Dance

Danzas de Ochagavía

Los datos previos a 1830 exponen las dificultades que el Ayuntamiento de Ochagavía tuvo para encontrar músico que interpretara las danzas. Al músico, hasta bien entrado el siglo XIX, lo denominan -dependiendo del libro en el que esté registrado el dato- jular, tamborin, gayta, tamborero, musico o gaitero. Ochagavía siempre tuvo la necesidad de ir a su encuentro y, en numerosas ocasiones, será Francia el lugar de procedencia del mismo.

Las diferentes denominaciones con las que se reconoce al músico no permiten reconocer el instrumento que materializaba las danzas, en los ciento cincuenta primeros años de andadura del paloteado ochagaviano. No obstante, la hipótesis fundamentada en algunos documentos y, sobre todo, en la estrecha relación que los vascos de la Baja Navarra mantenían con la villa de Ochagavía, presenta al ttunttunero como protagonista y músico de estos bailes, durante la más antigua etapa de los mismos.

A partir del sigo XIX, el músico intérprete de las danzas ochagavianas aparece con nombre, apellidos y procedencia. Tierra Estella (Morentin, Oteiza de la Solana, Dicastillo, Estella) abastecerá de músicos a la villa pirenaica hasta finales del siglo XX.

El instrumento que gana la batalla en la lid musical es la gaita navarra y los gaiteros serán quienes, a su vez, materialicen el baile de la fiesta, el de la plaza, con otro tipo de instrumentos.

A pesar de que, durante el siglo XX, Ochagavía soportará etapas de sequía por falta de gaiteros propios, tendrá recursos para suplir estas ausencias gracias a músicos clarinetistas oriundos de la villa y gracias, también, a alguna pequeña banda de música procedente de Lumbier.

En la actualidad, son los gaiteros de esta localidad quienes junto a los propios de Pamplona posibilitan la ejecución del paloteado más reconocido del Pirineo navarro.