Sailkatu gabe

GIPUZKOA (RELIGIOSIDAD)

Rocas.

A veces se les crea a su alrededor un ambiente animista. Llaman la atención por su aspecto de seres animados, de utensilios, etc. También deben su nombre muchas veces a simples accidentes como la roca Arribiril de Placencia, o roca-redonda. En Urbia (Aizkorri) la piedra Zorrotzarri o piedra de afilar era respetada y nadie intentó romperla. En el mismo monte las denominadas Sepultarri o piedras de sepulturas cumplieron quizá tal fin en algún dolmen. En Ataun cerca del caserío Iturritza existía un gran peñasco que se decía lanzado por el genio Sugârra desde la cumbre de Musquía que es un lugar mitológico importante. En Placencia, a la izquierda de la regata Osuma, existe otro peñasco lanzado por un gentil desde la cumbre de Atxolin, y lo mismo se dice de otra piedra en forma de gallo que habría sido lanzada por otro gentil desde el monte Untzeta. En cambio una piedra existente en el monte Iturriberri de Vergara habría sido lanzada por un gentil desde el alto de Oleta, de Azcoitia. Se dice que un hombre, pasada la noche, vio sobre la piedra una mujer que estaba hilando y era la Dama de Anboto. Poco después hubo furiosa tempestad. Otro lanzamiento a gran distancia ocurrió cerca del caserío Agerre, de Cerain, donde fue lanzada la peña Txoritekoa pero con honda, y desde la sierra de Aralar. Un nuevo personaje aparece ahora como lanzador de peñascos, y es Sansón. La piedra lanzada se llama Sansonarri. En Segura, a la izquierda de la regata de Katorriaga, existe una caliza denominada Aitzorrotza cuya forma asemeja una catedral gótica. Habría sido lanzada por Sansón desde muy lejos según la leyenda. Casos similares se cuentan en Cegama, Tolosa, Urnieta, Usurbil, Oyarzun. Lo curioso es que la leyenda de Usurbil dice que la Peña de Aya, nada menos, fue lanzada por Sansón de un puntapié. Según la leyenda de Oyarzun, Sansón apedreaba al valle con peñascos lanzados desde las peñas de Aya.