Lexique

MAR (CIENCIA)

Temporales. La costa vasca se encuentra expuesta a la acción de los temporales que suelen ser relativamente frecuentes en otoño e invierno. El origen de estos fenómenos hay que buscarlo en la dinámica atmosférica; en efecto, el Cantábrico oriental se encuentra afectado por el frente constituído por las masas de aire tropical y polar. Este denominado frente polar va ocupado diferentes latitudes a lo largo del año, desplazándose hacia el Sur en invierno y hacia el Norte en verano. Así pues los ciclones extratropicales asociados a este frente polar afectan a la costa cantábrica durante su descenso latitudinal en otoño- invierno y durante su ascenso en invierno-primavera. Estos ciclones noratlánticos llevan una trayectoria paralela a la costa cantábrica y son absorbidos por el Mediterráneo occidental (que constituye una excepcional región de ciclogénesis) pasando a través del hueco que queda entre la cordillera Cantábrica y los Pirineos a través del País Vasco y Aquitania, dando a su paso vientos que pueden comenzar siendo del norte para convertirse en noroeste u oeste al rolar la borrasca. De los vientos que afectan a la cornisa cantábrica, los del noroeste generados al paso de los ciclones extratropicales son los de mayor velocidad siendo también los más persistentes, lo que unido a un "fetch" importante son el origen del oleaje además de constituir la causa principal del modelo de circulación invernal de las corrientes de marea que antes comentamos. Cuando el centro del origen de este oleaje se encuentra en el Atlántico septentrional -al Sur de Groenlandia- es decir a más de 4.000 km. de distancia, las olas que llegan a nuestro litoral alcanzan más de nueve metros de altura con períodos de 18 segundos y constituyen el conocido "mar de fondo" que como su nombre indica afecta a las masas de agua hasta una cierta profundidad. Estos fenómenos pueden producirse en días con viento en calma, ya que como indicamos su origen es muy lejano. Este tipo de temporales es el que más afecta al relieve litoral y puede ser muy persistente. Las presiones producidas por el agua pueden alcanzar las treinta toneladas por metro cuadrado siendo capaces de mover grandes bloques de rocas, como se dio por ejemplo en San Juan de Luz donde una masa de piedra y cemento de 40 toneladas fue lanzada sobre el parapeto de la playa tras un violento temporal. Existen datos aún más espectaculares como el de un bloque de cemento de 2.700 toneladas que fue desplazado en un temporal ocurrido en 1877 en Escocia. Este tipo de temporales de "mar de fondo" son más frecuentes en otoño e invierno. El segundo tipo de temporales son las denominadas "galernas", producidas por fuertes vientos locales que súbitamente aparecen formando marejadas que a diferencia de lo que ocurría en el "mar de fondo", actúan únicamente sobre la capa de agua superficial. Estas galernas, características de los meses estivales, si bien tienen un efecto mucho menor sobre el litoral, han preocupado desde antiguo al ser responsables de grandes tragedias como la de 1878 o la ocurrida en agosto de 1912 en la que fallecieron ahogados 170 pescadores bermeanos. Uno de los parámetros utilizados para medir la intensidad de los temporales es la altura de ola significante Hs considerada como el valor medio del tercio de las olas más altas presentadas en un estado de mar determinado. Tomando como referencia los valores de altura de ola significante en el puerto de Bilbao obtenemos los siguientes porcentajes:

Altura de olas, puerto Bilbao.

Hs % en tiempo Hs % en tiempo Hs % en tiempo
1,5
2
2,5
3
32,64
16,14
8,29
4,39
3,5
4
4,5
5
2,43
1,24
0,78
0,46
5,5
6
6,5
7
7,5
0,31
0,22
0,13
0,024
0,014

Si relacionamos estos valores en una ecuación exponencial donde la variable X es la altura de la ola significativa e Y el tanto por ciento del tiempo en el cual se produce dicha ola (en períodos anuales), obtenemos la ecuación: Y= 468,08 x -4,55 Con una correlación r= 0,96. Los valores registrados en la costa vasco-francesa en lugares expuestos, dan máximos de los estados 3 y 4 de la escala Douglas (que corresponderían a valores de Hs de 1,5 a 2,5) con porcentajes de 33,9 y 29,7 % lo cual se aproxima bastante a los valores encontrados en el puerto de Bilbao. El período de mayor estabilidad con ausencia de temporales se da entre junio y agosto. En cuanto a la variabilidad de los temporales de un año a otro en el Cantábrico oriental, de un período de veinte años que va de 1950 a 1970, encontramos valores de Hs máximos en 1961-62 y 1952-53 con valores de ola significante de 9,64 y 8,23 m. respectivamente, lo cual equivale a obtener olas máximas de 14 a 16 metros. Por contra los valores mínimos en este período de tiempo se dieron en los inviernos de 1958-59 y 1963-64 con valores máximos de Hs de 3,96 y 4,42, siendo el valor medio de los máximos observados en veinte años de 6, 16. En todos los casos las mayores alturas de la ola coinciden con vientos del noroeste.