Sailkatu gabe

VALLE DE RONCAL - ERRONKARI (ECONOMÍA)

Propiedad. Hasta tal punto el derecho al disfrute de hierbas y pastos era básico en la historia roncalesa que la propiedad comunal del Valle se reservaba precisamente para ese disfrute en favor de los vecinos. Hay, pues, tres categorías de propiedad, la comunal del Valle, la comunal de cada una de las villas y la propiedad privada sujeta a servidumbres en favor del bien común, y, aún podríamos añadir la propiedad privada de casas y huertos de uso familiar. Los vecinos tenían y tienen el derecho de pastos para sus ganados propios del mismo Valle, y, además, la leña, maderamen y demás productos naturales, libre y gratuitamente, en todos los terrenos y montes comunes existentes en la jurisdicción de las siete villas así como el derecho a roturar y sembrar indistintamente en dichos terrenos comunes con las limitaciones establecidas en las Ordenanzas del Valle. Y en las heredades de propiedad particular, levantados que sean los frutos, los pastos de los mismos son también de aprovechamiento común y gratuito de todos los vecinos del Valle sin que nadie pueda cerrarlas ni acotarlas. Los terrenos existentes en cada una de las villas, conocidos con el nombre de vedados boyerales, saisas y corseras, son de exclusiva propiedad municipal con libre disposición de sus frutos. Cuando un Ayuntamiento estime que no tiene suficientes pastos boyerales puede reunir a la Junta del Valle solicitando nuevo terreno. También son municipales los bienes llamados panificados y casalencos que podrá arrendar por medio de subasta. La propiedad absolutamente privada se limita a las casas, corrales y huertos. Ningún ganado podrá pasturar en las rastrojeras de los panificados y casalencos durante la veda ni en los terrenos sembrados mientras haya tan sólo un haz sin retirar de los campos y sin que los dueños hayan terminado la recolección o trilla siempre dentro de las detalladas normas de las citadas Ordenanzas del Valle. Idoate ha señalado como probable propiedad regia los yermos y montes de Erlanz y Arra en la frontera. Existían también las propiedades privadas del monasterio de Urdaspal, Roncesvalles y Leire. También es de señalar que cada casa debe dejar un rescoldo o brasa en su hogaril para que se sirva el vecino de ella y poder encender el suyo en caso de necesidad.