Dos grandes escultores, Eduardo Chillida y Jorge Oteiza, realizan su obra libre y original, tanto en su tierra como en otros continentes; sus materiales preferidos: hierro, cemento, madera y piedra. También merecen citarse las obras de Néstor Basterrechea, Remigio Mendiburu, León Barrenechea, Ricardo Ugarte, Andrés Nágel, J. M. Alberdi Urcaregui, Ascasibar, Cobreros, López Carrizo, Elguezua y el ya citado anteriormente Julio Beobide.
El Grupo Aránzazu. "La escultura postbélica es un fenómeno de invención vasca. Es un movimiento que surge, aquí, tras un precedente de absoluta inexistencia. Las fechas claves son la vuelta de Jorge Oteiza en 1949 y la iniciación por esta época de la obra de Eduardo Chillida que dan lugar al nacimiento en Guipúzcoa del Grupo Aránzazu, injustamente omitido en las antologías". (Santiago Amón, ponencia dentro del Curso de Historia del Arte Vasco, San Sebastián-Donostia, agosto de 1983). "El Grupo de Aránzazu está en el término medio del catalán llamado Dau al Set y del madrileño El Paso". El grupo vasco señala una característica que no tienen los demás. No se trata de una agrupación para comentar los problemas del arte. Se trata de hacer una manifestación pública y en el medio público de la costumbre, como es Aránzazu, un trabajo de cara al público. Oteiza es fundamental en el grupo. Su labor desde 1949, tras dejar el figurativo, llega a un concepto del vacío, que en su obra de plenitud abstraccionista está reflejada en sus "cajas metafísicas". En 1959 renuncia a la práctica de la escultura por haber superado los momentos anteriores del arte y por otras razones. La plenitud de la escultura de Eduardo Chillida parte en los años cincuenta. Completan el grupo Néstor Basterrechea, Remigio Mendiburu y Vicente Larrea.
La Escuela experimental de arte de Deba. Fue creada por Oteiza en 1970 en el edificio de las Escuelas Ostolaza, asesorando junto con el pintor vizcaíno Ibarrola. En 1973 la abandonó Oteiza. En 1976 la dirigía, así como el departamento de estudios, J. M.ª Larramendi.