Kontzeptua

Construcción Naval en el País Vasco

En esta década se advierte un forzado descenso de las fábricas navales que se tradujo en inactividad para la inmensa mayoría de las gradas vascas. Las causas de ello fueron múltiples y de diferente naturaleza, pero de todas ellas fueron los apremios económicos de la Real Hacienda los que mayor incidencia tuvieron.

La falta de recursos, además de la interrupción temporal de la demanda de galeones para las Armadas Reales y flotas de la Carrera de Indias, obligó a la Corona a adoptar, con una asiduidad mayor a la deseada, dos medidas de urgencia: el embargo de las naves de los particulares para la formación de sus escuadras, y el impago de algunos de los buques que había encargado hacer. Los efectos nocivos de estas disposiciones fueron bastante inmediatos. Por una parte, muchos armadores y constructores navales quedaron totalmente arruinados; por otra, la falta de capitales de la Hacienda trajo serias dificultades para encontrar personas que quisieran suscribir asientos con el Rey para fabricar navíos.

Este declive de las fábricas Reales no se vio compensado, ni tan siquiera parcialmente, con la demanda privada, puesto que la coyuntura del momento hizo de la construcción naval un negocio carente del estímulo de las ganancias.

Por todo ello, fueron muy pocos los talleres que pudieron trabajar y además, salvo en el caso de los de Errenteria, lo hicieron de manera esporádica y puntual.