La de los 50 fue una década en la que el Deportivo Alavés saboreo los momentos más felices y más tristes del fútbol. En la temporada 1950-51, con un gran juego y con jugadores de la calidad de Erezuma, Calderón y Valle, lograron el ascenso a la División de Plata tras quedar primero de grupo en una promoción que obtuvo gracias a la segunda posición de la liga regular. Militar en la Primera División había sido el objetivo de la directiva alavesa desde su anterior descenso allá por 1933 y ahora podía estar al alcance de la mano.
Aún y todo, el 'Glorioso' no se apresuró a la hora de conseguir el objetivo y formó un equipo sólido con vistas de futuro. Todo un acierto ya que tras asentarse en Segunda consiguió culminar el proyecto deportivo en la campaña 1953-54 gracias a jugadores como Gorospe, Echaniz, Erezuma, Balado, Sanz, Primi, Echeandia, Arbaizar e Ibarra, entre otros.
Una alegría que tan sólo duró dos años. En su retorno a la máxima categoría, el Deportivo Alavés consiguió una meritoria décima posición, un lugar que dejó ciertas dudas de lo que sucedería la venidera temporada. Pese a que el club hizo un esfuerzo y reforzó la plantilla con Eguzkiza, Aitor, Arbulu, Alcelay y Erdocia, el equipo sufrió en exceso durante la campaña viéndose obligado a disputar la promoción. Los albiazules lucharon por no descender pero en estos agónicos partidos tan sólo consiguió una victoria de los diez partidos disputados por lo que le catapultaron, de nuevo, a Segunda.
Durante tres años consecutivos el Deportivo Alavés intentó elaborar una plantilla competitiva. No obstante, los resultados no fueron los esperados. Y para colmo de males, doce meses después el Glorioso no obtuvo ninguna victoria lejos de Mendizorroza por lo que el descenso fue inminente.