Sailkatu gabe

EUSKARA (IDIOMA VASCO)

HABLAS.No nos referimos al habla, al uso real de la lengua, sino a especificaciones del idioma en relación al niño, al sexo o a la edad, por un lado, o al sabor popular o empaque académico, por otro. Cuando se habla a un niño, cuando hablan hombres entre sí, o mujeres entre sí, o adultos simplemente, se hace empleando vocabularios, expresiones, fonética e incluso contenido de ideas, noticias, etc., peculiares a cada grupo. En todas las lenguas existen "argots", "jergas", lengua popular y lengua escrita, lengua privada y lengua oficial, que no son sino modos de emplear la lengua común según entre quienes se use.Pueril. El lenguaje pueril se emplea al trasmitir el idioma al niño por vía de tradición oral a cargo, principalmente, de la madre. El niño oye a los mayores hablar pero sólo atiende cuando se dirigen a él, y es en ese momento cuando nace el habla infantil que usan el adulto y el niño entre sí o los niños entre sí. Ni qué decir tiene que predomina el tono afectivo pero con vocabulario y expresiones propias del habla pueril. Asi, se dirá ñam, "comer", en lugar de jan y tastas, en lugar de jo, "pegar". A título de ejemplo he aquí una muestra de vocabulario pueril: 

Palabra común Palabra pueril Traducción al castellano
osaba min erori anai muxu ogi ortza arraultza aragi janari loegin txakurra eseri bero oto pupu, mimi ponp atto pa papa kiska koko txitxi nanan lo-lo guaguau ttaka fufu tio dolor caer hermano beso pan diente huevo carne alimento dormir perro sentarse caliente

