Concepto

Teatro

En el s. XVIII, cuando determinados individuos de sectores cultos -algunos de los cuales darían origen a la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País- comienzan a escribir una serie de obras destinadas para divertimento propio y del pueblo, surge el teatro moderno. Todavía en este siglo es muy, escasa la producción; sin embargo, es entonces cuando se inicia la trayectoria del teatro textual en euskera. Obras a tener en cuenta de este período son las siguientes: Actos para la Noche Buena (1759) de P. Barrutia, Gabon Sariak (1762) y El borracho burlado (1764) de Xabier M.ª de Munibe, y Gernikako gabon Kantak (1764) de S. A. de la Gándara. Gran parte de estas obritas son piezas de teatro religioso compuestas para ser representadas en las iglesias en la época de Navidad. El borracho burlado está escrita en euskara y castellano y fue representada por vez primera en Bergara. Como explicación de la utilización de las dos lenguas el mismo autor nos dice:

"Digo, pues, que mi primera idea fue de que toda esta ópera fuese en vascuence, pero luego me faltó la dificultad del dialecto de que me había de servir de ella. Si me valía del de Azcoitia hubiera sido poco grato del resto del País hasta la frontera de Francia...".

Ya en el s. XIX destacan algunos autores en el ámbito del teatro en castellano- Manuel Gorostiza (1789-1851), nacido en México pero de ascendencia vasca, escribió comedias de costumbres, del tipo moratiniano, entre las que destacan Indulgencias para todos (1818), Las costumbres de antaño y Contigo pan y cebolla (1833). Sus obras teatrales se publicaron en París (1822), Bruselas (1825) y México (1899-1902, 4 vols.), Obdulio Perea (Vitoria, 1836-1870), autor de varios sainetes, del drama Un duelo a muerte y del auto sacramental María adolescente. Eugenio de Olabarría (Bilbao, 1829-1883), que escenificó el drama de Carlos de Austria.

El teatro en la Bayona del Ancien Régime siempre fue la distracción favorita de los habitantes de Bayona. La primera sala de este espectáculo se encontraba situada en el Juego de Pelota de Maubec, donde se instalaba una especie de escenario móvil que bastaba para las miserables troupes que pasaban haciendo recordar la obra de Scaron el Roman Comique. En 1720, se construyó contra la muralla del Piémont, más o menos en el sitio que iba a ocupar el teatro moderno, un edificio que contenía la Bolsa de comercio y una sala de espectáculos de la que los bayoneses se sintieron muy satisfechos, pues era más que suficiente para las necesidades del momento. Esta construcción, realizada sin cuidado y en un terreno casi movedizo, amenazó pronto ruina y no fue ocupada de nuevo hasta 1778 en que la sala de espectáculos gozó de un poco más de confort y embellecimiento plástico. Se reunió un juego de decorados y se constituyó un almacén de accesorios y vestuario. Pero no debía satisfacer aún los deseos de los aficionados, pues en varias ocasiones se habla de cambiarla de sitio, y en 1819, el alcalde publicó un programa para la construcción de una nueva sala de espectáculos que sería situada en el emplazamiento del convento de los Carmelitas. Se publicó el presupuesto y la distribución del nuevo edificio, pero el proyecto fue abandonado pronto y continuaron con el teatro antiguo, que cuando se construyó el de principios de siglo, fue trasladado a la calle Plaza de Armas, a la casa Baroilhet.

También adquieren resonancia toda una serie de dramaturgos vascos en el teatro musical. Hilarión Eslava y Elizondo (Burlada, 1807-1878) estrena en Cádiz en 1841 la ópera Il Solitario con excelente éxito que se confirmará en el mismo año en los teatros de Sevilla y de Madrid. Joaquín Romualdo Gaztambide (Tudela, 1822-1870) estrena zarzuelas como La mensajera, Catalina, Casado y soltero, Un pleito, Los hijos de Eva, etc. Valentín María de Zubiaurre y Urionabarrenetxea se consolida como autor en el Teatro de la Alhambra en 1871 con Don Fernando el Emplazado. Emilio Arrieta estrena la ópera La conquista de Granada en 1850 y zarzuelas como El dominó azul, La estrella de Madrid y El grumete.