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Estados Unidos de América. California

La llegada de los vascos a San Francisco se sitúa en 1775 con la llegada del capitán Juan Manuel de Ayala y sus subordinados José de Cansaros y Juan Bautista Aguirre al Golden Gate (Jean Francis Decroos: 1983).

A estos les siguieron otros vascos, como Ignacio Artega, Juan Francisco de la Bodega, Juan de Anza, Luis Joaquín Moraga y Martín Landeta. Otros como Arrillaga "Lieutenant" Goicoechea y sus hombres, trataron de abrir un camino desde la orilla norte de San Francisco hasta Bodega Bay, para tratar de protegerse de los ingleses.

Estas batallas fueron importantes ya que demostraban la existencia de vascos en San Francisco muy tempranamente. Desde 1800 ya se conocían familias asentadas en San Francisco, como son los Duarte, Ibarra y Loyola.

Más tarde vendría el boom del oro que hizo que muchos vascos acudieran a la costa en busca de trabajo y dinero. Muchos lo consiguieron y la diversidad de empleos entre los vascos aumentó año tras año. Los Aguirre abrieron un hotel denominado El Patriarca.

Miguel Aguirre, nacido en Navarra e inmigrante en Montevideo hasta 1849, llegó a San Francisco con la idea de entrar en el negocio del oro, pero a causa de circunstancias varias, comenzó a distribuir agua de casa en casa y finalizó por montar su propio negocio de agua. Más tarde, vendió su negocio a otro vasco, Miguel Jáuregui y abrió El Patriarca. Aguirre, no sólo fue importante en aquella época por su distribución de agua o por el hotel, sino también por su contribución en la fundación de la primera iglesia vasco-española en San Francisco. A esta iglesia se la denominó Nuestra Señora de Guadalupe. No menos importante fue Yudarte que consiguió enriquecerse en el negocio de las ovejas. Otro personaje vasco destacable en la historia de San Francisco fue José Joaquín Arrillaga, nacido en Gipuzkoa en 1847 e inmigrante en San Francisco en 1875. Fundó el Arrillaga Musical College, el Instituto Arrillaga de Música.

A partir de 1948 numerosos vascos acudieron a San Francisco. Muchos de ellos venían de otros estados, donde habían trabajado como pastores; otros en cambio, lo hacían directamente del País Vasco. Muchos de ellos se introdujeron en el negocio de la jardinería. Durante la Segunda Guerra Mundial y después del ataque a Pearl Harbor por los japoneses, los japoneses-americanos que vivían en los EEUU fueron restringidos y vigilados por la duda de su lealtad al país americano. Miles de ellos fueron encarcelados por el gobierno estadounidense durante la guerra. Como los japoneses trabajaban en la industria de la jardinería y horticultura, en California sobre todo, hubo un hueco en la economía por su falta. Los vascos, la mayoría de Iparralde (País Vasco continental), lo llenaron.

A finales del siglo XIX, no era difícil distinguir una comunidad en San Francisco cerca de la Bahía. Se mantenía bastante al margen de la vida en San Francisco. En 1893, los vascos de San Francisco contaban con un periódico en euskera llamado "California'ko Eskual Herria", que les permitía, aún más, mantener su propia identidad como vascos. Otro periódico destacable fue el "Courrier Français des Estats-Units" escrito en francés y dirigido por un vasco. Este periódico trataba de redactar los acontecimientos más importantes de la colonia vasco-francesa en San Francisco.

Un poco antes de 1940, muchos vascos fueron abriendo hoteles y pensiones por la zona de Broadway. Después de la Segunda Guerra Mundial las inmigraciones no cesaron y los vascos continuaron extendiéndose por la bahía, al tiempo que construían sus propios lugares de residencia. A partir de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los inmigrantes vascos en San Francisco procedían de del País Vasco continental. A partir de 1960, las cosas cambiaron y muchos de los que acudían a San Francisco a trabajar y vivir procedían del estado de Nevada. A partir de 1980, la inmigración fue de nuevo descendiendo poco a poco.

