Kontzeptua

Ópera

No obstante, es sorprendente el éxito popular de la empresa, sin parangón en Francia y en España, y que más bien recuerda al papel desempeñado por el teatro lírico en los países checos, por ejemplo: la ópera vasca ocupa las portadas de los periódicos de todas las tendencias políticas, arrastra a miles de espectadores a representaciones para las cuales nadie duda en transformar un campo o una fábrica en un teatro improvisado. De forma más habitual, se hacen representaciones en los teatros de las principales ciudades del país, ante público socialmente heterogéneos que, a veces, incluyen a extranjeros que están de paso. Los servicios de trenes especiales permiten a los habitantes de las ciudades y los pueblos venir para asistir al espectáculo y, en ocasiones, el número de representaciones tiene que ser aumentado debido a la demanda. Algunas óperas pasan a formar parte del repertorio y son reestrenadas periódicamente.

La mayoría de los intérpretes son aficionados y, generalmente, proceden de las corales (los demás son gente de la región convertidos en profesionales), y lo que podría haber parecido un impedimento se convierte en una baza. Se opina de forma unánime que los medios vocales limitados y la falta de experiencia en escena de los cantantes les proporcionan una simplicidad que va muy bien con la imagen de un Vasco reservado. Quizá esta situación también acerque al público a los intérpretes: la cuestión es que hay una verdadera comunicación entre el escenario y la sala, y que muchos oyentes viven el espectáculo como si se tratara de hechos reales (llantos emocionados en los momentos trágicos, irrintzis y lanzamiento de boinas en el momento de las escenas de fiestas, etc.).

La prensa, tanto la diaria como la periódica, también constituye un foro de debate o de iniciativas sobre diferentes aspectos de la creación de un Teatro Lírico Vasco. En ella se pueden encontrar interrogantes sobre la conveniencia de crear un teatro nacional que sería "como un Bayreuth euskaldun" (Gascue, 1906: 53), o sobre la posible organización de giras por el País Vasco, o incluso con destino a la diáspora argentina. También se pueden seguir las etapas de la creación de la Sociedad Lírica Vascongada, que reagrupa "a los amantes de las costumbres y tradiciones vascas", que en 1905 lanza en San Sebastián una suscripción destinada a fomentar la creación y la difusión de óperas. También en la capital guipuzcoana y en la misma época, un folleto del musicógrafo Francisco Gascue hace el balance de la propia eventualidad y las modalidades de una ópera vasca que tiene cierta resonancia entre los compositores. Algunos años más tarde, se hace eco de este folleto la Carta sobre el Teatro Vascoque Etienne Decrept, libretista de Maitena, hace publicar en 1910 en la Revista Internacional de Estudios Vascos.