Municipios

Estella - Lizarra

Economía tradicional: siglos XII-XVIII. La primitiva población de Estella, el lugar denominado Lizarra, Lizarrara o Lizarraga no dejó de ser, hasta entrada la Edad Media, un poblado rural agrupado alrededor de una iglesia. La creación, en 1090, de un segundo burgo, el de San Pedro, poblado de comerciantes y hosteleros, da paso a una diversificación de la economía que sienta las bases de la urbanización de las funciones del poblamiento. El emplazamiento del mismo es óptimo para desarrollar una fuerte economía de mercado: buena comunicabilidad, posibilidad de fácil defensa, protección real y emplazamiento estratégico entre dos áreas económicas diferentes y, por tanto, susceptibles de complementarse: la navarra húmeda del Norte y la mediterránea del Sur comunicadas por Lizarraga. La concesión del establecimiento de ferias y mercados impulsó por parte real tanto el comercio como la artesanía, lo cual condujo a la creación de una potente clase mercantil apoyada tanto en las facilidades del cambio como en la capacidad financiera de la aljama judía. Los comerciantes estelleses consiguieron además poder comerciar libremente en Castilla (1205) y territorios dependientes de la Corona castellana. La posesión por parte de estos comerciantes de tablas de cambio propias nos dan una idea de la potencia económica de la villa -a la que Moret no duda en comparar con Brujas y Burgos- durante los siglos XII y XIII. Pero un acontecimiento, acaecido en 1328, la terrible matanza de judíos de la villa, torció el rumbo ascendente de la ciudad del Ega, poniendo de manifiesto la importancia de la actividad crediticia y cambista de los hebreos. Los reyes de Navarra quisieron ayudar a la ciudad estableciendo al poco telares para fabricar paños de lana (1365), lo cual mitigó en parte el declive que se inicia en la segunda parte del siglo XIV. Ello y la potente artesanía agrupada en gremios -curtidores, burelleros, cuchilleros, caldederos, curtidores y plateros (éstos, con marca propia) impidió que la ciudad, al decaer el trasiego de los peregrinos y cesar la importancia militar del castillo, se hundiera en el mundo rural circundante. Sin embargo, a partir de la exacerbación de los bandos y de la conquista del reino, la pérdida de categoría es evidente quedando, poco a poco, su función comercial circunscrita casi al marco de la merindad. Las dos ferias francas otorgadas en 1436 comienzan a perfilar a la Estella de la Edad Moderna, conmocionada por los bandos y la guerra con Castilla, una ciudad empobrecida pero poseedora aún de una fuerte tradición artesano-comercial superior incluso a las de Pamplona y Tudela. Según refiere Idoate en Rincones..., t. III, pp. 611 y 612, en el año 1677 se hizo un recuento de todos los comerciantes del reino de Navarra y de su capital, para que contribuyeran según su fortuna en la formación de un tercio, que había de luchar contra los franceses. Estella dio un número de 27 "hombres de negocios" con un capital total de 110.000 ducados, cantidad superior incluso a la que declaró Pamplona. Según refiere Idoate en Rincones..., t. III, pp. 607-609, Estella, junto con Olite, Tudela, Tafalla, Viana y Cascante, elevó un memorial a las Cortes del reino en el año 1688, exponiendo los motivos por los que se debía tomar normas prohibitorias para la importación en Navarra de aceite. Alegaban que era una de sus principales fuentes de ingresos y que su producción abastecía todo el reino e incluso sobraba mucho para exportar. Por su parte, los pueblos de la montaña eran partidarios de la libre importación, pues era más barato y favorecía el intercambio de otros productos de Navarra. Finalmente fue desestimada la petición de las ciudades mencionadas. En el siglo XVII destaca la producción pañera amenazada por la competencia castellana, francesa y aragonesa (pelayres de Estella). Esta competencia, unida al congelamiento productivo derivado de la institución gremial mediava en plena Edad Moderna, acabó por reducir, en el siglo XVIII, a la que fuera importante rama artesanal a la categoría de puro residuo medieval. Por otra parte, las graves inundaciones de 1714, 1734 y 1787 asestaron el golpe de gracia a esta artesanía preindustrial. La esperanza de los pelayres estuvo centrada en la obtención del traslado de las aduanas al Pirineo como testifica la protesta contra la postura foralista de las Cortes de 1818, protesta a la que se sumaron Tudela, Corella, Olite, Viana, Valtierra, Aibar, Villanueva, Cascante, Cintruénigo, Miranda y Arguedas.

