Ganaderías de Vasconia. El toro de lidia, características. El toro llamado de lidia es, como se sabe, un producto de selección. Se selecciona, por medio de las tientas, a los ejemplares más irritables, asustadizos y ariscos, a los que arremeten ciegamente y de frente, bajando la cabeza ("humillar") y sin ver, contra todo lo que vivencian como un peligro. Porque el toro, como animal herbívoro -es decir, no cazador- no ataca para alimentarse y sólo embiste cuando está asustado. Además, los ejes elípticos de sus ojos no son paralelos, como en los predadores, sino divergentes, para ver en un ángulo de casi 360º y vigilar a posibles atacantes, lo cual se traduce en una defectuosa visión de lo que tienen enfrente a menos de 1,20 m. de sus ojos. El toro que cumple debidamente estos requisitos pasa a denominarse "valiente", "codicioso" o "noble" y el que no, es decir, el que barrunta que es objeto de un engaño, "traicionero"; el primero, si además tiene buen "trapío" (buenas características físicas) es el seleccionado para perpetuar su especie.
Ganaderías navarras. Es lo que se hizo en diversas zonas de Navarra con la raza pirenaica, dando lugar a la creación de ganaderías, célebres entre los ss. XVIII y XIX: los Guendulain, Espoz y Mina, Carriquiri, Lizaso, Zalduendo, Díaz Alorz, Pérez Laborda, Bermejo, Royales y Alain, Berlain y Catalán, ejemplares pequeños, nerviosos, de capa castaña, rojiza o retinta. Algunos de ellos dieron origen a ganaderías "bravas" del Nuevo Mundo, como los Ateneo o los Parangueo de México. Incluso en los célebres Miuras andaluces cruzados en 1879 con el navarro "Murciélago" de la ganadería del Val hay cromosomas pirenaicos.
Creación y decadencia de las ganaderías navarras. En cuanto a la antigüedad de la ganadería navarra, se sabe que en el s. XVI era la Ribera el lugar de donde se traía el ganado de lidia y que Pamplona llegó a tener su propia vacada en los sotos de Cortes, primero, y en Arguedas, luego, aunque también se compraban toros en Aragón, Castilla y La Rioja, incluso en Salamanca. En el s. XVII existe en abundancia el ganado denominado bravo aunque sin selección premeditada (Campo, 1975a: 780). En el XVIII los torillos navarros eran considerados los más "bravos" de España (Iribarren, 1948: 370); entonces es cuando puede comenzar a hablarse de ganadería brava propiamente tal, según Iribarren, excepción hecha de la de Guendulain: "Todas las anteriores eran vacadas de reses de lidia, sin un tipo uniforme, sin sistema de selección, sin verdadera explotación del negocio de criar toros para atender a las necesidades de la fiesta y a las exigencias del toreo". Guendulain puede ser considerado uno de los primeros ganaderos navarros, llegando a ser, además, el más importante de España (Iribarren, 1948: 379). Entre el s. XVIII y el XIX las vacadas se multiplican y el toro navarro se hace célebre, en especial el Carriquiri -antes Guendulain y luego Espoz y Mina- cuyo cenit se alcanzó a mediados del s. pasado. En las corridas celebradas en Pamplona entre los años 1800-1843 los ganaderos que más reses proporcionaron fueron, de más a menos: Zalduendo, Guendulain, Pérez de Laborda, Lizaso y Pérez Laborda, Jiménez, Pérez, Lizaso y Bermejo (Campo, 1982: 542). En creciente extinción debido a la extensión del laboreo de la tierra y a su rechazo para el toreo moderno -se buscan toros de gran alzada (que inspiren temor), reposados ( pero que, en realidad, sean seguros), dóciles, a los que, además, se "prepara" de antemano afeitándolos, desriñonándolos (Iribarren, 1955: 25-29), administrándoseles fármacos, etc. sólo se encuentran en la actualidad en la Ribera Navarra y, de casta menos depurada, en el área de Deba, Mendaro, Mutriku, Itziar y Lastur de Gipuzkoa. En Navarra se ha introducido incluso ganado de Salamanca en sustitución de la ganadería local.
Otras ganaderías. En los festejos de los s. XVIII y XIX se utilizó esta ganadería y también la de Calahorra, Goizueta, Aragón, Castilla, Lastur, Tolosa, Bedaio, Ibarra, Amezketa, Altzo, Zizurkil e Itsasondo (Aguirre Sorondo, 1984: 329). En Gascuña, la raza pirenaica fue renovada a mediados del s. XIX con ganadería brava navarra, concretamente de Carriquiri, Poyales y Elorza, dando origen a la ganadería que se utiliza para juegos y corridas landesas.
