Kontzeptua

Langile-Mugimendua (19902ko bertsioa)

Solidaridad de Obreros Vascos. Pero mucho más importante, por el peso que va a alcanzar en el futuro, fue la aparición de una corriente sindical nacionalista, Solidaridad de Obreros Vascos (luego Solidaridad de Trabajadores Vascos/Eusko Langille Abertzaleak): SOV/ELA (v.). El nacionalismo, en auge desde finales del s. XIX, preocupado por el avance de la ideología socialista entre los obreros vascos, empezó a preocuparse, en las primeras décadas del s. XX, por la cuestión social. Esa preocupación dio paso, en 1911, a la creación de un sindicato nacionalista, Solidaridad, impulsado por el sacerdote Policarpo de Larrañaga, uno de los propagandistas más activos del sindicalismo católico. Nacido como sindicato aconfesional (aunque seguidor de las doctrinas sociales de la Iglesia católica) y moderado (aunque sin rechazar el recurso a la huelga como último planteamiento para resolver conflictos laborales) Solidaridad defendió la política de equilibrio social y buscó armonizar las relaciones entre patrones y obreros vascos. En sus primeros años, con una estructura orgánica interna débil, en base a sociedades locales con escasa interconexión, sólo tuvo cierto peso en Vizcaya, donde mantuvo durísimos enfrentamientos con los socialistas, a los que acusaba de «españolismo» y «antivasquismo». En Guipúzcoa su aparición efectiva se produjo hacia 1917-1920, en torno al auge provocado por la coyuntura bélica mundialista. Para esas fechas era aún prácticamente inexistente en Alava y Navarra.

Félix LUENGO TEIXIDOR