Kontzeptua

Prehistoria. Concepto científico (1995ko bertsioa)

6 Otros grupos. Al lado de estas instituciones de investigación prehistórica es de justicia reseñar la actividad más restringida de otros grupos que de modo no tan constante o no tan específicamente como aquéllos han aportado en alguna ocasión referencias interesantes a nuestro más remoto pasado. Entre ellos debe citarse aquella efímera «Société d'Exploration des Grottes de Bayonne» creada por Détroyat y Folin en 1873, la actividad variada de la «Société des Lettres, Arts et Sciences de Bayonne» y del «Musée Basque» de la misma ciudad (que en sus respectivos boletines acogen varias aportaciones de Prehistoria vasca), la «Sociedad de Amigos de Laguardia» que promovió por los años 40 y 50 investigaciones prehistóricas en la Rioja Alavesa (acogiendo en su Museo una importante selección de ajuares y de restos antropológicos), la asociación «Lauburu» (de Bayona), interesada en la divulgación de la cultura vasca, el «Centre de Documentation de l'Arthous» significado individualmente en la importante aportación de campo e investigación megalítica en Iparralde por J. Blot, el reciente «Groupe Archéologique des Pyrénées Occidentales» (constituido en 1979 en Pau, en tomo a G. Marsan) con interés de investigación más centrado en el Bearn que en el País Vasco, o el «Grupo Cultural Antxieta», de Azpeitia, directamente coordinado por la Sociedad Aranzadi en la prospección de estaciones prehistóricas guipuzcoanas. En un apartado específico debe aludirse a los grupos de espeleólogos que en muy diversas circunstancias han contribuido de modo especial al progreso de la Prehistoria vasca. La actuación de Sociedades de Espeleología ha sido fundamental en la identificación de muchísimas estaciones prehistóricas en cuevas: ciñéndonos al tema del arte rupestre vasco bastará con recordar el protagonismo que tuvieron en el descubrimiento de los importantes «santuarios» parietales de las cuevas de Alkerdi (por N. Casteret), de Altxerri y de Ekain (por espeleólogos de la Sociedad Aranzadi y del Grupo Antxieta de Azpeitia), de los tres del macizo de Arbailles (Xaxixiloaga, Etcheberri y Sinhikoleko-Karbia) o los recientísimos hallazgos de Erberua y galerías inferiores de Haristoi (por Larribau con espeleólogos de Pau). Por otra parte pudieran traerse aquí al recuerdo los repetidos puntos de convergencia entre prehistoriadores y espeleólogos, en planes de prospección sistemática y de formalización de cartas arqueológicas (así es el caso de la reciente de Guipúzcoa que tanto debe a las referencias de diversas entidades espeleológicas provinciales: la sección de Espeleología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, la del Grupo Antxieta de Azpeitia, al Grupo de Espeleología Arrasate de Mondragón, al del Club Deportivo Eibar, al «Aloña Mendi» de Oñati o al «Xoxo» de Azkoitia). O en la elaboración de catálogos espeleológicos, (así el de Alava por la Sociedad Excursionista Manuel Iradier y el Grupo Espeleológico Alavés que se destacó de ella en 1963; el de Vizcaya por el Grupo Espeleológico Vizcaíno, coordinado por E. Nolte; o el de Navarra por el Grupo de Espeleología de la Diputación Foral, coordinado por I. Santesteban) que tanto ayudan al prehistoriador. No estará de más indicar las inmediatas relaciones de amistad y colaboración entre prehistoriadores y espeleológos, recordando, por ejemplo, las orientaciones que J. M. de Barandiarán ofreciera en las Jornadas Espeleológicas Vasconavarras del Gorbea (en 1959) coordinando en ellas diversos «trabajos prácticos» de Arqueología, o la procedencia inicial desde la Espeleología de quienes posteriormente se integran de lleno en la metodología arqueológica aportando muy importantes saberes al conocimiento de nuestra Prehistoria (espeleólogos fueron inicialmente J. Elósegui, P. Rodríguez de Ondarra. A. Llanos, J. A. Agorreta, J. Fariña,...).