Kontzeptua

Langile-Mugimendua (19902ko bertsioa)

IV PERÍODO ACTUAL. La muerte de Franco en 1975 y la apertura del proceso democrático, dio paso a la definitiva legalización de los sindicatos en 1977. Sin embargo, la grave crisis económica -con fuerte aumento del paro-, la reconversión industrial y la fuerte polarización política, impidieron un descenso de la conflictividad social, que en los años finales de los 70 y en los 80, con algunos altibajos, siguió siendo principal protagonista de la vida histórica vasca. Todos los sindicatos, al pasar a la legalidad, mejoraron sus estructuras internas y se reorganizaron. En Comisiones Obreras, que recogía diferentes opciones políticas, se crearon dos corrientes, una mayoritaria, la CONE (Comisión Obrera Nacional del País Vasco), de tendencia comunista, y otra «unitaria», más radical, que recogía las tendencias surgidas a la izquierda del PC, en partidos como la Liga Comunista Revolucionaria, Organización Revolucionaria Trabajadores y, sobre todo, el Movimiento Comunista. Ambas acabaron unificándose en 1978 en el I Congreso de CCOO de Euskadi. También ELA sufrió una escisión, creándose un sindicato minoritario ELA-A (askatuta) de escasa presencia y manteniéndose la ELA oficial que, reunificada, celebró su II Congreso en Eibar en 1976, recuperando en los años siguientes su antigua pujanza y reforzando su militancia. También la UGT renació de sus cenizas y desde 1973 aumentó su presencia en las fábricas. Otros sindicatos, como la CNT, USO o algunas nuevas organizaciones como SU y CSUT, que nacieron en tomo a 1976, tuvieron menor desarrollo, llegando incluso a desaparecer algunos de ellos. Pero quizás la mayor novedad en lo que se refiere a la historia del movimiento obrero de estos años, pese a su carácter minoritario, fue la aparición de un nuevo sindicato nacionalista, Langille Abertzale Batasuna (LAB) de carácter radical independentista. Su origen hay que buscarlo en el Frente Obrero de la organización ETA (v.), que funcionó en los primeros años de la década de los 70 y que dio paso, en 1974, a la formación de esa organización sindical, legalizada en el 77 y que en el 78 celebró su primer congreso. Unos años después, en 1980, se produjo una escisión, separándose la línea de LAB-EE, defensora de la tendencia política de ETA-pm, que acabó ingresando posteriormente en ELA, pasando LAB-KAS, como sindicato independentista radical, a la órbita de Herri Batasuna y ETA. La normalización de la vida democrática española permitió el asentamiento de la vida sindical y la celebración de elecciones sindicales en las empresas, que nos permiten precisar, con más detalle, la presencia de cada una de las organizaciones. Así, en las elecciones celebradas en 1982, en la Comunidad Autónoma Vasca ELA obtuvo un 30,24 % de los votos, UGT el 21 ,54 %, CCOO (que había perdido la hegemonía que mantuvo durante el franquismo) el 17,12 %, LAB un 5,56 %, los no sindicados un 14,78 % y otros sindicatos un 10,46 %; mientras que en Navarra UGT obtuvo un 25,99 %, ELA un 15,74 %, CCOO un 13,46 %, los no sindicados un 22,10 % y otros sindicatos un 3,15 %.

Félix LUENGO TEIXIDOR