Lexique

OLIMPIADA

Moscú 1980. Los Juegos de Moscú (1980) estuvieron marcados por el boicoteo promovido por las autoridades políticas de los Estados Unidos, como protesta a causa de la invasión de Afganistán por parte de la Unión Soviética, boicoteo que fue apoyado por 57 países. Afortunadamente, España optó por la participación, lo que permitió completar a algunos deportistas vascos una lucida y prometedora actuación. Lo mejor fue la cuarta plaza del remero sanjuandarra Luis Mari Lasurtegui dentro del cuatro con hispano, completado por Isidro Martín, Salvador Vergés, Manuel Bermúdez y el timonel catalán Sabriá. Destacada fue, asimismo, la actuación del doble scull compuesto por los vascos José Luis Korta, de Orio, y José Ramón Oyarzábal, de Oyarzun, quienes ganaron la pequeña final, o lo que es lo mismo, se alzaron a la séptima plaza. Lejos quedaba la primera y muy modesta experiencia de los hombres de Ur-Kirolak en Roma (1960), pero lo mejor aún estaba por llegar. También fue cuarto el bilbaíno Juan Manuel López Iturriaga con la selección hispana de baloncesto, que perdió el bronce frente a la URSS en el encuentro decisivo. En balonmano, España obtuvo un excelente quinto lugar, en cuya consecución participaron cuatro guipuzcoanos: José María Pagoaga, Jesús María Albisu, Juan José Uría e Ignacio Novoa. Los guipuzcoanos Roberto Cabrejas y Ramón Cid componían la representación en el deporte-rey, el atletismo. El primero, logró pasar a la final de salto de altura, después de batir su propia marca personal de 2,21 , mínima que se exigía para seguir adelante. Pero en la víspera de la final, una gripe mermó las facultades del saltador andoaindarra, que no pudo superar más que 2,10 metros, lo que le relegó al lugar número 16, último de los finalistas. Cid, por su parte, con un triple salto 16,20 metros, se quedó a 35 centímetros de la mínima exigida para alcanzar la final y su paso por la olimpiada moscovita fue tan decepcionante como el de cuatro años antes en Montreal. En vela, José Benavides, esta vez como segundo del montañés Gorostegui, repitió su séptimo lugar de los juegos canadienses, si bien entonces lo había hecho en la clase «flying dutchman» y esta vez en star. El nadador bilbaíno Ramón Lavín, que actuó en cuatro pruebas (100 y 200 metros libres y los relevos 4 x 100 y 4 x 200) completó, en todos los casos, clasificaciones inferiores a los registros que tenía previamente acreditados. Por último, el equipo de fútbol de España, con Agustín Gajate, de la Real Sociedad, y Santiago Urkiaga y Miguel De Andrés, del Athletic de Bilbao, comenzó con buen pie, al empatar con la República Democrática Alemana, campeona en ejercicio y subcampeona en los propios Juegos de Moscú. Pero lo tiró todo por la borda con otros dos empates, éstos incomprensibles, ante equipos considerados entonces tan poco relevantes como Argelia y Siria. En este deporte y dentro del modesto equipo de Venezuela, destacó la actuación del joven ariete Iker Joseba Zubizarreta, que hacía ostentosa gala de su origen euskérico. Otro futbolista vasco-venezolano, de apellido Añor, se dejó sentir bastante menos.