Léxico

SOCIEDADES POPULARES

Una forma de solidaridad elemental. Casi todas las informaciones tienden a situar el origen de las sociedades en San Sebastián; de alguna manera, la peculiar burguesía guipuzcoana, especialmente en su dimensión de pequeña empresa mercantil industrial constituye el sustrato desde el que se promocionan las sociedades. El s. XIX avanzado sería el marco apropiado -ante el propio fenómeno de la nueva diferenciación de clases- en el que con innegables referencias de tipo estamental, se produjesen formas de solidaridad que si bien pueden cristalizar ideologías políticas pueden presentar institucionalizaciones peculiares de lo comunitario-grupal. En un esquema de ambos supuestos alternativos y del proceso dominante por el cual se ha producido esta institucionalización, basta recordar dos de las más antiguas sociedades de San Sebastián, en plena vigencia hoy en día: la «Unión Artesana» (1870) en su emblemática y en la ubicación de su sede representa toda una opción: se trata de un reesfuerzo de solidaridades de pequeña burguesía fabril, con tono estamental, que instalará su sede definitiva en el «Ensanche Oriental» (primer desarrollo burgués del viejo casco) y que en la actualidad se caracteriza por dos aspectos: mantiene un local abierto al público, pero en el que los socios marcan pautas particulares de utilización, con amplia popularidad y una participación muy significativa en las celebraciones de San Sebastián («caldereros», «barrileros», «carnavales») y su «charanga» es una de las más características de San Sebastián. Su tono, originariamente, y en la práctica actual se diferenciará netamente del Círculo Mercantil; la «Artesana» es una sociedad popular y el Círculo es un «casino», aunque en su interior tenga una sociedad gastronómica. «Gaztelupe» nace ya como el prototipo de sociedad lúdica, restringida no a una fracción de clase, o un círculo de intereses económicos, sino a unos grupos que parten de la celebración ritual, de la privacidad de un «txoko», en donde desarrollar formas de relación social menos convencionales, menos pautadas por la división social del trabajo y de las clases. Aunque ello puede producirse precisamente desde la homogeneidad de una clase social, se trata precisamente de producir formas de comportamiento alternativas/compensatorias en un ámbito lógicamente cerrado o reducido. «Gaztelupe» aparece hoy, incluso con su escisión en «Gaztelubide», como el prototipo de la buena cocina, las buenas canciones, las celebraciones de homenajes a populares de diverso grado. En donde la «fanfare», los rituales gastronómicos, la afirmación de tradiciones donostiarras -«koskeras»- arrastran a sus miembros -e incluso a sus invitados distinguidos-. Su control en la admisión de miembros y su ubicación en la parte más expresiva de la pervivencia de un viejo San Sebastián (camino o al pie del Castillo), han configurado toda una mitología. Lo significativo es que, aún partiendo de referencias de clase o de élite, este tipo de sociedades, que estatutariamente son restringidas, no adoptan la restricción típica reduplicadora de una estructura social y del poder, sino que progresivamente se presentan como una pura concelebración, en una pura producción de formas de solidaridad elemental (el sexo, la edad), que si no alternativas, sí son lo suficientemente diferenciadas (en complementación o en contraposición) del modelo de sociedad industrial-urbano. «La sociedad» desde diferentes orígenes ha llegado a ser, en su propia referencia simbólica y práctica a un origen social diferenciado, en su propio carácter público-doméstico, un modo de producir relaciones sociales en las que se dinamitan las propias estructuras elementales, con toda su ambigüedad o capacidad estratégica de reformular su función.