Kobazuloak

CUEVAS DE ISTURITS, OXOZELHAIA y ERBERUA

2 Nivel «Musteriense típico». Se ha reconocido su presencia sólo en la Sala de San Martín: es el llamado nivel SIV por los Saint-Périer y M por Passemard. Consiste en un depósito de tierra arcillosa marrón o amarillenta no demasiado oscura, algo densa: aparece mezclada con gruesos bloques procedentes de diversos hundimientos del techo. Ocupa un espesor de 50 a 60 cm., habiendo comprobado en 1913 Passemard su existencia incluso en el exterior de la cueva, a más de cinco metros por delante de su entrada actual. Como ya se indicó, está separado este nivel del anterior por un depósito arqueológicamente estéril, sólo con restos del oso de las cavernas: que supondría una etapa de abandono de la cueva por parte humana durante un período de tiempo. El cuadro de macrofauna del nivel es reducido y sus restos poco abundantes. Los Saint-Périer determinaron la presencia de coprolitos de hiena de las cavernas en la base del nivel. El utillaje lítico recogido por los Saint-Périer llega casi al millar de piezas, de calidad técnica muy desigual: casi siempre son de pequeñas dimensiones, en sílex en su mayoría (no llegan al 6% las fabricadas en cuarcita). En los talones de las lascas empleadas para aquella fabricación de instrumentos se aprecia una proporción similar de lisos y facetados. Las dos terceras partes, casi, del efectivo son raederas, a veces convergentes, la mayoría simples; las puntas llegan al centenar. Hay algunas lascas de tipo Levallois. Abundan los percutores y, menos, los compresores-retocadores de piedra; ello, junto a un expresivo lote de esquirlas de hueso con marcas concentradas, testifica el desarrollo en la propia cueva de las diversas faenas del trabajo de lascado y retoque de bastantes utensilios de piedra. El instrumental óseo más específico incluye esquirlas óseas aguzadas, sólamente. Los Saint-Périer (que no reproducen en su memoria de 1952 más allá de un 5% del efectivo lítico recogido) determinaron este nivel como «Musteriense Típico», relacionándolo con niveles de Laussel, La Chapelle-aux-Saints, La Ferrasie y Le Moustier. De acuerdo con la reciente revisión por H. Delporte de la colección Passemard, el Musteriense del nivel M se debe clasificar en el grupo Charentiense, ofreciendo en la opinión de Delporte (1974:34-35) los caracteres más específicos de esa facies: «el muy elevado número de raederas (y, dentro de ellas, la importancia de las convexas: con una presencia muy significativa del llamado retoque Quina), la abundancia de las limazas y también de los huesos impresionados, su bajo índice de lascado Levallois». En tanto que el nivel inferior, el P de Passemard, se asemeja bastante al M, pudiéndoseles suponer una relación de filiación: el P sería un proto-Charentiense (de cierto matizado por la presencia de las grandes lascas tipo Olha, por tanto de la variedad «Vasconiense» de F. Bordes) que seguirá un proceso original de evolución hacia el Charentiense del nivel M.