En un principio la integración de los vascos en la comunidad americana no fue fácil. Principalmente ejercieron el papel de subcultura con su propio lenguaje, bares, hoteles... Con el tiempo fueron integrándose. Muchos de ellos se casaron con americanos, aprendieron el idioma, acudieron a colegios americanos, etc. de tal manera que aunque seguía existiendo el sentimiento de identidad vasca entre muchos de ellos, son parte de San Francisco. Aunque algunos valores de los vasco-americanos sigan siendo diferentes a los de los americanos, muchos otros eran muy similares. El uso del euskera fue desapareciendo generación tras generación, de tal manera que muy pocos vascos de tercera generación podían hablar o entender el idioma. Al parecer, a partir de 1990, con la formación de programas educativos y programas en Internet se estaba tratando de recuperar el euskera en la comunidad de vascos de San Francisco.

En el sur de San Francisco, se abrió en 1982, el restaurante llamado Kantxa, un lugar para banquetes que en a comienzos del siglo XXI contaba con su propio frontón. En las mismas fechas, la comunidad vasca de San Francisco contaba con el club vasco con el mayor edificio del país. A su vez alojaba actividades relacionadas con la "klika" o charanga, danzas y una pequeña biblioteca que fue establecida por la organización Basque Educational Organization y que promovía programas culturales y clases de euskera. A su vez el centro organizaba festivales anuales, repletos de actividades musicales y competiciones de pelota, pala y mus. En 1997 el centro tenía cuatrocientos cincuenta miembros.

El centro cultural vasco, Basque Cultural Center, reflejaba el cambio demográfico del área de la bahía de San Francisco. Este centro se había convertido en el lugar de reunión de los vascos de toda la bahía. Muchas familias vascas dejaron San Francisco para instalarse en otras localidades del área de la península: Burlingame, South San Francisco, Millbrae, Redwood City, Novato, San Rafael, Petaluma, Sonoma y Santa Rosa. Entre estas familias se encontraba la de Johnny Curutchet o la de Laurent Hardoy, ambos de profesión jardineros. En la parte norte de la bahía se creó otra asociación vasca llamada Marin-Sonoma Basque Association y un grupo de danzas para los niños.

Los Hoteles vascos fueron y seguían siendo, a comienzos del siglo XXI, una institución muy importante para los inmigrantes en América y San Francisco. Los vascos utilizaban los hoteles, bares y restaurantes como lugares de encuentro. En estos lugares la decoración era totalmente vasca, el ambiente vasco asimismo y trataban de mantener vivas la identidad, la cultura y las tradiciones. El primer hotel vasco de la zona se llamó El Patriarca y fue construido por Aguirre y su mujer. Ambos provenían de Montevideo cuando arribaron a San Francisco, en 1849.

Hacia 1920, se podían encontrar varios hoteles vascos en la zona, el Hotel Español y el Hotel Pyrénées entre ellos. Durante los siguientes años, los vascos de la zona fueron construyendo y abriendo varios hoteles, como fueron, Globo Hotel, Yparraguirre Hotel y el Hotel España.

Uno de los primeros bares en San Francisco, abierto por un inmigrante vasco, fue el que Bidascoa abrió en Broadway Street. Éste además de abrir el bar, trasformó su casa en una tienda de herramientas y ropa para mineros de la zona. Los hermanos Larramburu abrieron una panadería en 1896. Hacia 1915 consiguieron el gorro de oro del Panamá Pacific Exposition y poco a poco fueron ampliando y desarrollando el negocio hasta convertirlo en Hygienic Baking Company y más tarde en New Parisian Daily Bread. Debido a esta expansión, comenzaron a vender sus productos a hoteles, restaurantes y líneas aéreas. Los hermanos Larramburu se retiraron en 1945. El negocio desapareció en 1976 debido a problemas legales.

En South San Francisco nos encontramos con el restaurante Garden Club, que fue dirigido por Arnaud Etcheto y que fue vendido a una familia italiano-americana, en 1995. Otro restaurante vasco, el Côte Basque, en Millbrae cerró también en 1995, al fallecer su propietario Jean Baptiste Larrateguy. A su vez, Annie Nunan, cuyos padres Gracien y Jeanne Mocho regentaron el restaurante French TriColor Restaurant, en San Francisco, ofrecía, a comienzos del siglo XXI, platos vascos en su restaurante Nouveau Trattoria en Palo Alto.

La Sociedad Vascongada de Beneficencia se creo en 1923 con el objetivo de ayudar a aquellas personas que tuvieran problemas económicos o sociales. Los miembros de la asociación fueron disminuyendo y en 1983 solamente tres miembros participaban en la sociedad.