Kontzeptua

Construcción Naval en el País Vasco

La crisis económica internacional de los 70 afectó de manera irreversible, aunque tardía, a toda la estructura del sector naval vasco. Tanto los modernos astilleros como los dedicados a la carpintería de ribera entraron en un proceso de crisis del que no lograrán salir hasta bien entrada la década de los 90.

En el caso de las gradas dedicadas a la construcción de pesqueros su situación aún, si cabe, se vio empeorada como consecuencia de las dificultades administrativas que tenían los armadores para hacerse con nuevos pesqueros, los cuales eran necesarios para poder mantener la competitividad de su flota. Para poder solventar este problema, los armadores encontraron una solución ingeniosa que alivió en cierta forma la crisis de algunos astilleros vascos: la de llevar a cabo grandes reformas en los pesqueros construidos en los años 60 y 70. Sin embargo, ello no fue suficiente para paliar la profunda crisis que vivía la carpintería de ribera desde finales de los años 70, por lo que ésta terminó sucumbiendo en la práctica totalidad de los puertos vascos.

Por lo que a los grandes astilleros respecta, la nueva coyuntura les planteó el problema de su exceso de capacidad productiva, es decir, su sobredimensionamiento, en un momento en el que la contracción de la demanda endureció la competencia en el mercado internacional. Las nuevas condiciones del mercado obligaron a poner en marcha duros y difíciles programas de reconversión que se saldaron con el cierre de Euskalduna y Astilleros Luzuriaga y a la par de ellos, de un nutrido número de empresas auxiliares.

En este contexto de crisis generalizada la gran excepción fueron Astilleros Olaciregui de Hondarribia que vivieron los años de mayor prosperidad resultado de su especialización en la fabricación de cascos de poliéster para el recreo y la pesca. Y Astilleros de Pasaia S.A. que abrió sus puertas tras el cierre de Luzuriaga.

En la actualidad la industria naval vasca cuenta con muy pocas factorías, pero todas ellas con un alto grado de especialización y una calidad constructiva, que sobreviven en un negocio de aún incierto futuro.