Concepto

Vascos en la conquista y colonización de América (versión de 1978)

Colonialistas vascos. Se trata de personas sumadas a los conquistadores, a los aventureros o a los colonos encomenderos. Rara vez se ve gente inhumana pero también la hay. Se puede citar como un ejemplo a Pedro de Avendaño y Velasco, descendiente de los crueles banderizos vizcaínos. El historiador coetáneo Góngora Marmolejo dice de él: «Era D. Pedro hombre cruel con los indios; recibía gran contento en matallos, y él mismo con su espada los hacía pedazos». Sus propios trabajadores le mataron el 18 de julio de 1561. Un caso de individuo influido por los intereses encomenderos de su suegro se da en otro descendiente de banderizo, D. Martín Ruiz de Gamboa, yerno del encomendero Quiroga, muy poderoso hacendista de Santiago. Era Gamboa un valiente y leal capitán al servicio del gobernador Pedro de Villagra. Este gobernador reformó las ordenanzas que regulaban el trato a los indios disminuyendo la temporada de trabajo, prohibiendo ejercer de capataces de indios a los esclavos negros que los maltrataban y abusaban de sus mujeres e hijas, amparándolos con la vigilancia del protector de indios y de los religiosos, principalmente dominicos. Gamboa se unió a los encomenderos. Debía ir a España a llevar un documento al rey pidiendo protección y reformas. Descubierto, fue preso, procesado e indultado por Villagra, que lo volvió a tomar a su servicio. En 1577 fue nombrado gobernador de Chile Martín Ruiz de Gamboa, encontrándose con el problema en pie. El dilema era o respetar las propiedades, autoridad y libertad personal de los nativos y convivir como extranjeros o apoderarse de sus tierras y cargos y explotarlos como mano de obra forzada. El obispo fray Antonio de San Miguel y el corajudo fraile fray Gil mantenían su posición contraria a la esclavitud de los indios. En 1572 se había dado la orden de suprimir el trabajo de los indios cumpliendo las órdenes del Emperador y sustituirlo por una tasa que deberían pagar a cambio del trabajo forzado. Se llamó la «tasa de Gamboa» y fue promulgada en 1580. Los indios podían elegir entre pagar la tasa o trabajar al servicio de los encomenderos. En tres años éstos se arruinaron, lo que dejó bien claro que sus ganancias las obtenían a costa del trabajo forzado de los indígenas. La tasa cayó en desuso y los indios volvieron al trabajo forzado.