Lexique

MAR (CIENCIA)

Salinidad. La definición de la salinidad propuesta en 1902 por una comisión oceanográfica internacional es: "El contenido total de materia sólida expresada en gramos por kg. de agua de mar cuando el carbonato ha sido convertido en óxido, el bromuro y ioduro reemplazado por cloruro y toda la materia orgánica ha sido completamente oxidada". El valor medio de la salinidad en los océanos es de 35 % con un intervalo de variación situado en general entre 33 y 37 %. En el Atlántico los valores extremos van desde los 37 % en la costa del Brasil entre los 15 y 20 grados de latitud Sur, y los mínimos de 20-32 % en el mar polar ártico. Estos valores de salinidad pueden ser más altos en mares cerrados como el Mediterráneo (39 %) o en el golfo de Suez (41 %) o localmente muy bajos como en el Báltico al norte del golfo de Botnia con salinidades de tan sólo un 2 %. Para una salinidad del 35 % la composición de los principales elementos es:

Cationes Aniones
Sodio
Magnesio
Calcio
Potasio
Estroncio
10,752 gr./l.
1,295
0,416
0,395
0,008
Cloruro
Sulfato
Bicarbonato
Bromuro
Acido bórico
Fluoruro
19,345 gr./l..
2,701
0,145
0,066
0,027
0,0013

La salinidad en las capas superficiales del Atlántico Norte va descendiendo al aumentar la latitud dándose también los valores más altos en el centro del océano y más bajos en las regiones costeras influenciadas por los aportes de agua dulce continental. En el golfo de Vizcaya los valores oscilan en torno a los 35 % que vienen a ser, como anteriormente comentamos, el valor medio de la salinidad del océano. En cualquier caso, sobre todo en la zona nerítica, los valores de la salinidad en las capas superficiales sufren variaciones estacionales y así por ejemplo durante la primavera podemos encontrar valores mínimos que van desde los 33 a los 34 % mientras que los valores máximos de 35,5 % se producen al comienzo del otoño, coincidiendo con la aparición de los temporales que en forma brusca producen una mezcla de las aguas profundas, de mayor salinidad, con las superficiales. La conjunción de la temperatura y salinidad produce una caracterización de las masas de agua que presentan una determinada densidad y unas características propias de refracción a la luz, conductividad eléctrica y velocidad de transmisión del sonido entre otras. Así estas masas de agua en el Atlántico Noroeste son de seis tipos diferentes: El agua central noratlántica (ACNA) situada por encima de los 800 metros de profundidad, con una temperatura comprendida entre los 8 y 19°C y una salinidad de 35,1 a 36,7 %. El origen de esta masa de agua según algunos autores estaría en las masas de agua aportadas por la corriente del Gulf Stream. El agua subártica (AS) caracterizada por una baja temperatura (3,5°C) y salinidad (34,88 %) se forma al Sur de Groenlandia por la mezcla de las aguas de la corriente del Labrador y la noratlántica. Estas aguas superficiales no llegan a afectar al golfo de Vizcaya. El agua mediterránea, de la que tratamos al comentar las corrientes profundas, atraviesa el estrecho de Gibraltar a 300 metros de profundidad con una alta salinidad de 38,1 %. Esta masa de agua más densa se va hundiendo hasta equilibrarse con la densidad del agua atlántica profunda formándose dos corrientes, una por encima de los 900 metros y la otra por debajo de los 1.000 metros de profundidad. En el golfo de Vizcaya esta masa de agua, cuya salinidad ya ha descendido pero aún se encuentra en valores superiores a los 35,70 % se sitúa en torno a una profundidad de un kilómetro. También son aguas profundas el agua del mar del Labrador (AL) con una temperatura de 4°C y baja salinidad de 34,9 %, el agua del mar de Noruega (AN) con valores más altos (temperatura de 9°C y salinidad de 35,33 %) y por último el agua antártica de fondo (AA) con temperaturas en torno a los cero grados centígrados y salinidades de 34,67 %. Como valores medios, en el golfo de Vizcaya podemos delimitar tres capas bien diferenciadas, la primera el agua atlántica superficial que se extiende hasta los 1.000 metros de profundidad con una temperatura media en invierno de 11,6°C y una salinidad de 35,6 %; esta masa de agua estaría relacionada con el agua central noratlántica. Una capa de agua mediterránea de unos 250 metros de espesor con igual temperatura pero con valores más altos de salinidad que llegan a superar los 36 %, y por último una capa de agua profunda con 35 % de salinidad y 4°C de temperatura que guarda cierta similitud con el agua del Labrador.