Kontzeptua

Biziraupena (1997ko bertsioa)

El pueblo llano. En la Euskal-Herria oceánica, la dieta del estamento inferior hasta mediados del s. XVII, fue siempre pobre y aleatoria. En los meses de invierno se componía casi exclusivamente de castañas (parece que la introducción del castaño se debe a los romanos), algunas leguminosas entre las que destacan las habas (baba beltza o baba-txiki) y poco más, si exceptuamos la franja litoral, donde la pesca y el marisqueo servían de paliativo a la exigüidad de la superficie cultivable y a la subsiguiente carencia de alimentos. En estas comarcas, los cultivos más antiguos fueron el mijo, el centeno, la cebada y un trigo de baja calidad, o de montaña. También empezaron a sembrarse tempranamente la berza y la escarola y un árbol frutal: el manzano. En las regiones situadas al S. de la divisoria de aguas, la agricultura estaba más desarrollada y resultaba más productiva; la climatología y el terreno eran propicios hasta el punto de poder poner en cultivo lo que se ha dado en llamar la «trilogía mediterránea», es decir, el trigo, la vid y el olivo, en las comarcas meridionales de esta subregión. Las zonas montañosas, imposibles de labrar, dieron lugar a una economía pastoril que serviría para aportar alguna proteína animal a la dieta del campesino vasco, aunque sabemos que la presencia de productos cárnicos en la alimentación del estamento inferior fue siempre muy escasa.