Lexique

MAR (CIENCIA)

Corrientes profundas. Con respecto a las corrientes profundas, en primer lugar tenemos el agua mediterránea que atraviesa el estrecho de Gibraltar por el fondo a una velocidad de 2,5 metros por segundo, dividiéndose en varias ramas, una de las cuales por efecto de las fuerzas Coriolis progresa paralelamente a la costa en el golfo de Cádiz y asciende frente a la costa portuguesa circulando a «saltos» y con un límite inferior situado entre los 1.300 y 1.454 metros de profundidad, para penetrar en el golfo de Vizcaya donde se va disgregando formando núcleos de volumen variable que terminan dispersándose. Mientras que el porcentaje de agua mediterránea que llega a la altura del golfo de Vizcaya es del 70 % (con una salinidad superior a 35,7 % y una concentración de oxígeno menor de 4,2 ml./ l.), al sur de las Faroes este porcentaje ha descendido a un 10 %; de igual forma el espesor de esta capa de agua mediterránea que al entrar en el golfo es de 400 metros disminuye a unos 250 metros en su interior. Este aporte continuo de más de 30.000 km.³ (más de 300.000 billones de litros) al año de agua más salada procedente del Mediterráneo, permite mantener elevados los niveles de salinidad del agua atlántica compensando los aportes continentales de aguas dulces y manteniendo una adecuada densidad que permite el hundimiento de grandes masas de agua fría y la formación de una capa de agua profunda rica en oxigeno. Respecto a estas aguas profundas y su circulación, se generan en una zona situada al oeste del Atlántico norte donde las aguas superficiales ricas en oxígeno se enfrían aumentando con ello su densidad y se hunden hacia el fondo, derivando en forma de lentas corrientes abisales hacia el Ecuador. Esta circulación termohalina comenzó en época relativamente reciente en la historia de la tierra, hace 13,2 millones de años y antes de esta fecha no existía agua noratlántica profunda. El cierre del Mediterráneo por causas geológicas ocurrido hace 6,2 millones de años produjo la interrupción de este proceso de renovación de agua, que solamente con la apertura de nuevo del estrecho de Gibraltar ocurrida a comienzos del Plioceno fue restablecida hasta el momento actual. Este tipo de circulación a gran profundidad no parece afectar al golfo de Vizcaya donde por el contrario, y como ya hemos visto, sí tiene importancia la circulación de las capas intermedias de agua mediterránea.