Économiques et Sociales

La Real Compañía Guipuzcoana de Caracas

Si la Compañía gozó del privilegio del comercio con Caracas, también la Real Hacienda se benefició de la capacidad económica de aquella. Durante la primera etapa, la Guipuzcoana de Caracas se hizo cargo de los asientos de armas de Placencia, siendo ella la que firmaba la contrata con el monarca. También le fue encomendado el abastecimiento de herrajes para los astilleros habaneros (operación que a partir de 1740 asumió la Real Compañía de La Habana). Y cuanto la Compañía debió trasladar su sede a Madrid, pasó a ser presa de mayores servicios a la Hacienda Real, más allá de sus operaciones mercantiles.

Los asientos firmados entre Hacienda y Compañía a partir de 1752, fueron muy variados: abastecimiento de esclavos, pesca en Cumaná, maderas de los montes de Navarra para la construcción de unidades para la Armada, adquisición de géneros de las fábricas de España (aguardientes de Navarra y mantas de las "fábricas españolas", asegurando así la salida de los géneros nacionales que de otra forma estaban sujetos a competencia de otros productos extranjeros), elaboración de rapé, etc. Estas y otras operaciones diversificaron en exceso los objetivos propios de la sociedad, no pudiendo centrar su actividad en sus intereses puramente mercantiles.