El año 1975 concentra fechas cruciales de la historia española reciente y coincidió con el nacimiento de proyectos musicales que buscaron (r-)evolucionar el desarrollo de la música contemporánea en España. Algunas, como el grupo instrumental L.I.M., sirvieron, por tenaz iniciativa propia, de oportuno acicate a la creatividad y divulgación internacional del catálogo de Carmelo.
Recordando aspectos poéticos ya formulados, veía la luz una partitura de título sugestivo: Ayer... soñé que soñaba (75) sobre Machado (A.). Al tiempo que, saltando de formato instrumental, Juegos (78) y, sobre todo, Villanesca (1977-8), homenaje a Francisco Guerrero estrenado en Holanda (Hilversum) por Jean Fournet, preparan el camino para sus grandes trabajos del 80: la Sinfonía núm. 2 y Galatea, Rocinante y Preciosa.
Este periodo alberga un previsto renacer camerístico a lomos de proyectos interpretativos como el citado: Superposiciones variables, Así o Tiempos (del 76), Achode (77), ¡Qué familia! (79) dedicadas al Quinteto de clarinetes L.I.M., A mi aire, Koankintetto, Variantes combinadas- Superficies variables núm. 2 (todas del 80). En el apartado de música para solo cierra el ciclo Superficies con su quinta entrega -contrabajo- en 1979, el mismo año en que Entrada devuelve Carmelo a sus bandas. Apartado éste, el de la música para banda, en el que se ha destacado su pasodoble Paco Molero, estrenado, grabado y divulgado por la, su, banda sinfónica madrileña.