Sailkatu gabe

GIPUZKOA (RELIGIOSIDAD)

Mari, la divinidad suprema.

Algunas simas y cuevas sirven de morada a genios a los que se atribuyen propiedades diabólicas y sobrenaturales. Además de los denominados sorgiña, lamiña, ireltxo, jentilla y Basajaun aparecen otros de más categoría como la Aketegiko Damia (Cegama), Muruko Damea (Ataun), Marimunduko (Berástegui), Maya (Oyartzun), etcétera siempre de sexo femenino. Su peculiaridad consiste en que a este Dama se le ha visto atravesar los aires, a veces de cueva a cueva, en forma de hoz de fuego en dirección a las simas de Aralar y Aizkorri u otras de fuera de Guipúzcoa. Al penetrar en ellas producen un estrépito como el trueno, según constatan en Segura. Se decía en Azcoitia que cuando la Dama de Anboto viene a juntarse con su marido Majue, cae algún pedrisco. Parece ser que el cura de Isasondo subía a conjurar a la Dama lo mismo que los frailes de Aránzazu en Oñate. Todas estas Damas no son sino representación de una única divinidad femenina llamada Mari que habita bajo tierra entre objetos de oro y un novillo rojo. En algunas leyendas suyas aparece un misterioso carnero. Su fuente de provisiones consiste en la negación, eza. En cierta ocasión fueron las compañeras de la Dama de Anboto a Elgóibar al cobro de una negación. Un pastor que tenía cien ovejas dijo que tenía noventa. Las lamiñas le arrebataron las diez restantes por haberlas negado. Sus salidas de la cueva suelen ser tenidas por presagios de tempestad o sequía. Cuando moraba en Anboto los de Oñate creían en copiosas lluvias, pero si vivía en Aloña, habría sequía. De ahí la vigilancia de los aldeanos de las idas y venidas de la Dama. Otros lugares de residencia suelen ser la sima de Murumendi, la cueva de Gurutzegorri (Ataun), Aizkorri y Aralar. En Oyarzun llegaron a ver cómo Puyako Maya se dirigía de las Peñas de Aya al mar.