Concepto

Teatro

Durante el franquismo, la promoción institucional a las actividades teatrales no pasaba de lo anecdótico. Como excepción a esta regla, la Diputación de Álava integró en 1970 al grupo La Farándula de Vitoria, perteneciente a la Sociedad Manuel Iradier, en la Sección de Teatro del Consejo de Cultura, dotándole de los medios necesarios para el desarrollo de su labor. Ahondando en esa política, en 1976 se constituyó la primera productora teatral profesional del País Vasco: Cooperativa Denok, un centro integral de teatro que contaba con un complejo de producción, un centro de formación (escuela y biblioteca), y otro de información (para lo que se creó un boletín), y en cuyas manos se puso la programación teatral y el Festival Internacional de Vitoria. Cuando la Diputación alavesa retiró su apoyo, en 1983, la cooperativa Denok se disolvió.

Una vez asumidas las competencias en materia cultural, a comienzos de los ochenta, los diferentes estamentos públicos empezaron a tomar parte activa en el desarrollo teatral y con ello el dinero comenzó a circular, los creadores gozaron de mayores medios, se habilitaron nuevos espacios que sustituyeron a los frontones al tiempo que en las ciudades los viejos teatros burgueses se abrían a las nuevas propuestas y se iban tejiendo redes o circuitos de exhibición.

En ausencia de programas educativos oficiales, la formación técnica era superficial, fragmentaria e inconstante. "Aprendimos a hacer teatro haciendo teatro" -reconocerán los profesionales más veteranos. La primera experiencia de escuela teatral, y seguramente la que más se acerca al modelo de un centro de enseñanza oficial, fue la que impulsó El Lebrel Blanco en el barrio pamplonés de Chantrea desde 1979, y que luego cobró vida autónoma con el sostén de la Dirección de Cultura del Gobierno foral bajo la denominación de Escuela Navarra de Teatro, que sigue en activo.

Para paliar ese claro déficit, en 1981 se creó Antzerti, Servicio de Arte Dramático del Gobierno Vasco, que fijaba un plan de estudios en cuatro años complementado con una unidad de producción y un centro de documentación. En Bilbao y Vitoria-Gasteiz, aprovechando los talleres ya existentes, se dieron los dos primeros cursos, mientras que en la sede central de Donostia se impartieron los dos siguientes. Los alumnos debían acreditar conocimientos de euskera y cultura vasca para poder optar al título, lo que dejó fuera a muchos aspirantes. Por ese y por otros motivos, Antzerti fue muy criticado por los veteranos del teatro vasco. En junio de 1984 se graduó su primera promoción, compuesta por doce actores/actrices, quienes se convertirían en rostros conocidos de la televisión, el cine y el teatro. En 1985 desaparecen los talleres y se concentra toda la actividad en Donostia, pero en 1989 se vuelve a una estructura territorial como paso previo a la liquidación del centro educativo oficial.

En esa misma década surgieron escuelas en Getxo, Basauri, Vitoria y Errenteria, dirigidas por grupos teatrales y mantenidas por los municipios. Ya bien entrados en la segunda década del siglo XXI, aún se aguarda a que las artes escénicas ocupen su lugar en la enseñanza reglada y se habilite un centro adecuado con una titulación oficial, como ocurre en los países del entorno europeo.

Otra iniciativa institucional fue Arteszena, proyecto de teatro público impulsado por la Diputación Foral de Gipuzkoa en los años noventa para el desarrollo integral del teatro frente a lo que se veía como una creciente atomización del sector. El intento, efímero, dejó un puñado de nobles propósitos y tres espectáculos que apuntaban a lo que podría haber sido y no fue un Centro Dramático Vasco.