Ulex nanus, la primera mediterráneo-atlántica y la segunda ibero-atlántica. La parte culminante del cerro de la cruz del Gorbea entre 1.300 y 1.475 m, formado por areniscas arcillosas, lleva una asociación muy empobrecida por causa del pastoreo intensivo, que corresponde a una landa de vegetación rala, que escasamente pasa de los 10-30 cm de altura y que probablemente pertenece a un Calluneto-genistetum, con predominio de Calluna vulgaris, Potentilla tormentilla, Erica cinerea, Gallium, Festuca sp, Vaccinium myrtillus y Sedum anglicum. Esta asociación podría considerarse como una landa subalpinizada.

Agrupaciones de grandes hierbas (megaforbias). Clase Betulo-adenostyletea.
Con esta denominación se comprende al conjunto de la población vegetal herbácea exuberante, que prospera en los suelos grasos, bien aireados, ricos en humus y en compuestos nitrogenados, pero que no tienen relación directa ni dependencia con la clase Rudareto-secalinetea, que comprende las estaciones ricas en sales amoniacales debidas a la presencia de los rebaños y de las edificaciones humanas, y pobladas por el complejo de las llamadas malas hierbas, que forman el cortejo inseparable de los poblados humanos y de los alrededores de los establos. Las asociaciones correspondientes a las "megaforbias" escasean en el macizo del Gorbea, y a lo sumo se hallan fragmentos de asociación, con muy pocas especies y localizadas en aquellos sitios inaccesibles para el ganado que pasta, en especial en alguna dolina o "polja" del macizo de Itxina, quedando reducido este fitocomplejo a las siguientes especies, que alcanzan un desarrollo de relativa consideración: Heracleum pyrenaicum, Scrophularia aquatica macrophylla, Valeriana montana, Laserpitium nestlari, Meconopsis cambrica, Adenostyles alliaria pyrenaica, Scilla lilio-hyacinthus, siempre acantonadas en pasajes estrechos o a la entrada de alguna gruta de grandes dimensiones, como la de Supelegor y otras.

Robledales híbridos y quejigales.
Tomaremos la zona de Orduña para caracterizar estas asociaciones y poner de relieve diversos matices de la mezcla de influencias distintas. Este enclavado vizcaíno, en la provincia de Alava, pero en la vertiente norte, acusa una influencia mediterránea muy aguda, como lo demuestra la presencia de las siguientes especies típicas de la región mediterránea: Brechypodium distachyum (especie paleo-subtropical), Catananche coerulea (circunmediterránea), Inula salicina (aunque euroasiática anteriormente sólo se conocía en el país vasco de Vitoria y Puente de la Reina), Argyrolobium argenteum (propio del mediterráneo, antes sólo conocido de Puente la Reina y Caparroso), Dorycnium suffruticosum (especie mediterránea que se adentra en Vizcaya, pues alcanza el pico de Serantes, dato que refuerza la opinión de que a lo largo del Nervión desciende con intensidad la marcada influencia mediterránea hasta llegar al propio borde del mar), Coris monspeliensis, Lavandulaa latifolia, Santolina chamaecyparissus, etc. Onobrychis sativa, Nigella arvensis, Astragalus monspessulanus, Genista scorpius y otros elementos circunmediterráneos más o menos caracterizados, se hallan aquí en estrecho contacto con el Uleto-ericetum cantábrico, que da paso al Quercetum roboris et lusitanicae y a pocos centenares de metros, tanto de distancia como altitudinales, del Fagetum silvaticae. La superficie considerada en esta región de Orduña comprende una extensión de unos 6 por 5 kms. Los límites altitudinales de la comarca van de la cota 300 hasta los 1.034 m. En el límite de los 300 m se extienden los cultivos de trigo y las pequeñas huertas. Los cerros circundantes hasta la cota 500 m se hallan poblados de pequeños testigos de robledal en vías de desaparición, con predominio del Uleto-ericetum. La zona más interesante para formarse una idea de la vegetación espontánea o potencial es la comprendida en el camino que va de la Antigua a la Peña de la Virgen. El santuario de la Antigua se halla en la cota 340 m y a partir de aquí comienza un camino de herradura que va ganando rápidamente en pendiente a medida que asciende. Se halla bordeado por matorral de Viburnum lantana, Genista scorpius, Juniperus communis, Erica vagans, Ulex europaeus, Lavandula latifolia, Rubus sp., algunos pies de encina y de roble (Quercus valentina = Quercus lusitanica esp. valentina), Prunus spinosa, etc Hacia la cota 550 aproximadamente, pudiendo llegar a los 600 m en mezcla con pies de haya. Este bosque, con ejemplares arbóreos de talla mediana y una cierta espesura, vive sobre un suelo arcilloso que alberga un complejo de vegetación silicícola formado por Pteridium aquilinum (en los lugares menos umbrosos), Ulex europaeus, Erica vagans, matas sueltas de Prunus spinosa, Crataegus, Lantana, Ilex aquifolium y haya salpicada, ejemplares sueltos de Quercus robur e híbridos de éste con el Q. valentina; como leñosas subordinadas a la subsilva del robledal, se presentan Cornus sanguinea y Ligustrum vulgare. A medida que se asciende se entra de lleno en un hayedo bastante denso y muy empobrecido, con raros ejemplares salpicados de Helleborus occidentalis. El haya no llega a cubrir la caja de la meseta que forma las alturas de la Virgen de la Peña en las cotas 900-1.000 m, de modo que aquí se advierte una vegetación heliófila de las fisuras de las calizas compactas. Entre las leñosas que viven en las peñas del borde de la falla a 1.000 m están Sorbus aria, Juniperus communis, Rhamnus alpina, etc. La llanada que forma esta meseta, si bien desborda los límites de la provincia, tiene interés reseñar su vegetación, que denuncia la primitiva presencia del hayedo, hoy casi totalmente talado y reducido a pequeños rodales localizados en la vaguada central. El resto de la vegetación leñosa está formado por un raquítico enebral de Juniperus communis con Prunus spinosa, Erica vagans, Pteridium aquilinum y otras acompañantes de menor porte. Interesa señalar que la coscoja alcanza Sobrón y la zona de Izarra-Miranda, a 26 y 10 km de distancia en línea recta respectivamente de Orduña. Pero esta planta tan termófila no puede soportar el brusco cambio de condiciones ecológicas que supone avanzar 10 km más hacia el norte. En cuanto a los robledales y quejigales de la zona, se percibe una gran riqueza de formas y de híbridos. En la parte de la Antigua se encuentra el quejigo (Quercus valentina). En el mismo robledal se presentan formas que Vicioso atribuye al Q. navarroana, así como ejemplares híbridos de pyrenaica robur. El Ulex gallii, es un híbrido también frecuente y que denuncia la presencia no distante de sus progenitores. Resumiendo, el valle de Orduña ofrece el interés de constituir una zona de encuentro de la fuerte influencia mediterránea ascendente y que procede de Alava, en fuerte contraste con la predominante influencia cantábrica y atlántica que afecta incluso a esta cabecera del valle del Nervión. Sin embargo, es preciso fijarse en el detalle de los grupos vegetales para captar esta influencia mediterránea, ya que las grandes líneas de la fisonomía del paisaje vegetal responden fielmente al tipo atlántico, si bien con ligera influencia mediterránea.