Unassigned

NIÑO, NIÑA (NIÑOS EN LA GUERRA)

Organización de las evacuaciones. La organización de las evacuaciones estuvo a cargo de diversos departamentos. En primer lugar, intervino Asistencia Social para ordenar las listas y efectuar los nombramientos; intervino también Cultura para el nombramiento del personal pedagógico y auxiliares. Al lado de estos dos departamentos participaron también otros, tales como el Departamento de Sanidad (para vacunar, tallar y pesar a los niños antes de la salida, y prestar atención sanitaria durante el viaje); el Departamento de Gobernación (para el arreglo de pasaportes, fechas de embarque y desembarque, ingreso en los países de destino); Hacienda (para dar instrucciones acerca de la clase de moneda necesaria y la cantidad que se podía sacar). Fue en Presidencia donde se decidió la salida del famoso coro «Eresoinka»; su envío, que fue una decisión personal de Aguirre, se hizo con el doble propósito de servir de propaganda a la causa de Euzkadi, y organizar la cultura vasca en el exilio. «Eresoinka» cantó y actuó en las principales ciudades de Francia, Bélgica, Inglaterra y Holanda; su éxito fue enorme en este sentido, y juntamente con la ya citada agrupación infantil «Elai Alai» y la misma selección de fútbol de Euzkadi, su contribución fue real y efectiva a la causa de la propaganda. Por encima de todos los organismos habría que destacar, quizás, la ingente labor desarrollada por el departamento que dirigía Juan Gracia. Como señala E. Goyhenetxe: «A la hora de atender a los refugiados, nuestro hombre fundamental fue Juan Gracia, consejero de Asistencia Social, socialista y buen patriota con el que colaboré estrechamente desde el primer momento, por la sencilla razón de que desconocía el idioma francés, sirviéndole, por tanto, de obligado intérprete. Con él, y con la ayuda de Heliodoro de la Torre, creamos toda una organización de asistencia, hicimos hospitales, colegios y centros de recuperación, alquilamos castillos al objeto de acomodarlos como refugios colectivos, y en la medida de lo posible, se ayudó económicamente a cada una de las familias» (Goyhenetxe, 285). ¿Cabe decir de todo lo arriba dicho que estamos ante una organización perfecta y un control completo de las expediciones? De ninguna forma. Por el contrario, se puede decir que el control de salidas nunca fue completo y que no faltaron momentos de desorden real en la organización. Al hablar de estas cuestiones, los informes de Asistencia Social achacan el desorden y el descontrol a diversos factores, tales como la premura del tiempo, el hecho de haberse realizado por mar las evacuaciones y la intervención de diversas autoridades que disponían de los refugiados. No hay que olvidar que hubo barcos que salieron directamente de los puertos de Bermeo, Ondárroa, Guetaria, etc., aprovechando la retirada de las tropas. Todo esto hará que no se pueda saber, a ciencia cierta, el número exacto de niños evacuados en el momento de salida; para subsanar estos fallos, de alguna forma, los departamentos vascos realizaron en el exilio varios censos. Volveremos en otro escrito sobre este tema de las cifras de los exiliados. Por último, hay que consignar que la organización de las evacuaciones fue diferente según los países de destino. Entre todas las naciones que se ofrecieron para recibir refugiados, Francia fue, sin duda, la primera en abrir sus fronteras y la que más generosa se mostró. En la elección de Francia como país de destino influían también mucho su misma cercanía geográfica y una cierta afinidad cultural entre los Pirineos Atlánticos y el País vasco español. Tanto en el caso de las expediciones realizadas a Francia como Gran Bretaña es justo destacar la intensa labor desarrollada por las delegaciones vascas de París y Londres, antes y después de la llegada de los refugiados.