Ganaderías navarras. Es lo que se hizo en diversas zonas de Navarra con la raza pirenaica, dando lugar a la creación de ganaderías, célebres entre los ss. XVIII y XIX: los Guendulain, Espoz y Mina, Carriquiri, Lizaso, Zalduendo, Díaz Alorz, Pérez Laborda, Bermejo, Royales y Alain, Berlain y Catalán, ejemplares pequeños, nerviosos, de capa castaña, rojiza o retinta. Algunos de ellos dieron origen a ganaderías "bravas" del Nuevo Mundo, como los Ateneo o los Parangueo de México. Incluso en los célebres Miuras andaluces cruzados en 1879 con el navarro "Murciélago" de la ganadería del Val hay cromosomas pirenaicos.
Ganaderías Navarras | ||
Nombre | Origen | Disolucion |
Beriain Carriquiri Díaz Elorz y Bermejo Espoz y Mina Guendulain Melitón Catalán Pérez Laborda Poyales y Alaiza Zalduendo | Fines s. XIX Mitad s. XIX Comienzos s. XIX 1833 1883 Fines s. XVII 1886 Comienzos s. XIX Mediados s. XIX Fines s. SVIII | 1925 Disolución 1883 venta a E y M Fines del s. XIX 1896 Disolución 1908 Venta a Cobaleda de Salamanca 1850 venta a Carriquiri ? Desaparece entre 1873-1885 Prmera mitad s. XX Decadencia desde 1885 |
Creación y decadencia de las ganaderías navarras. En cuanto a la antigüedad de la ganadería navarra, se sabe que en el s. XVI era la Ribera el lugar de donde se traía el ganado de lidia y que Pamplona llegó a tener su propia vacada en los sotos de Cortes, primero, y en Arguedas, luego, aunque también se compraban toros en Aragón, Castilla y La Rioja, incluso en Salamanca. En el s. XVII existe en abundancia el ganado denominado bravo aunque sin selección premeditada (Campo, 1975a: 780). En el XVIII los torillos navarros eran considerados los más "bravos" de España (Iribarren, 1948: 370); entonces es cuando puede comenzar a hablarse de ganadería brava propiamente tal, según Iribarren, excepción hecha de la de Guendulain: "Todas las anteriores eran vacadas de reses de lidia, sin un tipo uniforme, sin sistema de selección, sin verdadera explotación del negocio de criar toros para atender a las necesidades de la fiesta y a las exigencias del toreo". Guendulain puede ser considerado uno de los primeros ganaderos navarros, llegando a ser, además, el más importante de España (Iribarren, 1948: 379). Entre el s. XVIII y el XIX las vacadas se multiplican y el toro navarro se hace célebre, en especial el Carriquiri -antes Guendulain y luego Espoz y Mina- cuyo cenit se alcanzó a mediados del s. pasado. En las corridas celebradas en Pamplona entre los años 1800-1843 los ganaderos que más reses proporcionaron fueron, de más a menos: Zalduendo, Guendulain, Pérez de Laborda, Lizaso y Pérez Laborda, Jiménez, Pérez, Lizaso y Bermejo (Campo, 1982: 542). En creciente extinción debido a la extensión del laboreo de la tierra y a su rechazo para el toreo moderno -se buscan toros de gran alzada (que inspiren temor), reposados ( pero que, en realidad, sean seguros), dóciles, a los que, además, se "prepara" de antemano afeitándolos, desriñonándolos (Iribarren, 1955: 25-29), administrándoseles fármacos, etc. sólo se encuentran en la actualidad en la Ribera Navarra y, de casta menos depurada, en el área de Deba, Mendaro, Mutriku, Itziar y Lastur de Gipuzkoa. En Navarra se ha introducido incluso ganado de Salamanca en sustitución de la ganadería local.
Otras ganaderías. En los festejos de los s. XVIII y XIX se utilizó esta ganadería y también la de Calahorra, Goizueta, Aragón, Castilla, Lastur, Tolosa, Bedaio, Ibarra, Amezketa, Altzo, Zizurkil e Itsasondo (Aguirre Sorondo, 1984: 329). En Gascuña, la raza pirenaica fue renovada a mediados del s. XIX con ganadería brava navarra, concretamente de Carriquiri, Poyales y Elorza, dando origen a la ganadería que se utiliza para juegos y corridas landesas.