Economía tradicional, siglo XIX. Al comenzar el siglo XIX, comercio e industria textil son los principales recursos económicos de la ciudad. Todos los jueves hay mercado. Se celebra una afamada feria, del 11 de noviembre al 1 de diciembre. El trigo suele estar, debido a la concurrencia, más barato que en la comarca circundante. Hay 82 maestros fabricantes de tejidos de lana, que dan ocupación a 450 personas. Se trabaja en los telares de ancho y angosto paños veintedosenos y dieciseisenos, bayetas entrefinas, cordelletes finos y entrefinos, estameñas, etc. A pesar de su importancia relativa esta industria está en decadencia, debido a la competencia extranjera. Sobre el Ega hay batanes, 6 molinos y un trujal. Ciento veinte años más tarde siguen celebrándose la feria y los mercados semanales. Parten de la ciudad numerosas líneas de autobuses y todavía algunas de carruajes; trabajan dos sucursales bancarias. La industria está representada por fábricas de hilaturas y tejidos de algodón, bayetas, paños, fábricas de curtidos, alfarería, cal y yeso, chocolates, imprentas, serrerías, alpargatería, etc. Sobre el río, 3 molinos con salto hidráulico, uno de ellos de 30 Tm. de producción diaria. Como puede observarse, toda esta industria deriva del entorno rural de la misma ciudad en la que todavía tardará en darse la revolución industrial moderna: textiles, curtidos, harineras, serrerías, trujales.

Industrialización. La electrificación en los años 20 precipita el proceso y en vísperas de la guerra civil la sociedad Ruiz de Alda puede lanzarse a la elaboración de lanas y curtidos que será especialmente activa durante la II Guerra Mundial. La revolución industrial sufre el retroceso provocado por la guerra; sólo a partir de 1950 comienza Estella a recuperarse y a partir de los sesenta a recibir a la nueva industria desligada del hábitat rural circundante. La afluencia de mano de obra procedente de un campo en vías de rápida mecanización y cooperativización, facilita esta implantación de nuevas industrias que vienen a sustituir a las lanas y curtidos abrumadas por la competencia. Un recuento de la producción entre 1950-1960 nos proporciona esta lista: Fabricación de tejas y ladrillos por Zaldu, S. A. fundada en 1921. La fábrica Hijos de Silvio Ruiz de Alda, S. A. se dedica a la fabricación de curtidos desde 1951. Hay también en esta localidad un almacén de curtidos de la Unión Comercial de Industrias, S.A. UCISA que funciona desde 1941. Fabricación de harinas en Harinera del Norte, S. A. fundada en 1952 y en Industrial Fernández, S. A. desde 1920. Extracción y trituración de piedras y mármol. Cinco fábricas de embutidos. Secadero de bacalao. Elaboración de galletas y bizcochos por tres empresas de la localidad. Fábrica de dulces. Cinco empresas cuyo objetivo es la elaboración de productos alimenticios. Elaboración de alcoholes por tres empresas. Fabricación de sifones y bebidas refrescantes. Lavado de lana. Confección de géneros de punto. Cordelería. Confección en serie de prendas de vestir por cinco empresas de la localidad. Tres serrerías. Carpintería. Fabricación de muebles de madera. En Estella y otros pueblos de la merindad existía una activa industria artesana del cuchillo que abastecía la zona. En 1968 se cerró la última fragua que fabricaba cuchillos. Entre 1960-1970 vemos aparecer la industria química y de transformación metalúrgica a la par que vemos continuar empresas tradicionales: Editorial El Verbo Divino y Salvat. Siete imprentas. Taller de vulcanizado. Fabricación y transformación de plásticos por Plastiega, S. L. y Renolit. Fabricación de recubrimientos plásticos. Fábrica de preparación de colores en pasta. Fabricación de gelatinas comestibles e industriales. Elaboración de pinturas y esmaltes. Elaboración de yesos. Producción de piezas moldeadas de aluminio y zinc. Construcción de estructuras metálicas. La empresa Industrias del Hogar se dedica a la fabricación de cocinas, estufas, etc. Fabricación de clavos. Construcción de maquinaria para curtidos. Construcción de maquinaria agrícola. Fabricación de maquinaria eléctrica industrial por G. E. I. S. A. Envasado de gas por la empresa Camping Gas Española, S. A.

Industria

En 1978 posee 94 establecimientos industriales.

