El domingo día 26 de noviembre, el escribano de la Armada, Hernando Riquel, leyó la instrucción que se había dado al general, con encargo de no abrirla hasta llegar a cien leguas de distancia del puerto de Navidad. Contenía una confirmación de las Instrucciones ya conocidas y Orden de ir directamente a Filipinas, siguiendo el rumbo de López de Villalobos.