Kontzeptua

Ópera

La utilización del euskera es, por tanto, una elección que se ha podido poner en tela de juicio; la Sociedad Coral de Bilbao, por su parte, había optado por el bilingüismo (facilitado por la forma ópera-cómica adoptada en algunas obras: canto en vasco, escenas habladas en castellano), para asegurarse el éxito entre el público. Esta decisión fue muy criticada, y varias de estas óperas-cómicas fueron transformadas más tarde en óperas, con un texto íntegramente en euskera. Así mismo, la cuestión del tipo de lenguaje que se debía emplear suscitó muchas preguntas: euskera literario o euskera popular, incluso francés o español chapurreados, para aportar realismo. Algunos libretos están en prosa, pero los versos convienen más a la tradición de los bertsolaris, cuya influencia queda patente. Los libretistas suelen ser escritores o poetas conocidos, cuyo apego a su país y a su lengua es bien conocido y, cuando es necesario, se utiliza un traductor.

Los argumentos, de los cuales podemos hacernos una idea rápida a través de la nomenclatura cronológica arriba indicada, desarrollan los temas valorizados por el renacimiento nacional: exaltación del vasco "auténtico" observado en su entorno "natural", cuyos aspectos primitivos y arcaicos se ven como una garantía de su cualidad de vasco; fidelidad a las instituciones y a los valores heredados del pasado, así como a la religión (pagana y luego cristiana); apego a la lengua vasca, que es garantía de virtudes morales y manifestación de la especificidad euskaldun; amor visceral a la libertad; gusto por la fiesta, y la danza en particular. Todo lo que no es conforme con esta visión de las cosas es pasado por alto (industrialización, vida urbana, modernidad, conflictos sociales, desviaciones familiares condenadas por la moral cristiana, como el adulterio, los nacimientos fuera del matrimonio, etc.), y el gusto por la miseria humana característico del naturalismo contemporáneo está totalmente ausente en esta visión idealizada de la sociedad tradicional.

Así mismo, el retrato del vasco, particularmente a través de algunos tipos que se estiman representativos (el pastor, el campesino, el marinero, el pelotari, el bertsolari, el anciano sabio, la mujer joven y decidida), hace hincapié en una psicología propia (rectitud, reserva, valentía, moralidad alta, "nobleza natural", carácter simple y entero, respeto filial) que debe definirlo y diferenciarlo especialmente de sus vecinos cercanos.