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Estella - Lizarra

El señor de Vizcaya se refugia en Estella, 1201. La ciudad de Estella fue el año 1201 el escenario de un interesante episodio en el curso de las operaciones que llevaron a diversas comarcas del solar vasco a disgregarse de la monarquía navarra y ser incorporadas a la corona de Castilla. Según cuenta el arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, áulico del rey castellano, Diego López de Haro II, señor de Vizcaya, se había enajenado la voluntad del rey por diferencias de tipo familiar ("discidio familiari"), y devolviéndole los feudos que había recibido de él, se constituyó en vasallo del rey navarro, no dándose reposo a partir de entonces en atacar e incordiar cuanto podía a los súbditos del rey castellano. No pudiendo soportar tales agravios "el noble rey Alfonso (en expresión del arzobispo), se asoció a su yerno el rey de León y ambos a dos penetraron por territorio del reino navarro, poniendo cerco a la "nobilísima ciudad de Estella". Se hallaba a la sazón dentro de sus muros el referido Diego López de Vizcaya quien con otros muchos nobles castellanos acertaron a resistir vigorosamente. Debieron de mediar muchos lances y escaramuzas en los campos y viñedos de las inmediaciones; y, a la postre, como los contingentes de las fuerzas sitiadoras iban mermando al compás de tales peripecias ni tenían excesivas esperanzas de poder rendir a la ciudad en breve, optaron los reyes por volver cada cual a su reino (cfr. De Rebus Hispaniae, Lib. VII, cap. XXXIII, p. 173 de la edición matritense de 1793).