Composers

Bernaola, Carmelo Alonso (2009 version)

Sus primeras obras tuvieron como protagonista géneros emparentados con su esfera instrumental, el viento madera, aunque pronto, llevado por sus estudios en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid con Julio Gómez -docencia compartida con los Calés, Massó o Forns en disciplinas varias-, aquellas partituras adquirieron formas y destinatarios más universales. Partiendo de la página escrita en el 44 para la (su) banda de Medina de Pomar, Entre las torres, hasta Música para quinteto de viento del 55 se suceden Serenata (46), Breve capricho (48) con clarinete solista, piezas para coro: A media noche (46), Al agudillo (48), Villancico (49), Canción a seis voces mixtas (54) y Beti penetan (55); su Pieza para instrumentos de pulso y púa es premiada el año 1954 en Santiago de Compostela. Ciclos de Canciones sobre Rosalía, Machado -Manuel- y Juan Ramón acompañan obras que accedían ya, con cierta timidez, a nuevos dominios tímbricos: Dúo para flauta y trompa, Concertante con piano o el Trío-Sonatina, todas del 55. Este mismo año recibiría la Mención honorífica del Premio Nacional de Música y los premios Samuel Ross y Nacionalde compositores del S.E.U. que obtendría al siguiente para desembocar, con su Cuarteto de cuerda 1, en su primer Premio Nacional de Música.

El camino por el que Carmelo se decanta es el heredero del dodecafonismo de la Segunda escuela de Viena de entreguerras, en una versión más o menos heterodoxa, en cierto modo latina, entendida siempre, como cualquier otro recurso de su paleta, al servicio del resultado sonoro y no al contrario. Así las cosas, la música europea en plena vorágine, trasgresión y autocrítica, adquiere con Bernaola un nuevo compositor atonal, en línea con el serialismo imperante según los presupuestos legatarios de aquél expresionismo lírico, aún dodecafónico, que Berg preconizó. En este contexto nacieron sus primeras obras maduras: Suite-Divertimento y Tres piezas del 56, Homenaje a Domenico Scarlatti I con clave solista del 57, Canción y danza (58), Cuatro piezas infantiles (59) pieza anticipada para su primera hija Cecilia1 -nacida durante las largas pruebas del Premio de Roma- "con ánimo de que llegara a interpretarlas algún día" y, sobre todo, Piccolo concerto del 59. Año, el de 1959, que fue también el de su boda -5 de febrero- con la burgalesa -Pedrosa de Valdeporres- Mari Carmen Ruiz Morodo justo un año después de finalizar sus estudios en el Real Conservatorio madrileño. Institución ésta que, sólo en el año 56, le había llegado a otorgar la friolera de cuatro permios académicos internos (clarinete -primero-, contrapunto y fuga -primero-, música de cámara -primero y extraordinario- y como curiosidad, uno de análisis denominado "Mozart" con ocasión de su segundo centenario) y en el 58 el remate del Primer premio y extraordinario de Composición.

Con Cambio (60) para cuerda, se inicia un bienio transcendental para Carmelo que arranca con la obtención del codiciado Premio de Roma a finales del 59 y su posterior estancia en la Academia española (60-62) de la citada ciudad eterna, donde firmara sus Constantes (60) y Sinfonietta progresiva (61) y sus Superficies n.1 (61) en clave fenomenológica, en un periodo personal coronado por el nacimiento de su segunda hija Liliana. Goffredo Petrassi será su mentor en Italia, formación que unió a inevitables estancias en Darmstadt ("los cursos" por antonomasia de la nueva música), Academia Chigiana de Siena, Venecia, Múnich o el Colegio de España en París. Viajes que le pusieron en contacto con primeros espadas de su tiempo y donde no puede dejarse de mencionar el estudio de la música para cine llevado a cabo de la mano de todo un Angelo Francesco Lavagnino (Campanadas a medianoche y Otello de Welles, Calabuch de Berlanga entre otras) junto con las enseñanzas del carismático y también temperamental director rumano, paladín de una comprensión fenomenológica de la música, Sergiu Celebidache.

El otro polo de creación musical contemporánea aprovecha el esplendor de la electrónica. Bajo su luz la relectura de los recursos compositivos que hace Bernaola y su generación, convergió en el empleo de una aleatoriedad controlada y erigió la repetición como proceso constructivo primordial. Aún cuando ya había sido explotada en sus propiedades (dis-)tensivas por varios padres de la contemporaneidad entre los que destaca Stravinsky, el empleo de "loops" (anillos) inspirados en la incipiente electrónica, traslada facultades creativas a los intérpretes que exceden sus límites tradicionales.

1Cecilita: "il più grande capo laboro di Bernaola" [al decir de su maestro Goffredo Petrassi].