El Padre Gerónimo Mendieta. Este vitoriano insigne, del hábito de San Francisco, marchó a México el año 1544. Tras una breve estudia en Europa, en 1570 regresa a tierra mejicana donde escribe la Historia del Evangelio en Méjico, terminada en 1596. Sus acusaciones a los conquistadores y su modo de defender a los nativos concuerda con las de los demás "protectores de indios". Dice en uno de sus escritos: "La desenfrenada codicia de los españoles, que no paraba ante nada con tal de saciar su codicia, oprimiendo al indio y reduciéndolo a la condición de una mala bestia". La prosa literaria de Mendieta es casi de antología. De tal forma domina el idioma castellano. La obra de Mendieta no fue publicada hasta 1870. Es entonces cuando el historiador mejicano García Icazbalceta la imprime con el título "Historia Eclesiástica Indiana". De sus cartas solamente subsiste una, publicada en "Documentos para la Historia de Méjico". Por ella se ve que están enfrentados los frailes con la Audiencia y otras autoridades coloniales. Mendieta se encontraba con que el mayor obstáculo para la evangelización era la conducta de los colonos y autoridades. Ante la huida de indios se instituyeron los "alguaciles de campo", encargados de recorrer los montes y darles caza para reintegrarlos a las encomiendas. Cuenta Mendieta que otros se ahorcaban o daban muerte con. hierbas venenosas. Denuncia la ineficacia de las Ordenanzas y Nuevas Leyes que no se cumplen. Dice que "el repartimiento, tal como se practicaba, les daba razón sobrada para odiar y aborrecer la religión cristiana". Un indio le decía: "¿qué ley es esa cristiana, que siendo nosotros los naturales y los dueños de nuestra tierra, llegan esos advenedizos y nos obligan por la fuerza a ser siervos y esclavos suyos? ¿En qué ley cabe que, además de usurparnos las tierras de nuestros abuelos y de nuestros padres, nos obligan a que cultivemos para ellos, no quedando nada para nosotros, siendo nuestras? ¿Qué razón para que, viendo que ellos van en gran aumento y nosotros vamos en disminución, porque nos vamos consumiendo, al ver nuestra triste situación, no se compadecen de nosotros?" México tiene en gran honor al P. Mendieta, como a ese otro vasco, Fray Juan de Zumárraga.