Léxico

SOCIEDADES POPULARES

Mutaciones y renovaciones en la moderna sociedad. Mutaciones y renovaciones en la moderna sociedad popular. En las décadas de los sesenta y setenta las sociedades proliferan y van produciendo una tipología renovada en el propio proceso de transformación del País: en los barrios rurales recuperando edificios públicos obsoletos (edificios escolares, parroquiales, municipales), en los barrios de inmigración, (adquiriendo lonjas y recuperando locales públicos), se promueven sociedades, cuyas instalaciones y usos se definen cada vez más en un modelo unificado que tiene algo de la «herriko-taberna» tradicional de una comunidad, pero también del espacio apropiado por un grupo (unas personas y sus cuadrillas en interrelación) con frecuentes referencias sectoriales (los aficionados a una actividad) o locales (los vecinos de la zona). En poblaciones guipuzcoanas fuertemente industrializadas y de tipo medio (entre 15.000 y 50.000 habitantes) no es raro encontrar hoy sociedades, en número creciente, en la calle, en los suburbios urbanos, en los suburbios rurales, con lo que empieza a dibujarse dentro de la tipicidad señalada, utilizaciones complementarias por parte de los socios (de cuadrilla, en familia, de uso cotidiano, de fin de semana, etc.). Puede llegarse así a ser socio de varias, aunque «la sociedad» por excelencia es una: aquélla en la cual se plasma mejor ese carácter general de vida de cuadrilla. Y puede producirse así mismo -en estas pequeñas ciudades- tal abundancia de sociedades (una por cada mil quinientos o dos mil habitantes) que prácticamente toda la población adulta está habituada a ellas (no es raro que los socios sean varias decenas). Si a ello añadimos una cierta competencia en ampliar y mejorar las instalaciones (con presupuesto de varios millones de pesetas), las sociedades se presentan como una infraestructura muy significativa para distintas actividades colectivas. En la «sociedad» puede realizarse la dimensión «managerial», «política», «pública» (promoviendo, dirigiendo, organizando, reuniendo) pero siempre dentro de unos límites comunitarios, no productivos, sin formalización de ideologías estrictas. Va a ser precisamente en la década de los ochenta, cuando los replanteamientos de los marcos asociativos provocados por la transición política y las nuevas pautas de conducta, especialmente en las relaciones inter e intrageneracionales, contribuyan a redefinir y diversificar este tipo «tradicional» de sociedades: la presencia de las mujeres como socias de pleno derecho, las sociedades de jóvenes de ambos sexos, la extensión del modelo a colectivos de barrios urbanos (tipificados como de inmigrantes) o rurales (con población residual o renovada)... todos estos factores diversifican el carácter de las sociedades y lo que socialmente representan. Sin embargo, a pesar de la multiplicidad de fórmulas asociativas populares y con rasgos comensalísticos, las herrikotabernas o batzokis, sociedades deportivas, culturales o religiosas pueden reconocerse como constituidas por factores diferenciales de las sociedades populares: en éstas el objetivo y la práctica fundamental son los de la pura reunión en torno a una mesa para comer y beber buscando unas formas de relación compensatorias de la división social del trabajo dominante y muy particularmente de los tiempos y espacios, de los ritmos que caracterizan a la sociedad urbana industrial; su forma de organizarse para alcanzar este objetivo es la de apropiarse de un local (accesible dentro de las condiciones reinantes en la propiedad horizontal), hacer una instalación adecuada a las celebraciones gastronómicas, ponerse un nombre y algún signo de tradición cultural específica, establecer unos criterios de acceso y participación selectivos (por criterios de vecindad, reproducción familiar o participación en alguna actividad sociocultural), y practicar ese espacio como un «hogar» de celebración, como un lugar de solidaridades elementales, vuelto hacia dentro (con cierta privacidad y ejercicio de relaciones primarias), lo que no impide su funcionalidad en el exterior.