La experiencia adquirida en las desastrosas expediciones desde Magallanes a López de Villalobos aconsejaban suma prudencia en el consumo de víveres, sabidas las dificultades de abastecimiento. La Instrucción de la Real Audiencia aconseja que vayan a buen recaudo, pues "el viaje es largo y que la vuelta hasta aquí -Méjico- no se ha acertado". Que se den las "raciones limitadas y concertadas, cometiéndolas a personas de toda confianza". Recalca: "...que no vayan en la dicha Armada, criados ni mozos de servicio superfluos". Y advierte, "y si más gente fuera, en especial de la inútil" que se acabarían los bastimentos con riesgo grave para el buen fin de la expedición.