Concepto

Historia del Arte. Gótico (versión de 1984)

Navarra. En este período de la Baja Edad Media Navarra suelen destacar los historiógrafos dos hechos-líneas fuerza que incidirán de una manera notable en el desarrollo del arte gótico navarro. El primero, la pérdida del poder decisorio del Reino de Navarra en el interior de la península a finales del siglo XII, y por otro, su vinculación exterior con Francia a finales del siglo XIII, vinculación que marcará los repertorios formales del arte gótico navarro sobre todo en los siglos XIV-XV. En el año 1319, los monarcas asistirán a la jura del nuevo rey de Francia estrechándose los lazos de amistad e iniciándose un período fecundo de intercambio sociocultural. Se advertirá, a partir de este momento, una mayor dependencia del gusto francés. El segundo, es la relación navarro-inglesa iniciada a raíz de la alianza de ambas monarquías durante la Guerra de los Cien Años, y la Soberanía que ejercía la soberanía inglesa sobre tierras próximas a Aquitania. Aunque en menor grado, la influencia del gótico inglés configurará también algunos de los rasgos pertinentes de la arquitectura navarro-vasca de este momento. Una de las primeras manifestaciones del arte gótico peninsular hay que situarla en Roncesvalles, cuya colegiata comienza a construirse en los primeros años del siglo XIII ( 1209). El templo de la Colegiata se debe a la iniciativa del rey Sancho el Fuerte para sustituir a la primitiva iglesia del Hospital de Peregrinos. Se trata de una iglesia, de no muy grandes dimensiones, de tres naves, sin crucero. La nave central posee una cabecera poligonal de cinco lados, con ventanales rasgados y nervios apeados en finas columnillas situadas en los ángulos. Las bóvedas sexpartidas, el triforio con arbotantes, rosetones y columnas de separación entre las naves hablan claramente de un modelo de inspiración francés cercano a Notre Dame de París. La iglesia de San Saturnino, ubicada en el popular Arco de Artajona, hay que situarla también a comienzos del siglo XIII, viniendo a sustituir a otra de carácter románico. Posee cabecera poligonal y torre campanario, austero y marcial que en su día debió servir como cárcel y lugar de vigilancia. Ya en los siglos XIV-XV, y según los mejores tratadistas, hablar del arte gótico navarro es casi sinónimo de arte pamplonés y escuela allí fundada. Por los datos existentes, parece que la actividad mayor está relacionada con la Catedral de Pamplona y sus obispos, y en menor grado con sus monasterios y burguesía. Las antiguas ciudades-villas iban perdiendo importancia en provecho de Pamplona y su creciente burguesía. Estella (Navarra) y Laguardia (Alava), contarán también con sus talleres de maestros canteros y escultores que terminarán o modificarán construcciones comenzadas en décadas anteriores. La iglesia de San Cernin de Pamplona, reedificada hacia 1297, conserva en su exterior carácter de fortaleza militar, aspecto y función que poseían y realizaban gran parte de las edificaciones gótico-religiosas. Erigida en el antiguo Burgo pamplonés habitado por gentes francas y costeada por el burgés Bernardo Deza, posee grandes torres en su cabecera de planta cuadrada. En el interior, posee planta rectangular de una sola nave, con tres capillas absidales, la central mucho mayor que las colaterales y cubierta de bóvedas sexpartidas. Mucho más interesante desde un punto de vista arquitectónico es el Nuevo Claustro de la Catedral de Pamplona, iniciado hacia 1291 a base de limosnas y continuado por el obispo Arnaldo Barbazán (1318-1355) y durante los reinados de Carlos II y III. Según Lancelot de Navarra, la obra estaba terminada el año 1419. El claustro de estilo gótico francés, está conceptuado como uno de los mejores en su género junto con el de la catedral de Lérida. Quedan todavía restos de su antigua policromía. El magnífico claustro de esbeltos ventanales y complejas columnillas, consta de cuatro alas o crujías, de seis tramos cada una, ventanales con finísimas tracerías de trifolios, cuatrifolios y circunferencias polilobuladas, así como gabletes de clara influencia flamígera. A este claustro dan la Capilla Barbazana y el Refectorio de los Canónigos, una de las primeras tipologías junto con la sala capitular de la Catedral de Burgos. La primera fue costeada por el obispo Barbazán y aunque comenzada como sala capitular terminó siendo lugar de enterramiento. Se trata de un amplio recinto de planta cuadrada, de 14 metros de lado, que a la altura de la bóveda se transforma en octógono por medio de bovedillas triangulares en las esquinas, y sobre la que voltea una bóveda estrellada de ocho puntas. La amplia sala del Refectorio es rectangular, cubierta con seis tramos de Bóvedas de crucería, cuyos nervios arrancan de catorce ménsulas policromadas y colocadas a cierta altura, lo que sin duda permite su gran tamaño. Los muros laterales están rasgados por tres airosos ventanales a cada lado, y otros dos se abren en el testero, así como un rosetón, a los que según autores atribuyen paternidades inglesas y francesas. En cuanto a la arquitectura civil hay que reseñar el Castillo-Palacio de Olite, de planta totalmente irregular y construido a lo largo de los siglos XIII-XV, sobre todo en los gobiernos de Carlos II y Carlos III. En esta obra se perciben influencias franco-inglesas, así como levantinas y mudéjares. Es una pena que haya sido demasiado restaurado a lo largo de la historia, siendo más que discutible lo realizado en el presente siglo. A lo largo del siglo XV, Navarra continuará su relación con lo francés y lo nórdico, aunque su inestable situación económica no permita desarrollar del todo obras ambiciosas como la Catedral de Pamplona ( 1394) y Santa María de Viana. El año 1394, al hundirse la mayor parte de la catedral románica, se comenzó la reedificación a impulsos de Carlos III, del Obispo y del Cabildo, aunque estas ayudas se vieron posteriormente retrasadas y cesadas. Consta de tres naves, crucero y dos series de capillas rectangulares entre los contrafuertes. Su cabecera es pentagonal, con girola y capillas absidales (siglo XV). No hay triforio ni siquiera una arquería ciega o falsa que lo recuerde. De la imposta hasta los ventanales los paños son lisos, lo que da al templo cierta monotonía y austeridad, a la vez que una permanente sensación de oscuridad. Las bóvedas son de crucería sencilla, con un combado longitudinal, uniendo las claves, en las naves central y transversal.