Sindikatuak

Unión General de Trabajadores (1990ko bertsioa)

Cuando, en 1888, se funda en Barcelona esta central sindical para coordinar a las sociedades obreras de inspiración socialista, en Euskal Herria apenas existían organizaciones obreras con fines estrictamente laborales, ni siquiera entre los mineros de Somorrostro que ya constituían un colectivo numéricamente considerable. Aunque Facundo Perezagua había llegado a Bilbao en la primavera de 1885, la concienciación clasista y la agitación social en las minas de Vizcaya no se manifiestan hasta la huelga de 1890. El significado de este conflicto resulta decisivo para entender los orígenes del movimiento obrero vasco, no sólo porque representa la primera movilización de los mineros dirigida por los socialistas en protesta por sus penosas condiciones de vida; sino, sobre todo, porque el aparente éxito reivindicativo de la estrategia de confrontación violenta va a retrasar una serie de años el convencimiento colectivo de la necesidad de crear, con carácter más continuo y permanente, organizaciones de resistencia. De hecho, hasta comienzos del presente siglo, los socialistas no lograrán organizar una auténtica estructura sindical. En 1893 los afiliados a las sociedades de oficio de la U. G. T. en Vizcaya eran solamente 491, en Guipúzcoa no llegaban a la docena, y en Alava y en Navarra ni siquiera existían. Además, en las fechas del cambio de siglo, estas pequeñas sociedades de oficio empiezan a evidenciar su incapacidad organizativa y funcional para plantear las reivindicaciones laborales en las grandes factorías que protagonizan el despegue industrial de la economía de Euskal Herria localizado en la ría del Nervión.