Léxico

VIOLACIÓN (HISTORIA)

e/ El acoso sexual. La violación o el rapto eran en ocasiones el punto final a una situación de acoso sexual a la que el hombre sometía a la mujer. En 1489 María San Juan, casada con Martín de Garay y vecina de la villa foral de Gernika, padeció la persecución de Lope de Albis. Según el tenor del proceso criminal, Lope de Albis recurrió al clásico intermediario sexual, la alcahueta, para solicitar a María San Juan que accediera voluntariamente a sus requerimientos, ya que en caso contrario estaba dispuesto a emplear la fuerza, y amenazaba con matarla si no guardaba silencio sobre su propósito. Ante esta situación María recurrió a unos religiosos para que hablaran con Lope y trataran de hacerle razonar sobre la gravedad de sus intenciones, exigiéndole que se olvidara de ella y consintiera en que pudiera mantener su honra intacta. Esta embajada no debió surtir el resultado pretendido visto los acontecimientos posteriores. Un día que María se dirigía hacia su casería de Garay por el camino real que sale desde Gernika, fue asaltada entre el molino de Muxo y las casas de Elorriaga: "travara de ella con anvas manos e puños e guerreara por la conosçer carnalmente por fuerça e contra su voluntad e de fecho lo fisiera salvo que ella apellidara e diera boses e apellido de la fuerça e por temor a la vesindad la desanparara e así fuyera e se escapara". Ante la insistencia y decisión de Lope de Albis, María San Juan recurrió nuevamente a unos religiosos para que abogaran por ella. Lope, una vez más, desatendió los ruegos y se mantuvo firme en su obstinación. Una noche, armado, se presentó en su casa de Gernika, que estaba en la "calle de Medio", y la asaltara y "procurara por la forçar e dormir con ella carnalmente". Los gritos de María, de una vecina y de sus familiares pusieron de nuevo en fuga al intruso. Al final todo terminó en tragedia, como no podía ser de otra forma. Martín de Garay se lanzó espada en mano contra Lope de Albis, dejándolo gravemente herido y mutilándole varios dedos de una mano. Por esta acción violenta Martín de Garay fue condenado por el Juez Mayor de Vizcaya a pena de destierro y Lope de Albis por sus aviesas intenciones también fue condenado a pena de extrañamiento de la villa.