Kontzeptua

Ópera

Llegados a este punto podemos abrir un paréntesis para señalar el creciente interés, en el siglo XIX y en los primeros años del siglo XX, por una temática vasca en las escenas líricas del extranjero. Pasemos rápidamente las citas anecdóticas, que afectan fundamentalmente al aspecto de la intriga (del Philtre de Auber, 1831, al Trouvère de Verdi, 1853), para llegar a alusiones un poco más sustanciosas (Ledia, de Valentín Zubiaurre, creada en Madrid en 1877) y, por último la serie de obras dedicadas a la Ópera Cómica de París: La Navarraise (de Jules Massenet, 1895, después de una creación londinense el año anterior), que se desarrolla cerca de Bilbao en 1874; Guernica (de Paul Vidal, 1895), que representa un episodio real de la segunda guerra carlista; La cabrera (de Gabriel Dupont, 1905), cuya principal protagonista es una joven cabrera de Getaria (Gipuzkoa); Les pêcheurs de Saint-Jean (de Charles-Marie Widor, 1905), que se desarrolla entre los pescadores de Saint-Jean-de-Luz (Lapurdi); Chiquito (de Jean-Charles Nouguès, 1909), subtitulado "le joueur de pelote" (el jugador de pelota); La jota (de Raoul Laparra, 1911), que aún hace referencia a la guerra carlista, en este caso la primera.

Chiquito es una imitación del Ramuntcho de Pierre Loti, que también inspirará una adaptación de René Chauvet (supuestamente terminada pero cuyo manuscrito completo no ha sido encontrado) y una ópera de Deems Taylor creada en Filadelfia en 1942. Entre las obras que no han experimentado una verdadera creación, se puede citar La sorcière d'Espelette de Louis Amouroux (presentada sin realización escénica en una fiesta privada en el Gran Teatro de Burdeos (Francia) en 1897), Les trois vagues (Las tres olas) de Charles Bordes (que quedó sin terminar en 1909 a la muerte de su autor, quien se había inspirado en una leyenda de Juan Venancio Araquistain) y Berteretche de René d'Avezac de Castéra (con un argumento sugerido por Bordes y basado en la célebre endecha suletina que lleva el mismo nombre).

Estas obras, de temática vasca más o menos pronunciada, de lengua italiana, española o francesa, no son concebidas por sus autores como "óperas vascas", y no son recibidas como tales por el público. Sin embargo, existe un innegable vínculo histórico entre las creaciones de la Ópera Cómica de París y la serie de obras montadas a instigación de la Sociedad Coral de Bilbao a partir de 1909. Eloy Garay, su decorador habitual, fue enviado a esta institución lírica parisina (que, desde 1891, ha dado lugar a la creación de casi todas las óperas naturalistas francesas), para observar sus decorados, sus trajes y su iluminación, y sus realizaciones tuvieron una gran influencia en la orientación estética del Teatro Lírico Vasco. También hay que mencionar la influencia del Teatro Libre de André Antoine, con el cual colaboró Etienne Decrept: decorados fieles, selección de accesorios reales, trajes tomados de la vida real, importancia de la iluminación eléctrica e interpretación "natural" son algunos de los elementos modernos introducidos en el escenario francés por André Antoine y que están presentes en los escenarios vascos.