Quedan vestigios de un tratamiento infantil en xu, en lugares tan distantes como Murélaga (Bizkaia) y Salazar (Navarra). En vez de ekarri dut, "lo he traído", se dice ekarri xut, o en vez de xin da, "ha venido", xin xu. Es particularidad del habla pueril el emplear el vocabulario sin determinante, sin artículo: koko, "huevo", pero nunca, kokoa. Es la lengua vernácula, mamada, la que modela el alma infantil cargándola de todas las resonancias ambientales del hogar. Esa carga afectiva durará de por vida en cada persona.Hablas de hombres y mujeres. No se ha hecho ningún estudio que se refiera a la lengua vasca sobre habla de hombres y mujeres. Sin embargo, es del dominio público que el euskara comienza a perderse en la mujer, más particularmente, en las jóvenes. No obstante, en el Oriente navarro, la mujer ha conservado mejor el euskara porque el hombre emigraba con sus ganados durante la invernada a las regiones erdaldunes del Ebro. El príncipe Bonaparte observó que en las casas montañesas de Navarra los hombres comían en la mesa y las mujeres, sentadas sobre banquitos de madera, arrimadas al fuego del hogar. De hecho había dos conversaciones, la de la mesa y la del hogaril. La mujer montañesa navarra ha cultivado mucho el euskara en los centros de reunión con motivo de tareas, lavadero, horno vecinal, veladas invernales. En esa situación social de hombres trashumantes y mujeres sedentarias el euskara de éstas era más vivo, rico y expresivo. Los lingüistas han venido discutiendo el problema del habla según el sexo, considerando unos que la mujer es más innovadora y viceversa. Hay una palabra muy extendida en el país, que es akeita, "café". Pues bien, tiene una historia relacionada con el tema. Se dice que en Sara (Lap.) se reunían en veladas varias etxekoandres de la vecindad y se permitían el lujo de tomar café en la casa de una de ellas. El café en aquel tiempo era artículo de lujo. Para que nadie se enterara de que tomaban café habían inventado la contraseña de llamarle akeita. Y el nombre, una vez descubierto, prosperó y tuvo éxito. De todos modos, un habla, la que fuere, no es sino una matización de la lengua común, asociada a otras matizaciones debidas a la edad, la profesión, el dialecto e incluso familia.Hablas especiales. Se suelen denominar jergas a las hablas de grupos sociales diferenciados en las que predominan, sobre todo, vocabularios especiales, como ocurría en Euskalerria con la jerga de los canteros. Pero, aparte de la acepción que se da a jerga, como la de algo complicado e incomprensible con ribetes de mal gusto ó simplemente despectivos, consideramos aquí, bajo el título de "hablas especiales", aquellas empleadas en cualquiera de los ámbitos sociales y que ofrecen aspectos de incomprensibilidad para el no iniciado. En efecto; al oír hablar a pescadores, albañiles, tipógrafos, adivinadores, médicos, filósofos, pintores, músicos, etc., nos vemos sumergidos en un habla ceñida a sus asuntos y dotada de terminologías, modismos y expresiones privativas. El carácter esotérico, en sus acepciones referentes a lo oculto, misterioso o cabalístico, puede ser un recurso para mantener cerrado el círculo de los hablantes o bien un resultado de la especialidad. El habla de los brujos vascos, que se trasluce en los procesos y declaraciones ante los jueces, ofrece terminologías de la secta, incluidos latinajos, cuyo significado sería indudablemente desconocido para los no iniciados. Porque una de las características de los grupos clandestinos o marginados legalmente, es, precisamente, el poder hablar impunemente ante los demás, dando a las palabras un sentido que solamente comprenden los iniciados. Cada profesión, cada situación social, cada menester especializado, (leva consigo un habla peculiar inserta en la general. Mejor dicho; el habla común se tiñe de especialidad, visible principalmente en una terminología propia del ámbito en el cual se inserta el grupo. Quiere esto decir que, en principio, existe siempre la tendencia a que cada ámbito cultural tiña al lenguaje común dotándole de terminología específica como puede ser la religiosa, pedagógica, informativa, artística, ética, jurídica, consuetudinaria, filosófica, científica, literaria, económica, política, vecinal, parental, tecnológica, familiar, etc. Lo interesante es localizar a las hablas, a las jergas, si se le quiere dar este nombre, en el contexto general. Al fin y al cabo, un habla, así entendida, es una modalidad lingüística diferenciada de las demás pero protagonizada por subgrupos sociales definidos y matizados por una especialidad de la vida sociocultural. Es bien elocuente una anécdota ocurrida al catedrático de Ciencias Naturales en la Universidad de Barcelona D. Telesforo de Aranzadi. No disponía de una silla en la clase para sentarse el alumno durante el examen, ni podía comprarla porque no había consignación en el presupuesto oficial para esos menesteres. En cambio, para material científico, sí. D. Telesforo, que, junto al mal genio tenía a veces sentido del humor, hizo la petición por escrito con el concepto: "para un sustentáculo antropológico", tanto. Y fue aprobada la partida y comprada la silla. En euskara existe, además, una jerga propia de gitanos euskaldunes cuyas palabras se hallan señaladas en el diccionario de Azkue con la abreviatura (git.). Fuera del pais, usaban los canteros, p. ej., una jerga que les servía para hablar sin que les entendiesen los demás. Usaban palabras vascas, como medio de guardar sus secretos profesionales. El general F. de Sojo es autor de un breve estudio sobre "La Pantoja", jerga de los maestros canteros de Trasmiera. En esa jerga se incluyen algunas palabras euskéricas. En el siglo XIX las usaban los canteros gallegos y santanderinos. De ambas jergas, la pantoja santanderina y el latin dis canteiros son estas palabras que entresaca Caro Baroja: batebi = "dos", iro = "tres", lao = "cuatro", bosto = "cinco", andio = "grande", araguia = "carne", ardoa = "vino", arguina = "cantero", arria "piedra", artoa = "borona", ascorea = "hacha", acosca, eguzqui, uzquia = "sol", bai = sí, bizarra = "barba", Caico, Jaicoa, Quicoa = "Dios", chacurro = "perro", digun, egun = "día", esnia = "leche", ez = "no", guichis = "poco", iriosco = "toro", jatear = "comer", mandoa = "burro" o "caballo", oguia, uguia = "pan", ordaco, urdio = "cerdo", ordallo = "tocino", oreta, ura = "agua", orza = "frío", sagarria, xagardas = "manzana", sua = "lumbre", surquina = "bruja", zarro = "viejo", zorrios = "piojos", zurico = "duro de plata", zustiagana = "madera". Parece ser que también en otras jergas de oficios se usaban palabras vascas.Habla popular. En el dominio de la calle, el idioma se oye bajo la especie que podríamos llamar popular, en contraste con la escrita. La gente contrae terriblemente el idioma cuando habla, usando, además un vocabulario restringido a las necesidades verdaderamente de la calle, noticias, comentarios, ocurrencias, encargos. Para dar una idea de lo que es el habla popular puede servir la muestra siguiente que se compara con su forma correcta o culta.

Popular Oficial
Beasingo baserri baten Alakoaten gizonak Andi bela artzen do su ta gar Arrezkeo Mumendiko leizen Beasain-go baserri batean Alako batean gizonak Andik bereala artzen du su ta gar Arrezkero Murumendi-ko leizean...

El ejemplo anterior representa el caso extremo de contracción y sin tener en cuenta el contenido del habla popular, donde no todo es parejo tampoco según la educación de cada uno, visible en ese hablar digno y noble de algunas personas y plebeyo, de otras; en ese hablar correcto y en el hablar vulgar; en el bien hablar o el mal hablar, en el sentido del uso o no uso de palabrotas, tacos y demás síntomas de un complejo que suele ser exponente de impotencia o de real inferioridad. Se suele señalar al habla popular de Tolosa como la más correcta y menos vulgar, lo cual implica un mayor número de personas cuyo bien hablar se sujete a un vocabulario modelo, no contraído, que luego sea el más apto para ser fijado por la escritura. Pero este estado del habla suele ser efecto no sólo de la conversación entre individuos bien dotados, sino, en nuestro país, del sermón y de la enseñanza del catecismo en las parroquias.