Comercio. Comercialmente, pertenece al área de Pamplona, subárea de Estella y cuenta con 280 licencias comerciales propias (1963). La función comercial de la ciudad se ha visto relanzada, en lo que va de siglo, por la multiplicación y mejoramiento del transporte y la profunda transformación del campo y producción agrícola de la merindad. Este núcleo no sólo proporciona un mercado a compradores y vendedores, sino que ofrece también servicios notariales, financieros, médicos, asesores y bancarios para las operaciones a realizar. El mercado semanal de los jueves no ha decaído lo que los mercados del resto de Navarra y sigue manteniendo su aliciente regional. En 1964 Estella era la ciudad navarra en la que la población activa dedicada al comercio era más crecida según el censo laboral: Población totalPoblación comercialPorcentaje %Estado31.208.000935.6253,0Pamplona115.0444.1083,617.9308754,8Tafalla7.3683244,3Sangüesa4.6721773,7ESTELLA8.5894425,1 Agricultura. La agricultura estellesa puede clasificarse, pese a las leves influencias atlánticas que experimenta su clima, de típicamente mediterránea basada en el trinomio trigo-vid-olivo. Según el censo agrario de 1972 hay en este Ayuntamiento 337 explotaciones agrícolas, 186 de menos de una Ha, 118 de 1 a 5 Has, 29 de 5 a 20 Has., 3 de 20 a 100 Has., y 1 de 100 a 300 Has. Todo ello hace una superficie tensada de 807 Has., 380 de las cuales son de tierra labrada y 427 sin trabajar. El régimen de tenencia es el siguiente: propiedad: 681; arrendamiento: 126. Cultivos de secano: 78 Has. de trigo, 129 de cebada, 10 de maíz y 158 de vid. Tiene 4 tractores de petróleo, 2 de gasolina y 18 de gas-oil; una cosechadora de gasolina y una de gas-oil. También se cultiva el olivo y la leguminosa y en las proximidades de los cursos de agua la huerta cobra mayor incremento conforme avanzan los ríos. Existe un servicio nacional de productos agrarios. Hay comunidades de regantes en Arrieta y los Llanos con canales de riego. Excelentes frutas y hortalizas.

Caza y pesca. En cuanto a la caza, existe la perdiz, conejo, codorniz, tordo, liebre, becada, paloma y malviz y se pesca el barbo, la loina, la anguila, el camarón, la trucha y el cangrejo de río.

Ganadería. En cuanto al ganado, la cría del mismo desempeña un papel muy subalterno computándose, en 1977 (Serv. Catastral Dip. de Nav.): caballar labor: 14; mular labor: 7; asnal labor: 5; lanar churro: 320; cabrío 20.

Agricultura y ganadería a finales del siglo XX

Principales resultados del censo agrario 1989 y 1999

  Censo 1989 Censo 1999
Número de Explotaciones
Superficie total (ST)
Superficie agrícola utilizada (SAU)
- Tierras labradas (TL)
- Herbáceos y barbechos
- Frutales
- Olivar
- Viñedo
- Otros leñosos
- Pastos permanentes
354
1208
879
711
572
22
15
99
3
167
56
484
329
165
113
5
13
34

164

Agricultura a 31/12/1999 (hectáreas)
Tierras labradas en secano
Tierras labradas en regadío
Superficie forestal
157,16
7,97
108

Organización eclesiástica II.

San Andrés y el derecho de palmada. Tal como se describe en el apartado dedicado al camino de Santiago, la reliquia de este santo fue localizada en la iglesia de San Pedro de la Rúa. Carlos II le mandó en 1373 hacer un relicario de oro esmaltado y concedió a su culto el denominado derecho de palmada consistente en el derecho del clero a introducir la mano en todos los costales de grano que entrasen los jueves en el mercado y quedarse con su contenido. En 1374 Carlos II mandó pagar 81 libras de carlines prietos por doce marcos de plata comprados para acabar el relicario que había mandado hacer de la espalda de San Andrés; después de concluido fue llevado a Estella donde se colocó, y el rey fundó una capellanía en el altar del santo con procesión general en su día. Este primitivo tributo se transformó con posterioridad en 10 reales del país de censo para el culto del apóstol.San Andrés fue proclamado patrón de Estella en 1626.

Iglesias. San Emeterio. En el año de 1193 Sancho, abad de Iratxe, da a censo a Pedro Seler y a su mujer Andregaila e hijos, la iglesia de San Emeterio [en Estella], con toda su heredad. Así consta en doc. que obra en el A. G. N. (Doc. Ir., núm. 347; Bec. Ir., f. 86r-87v). San Juan Bautista. Al crear Sancho el Sabio en 1187 la población de San Juan entregó su nueva parroquia al monasterio de Iratxe. En el año de 1203 Sancho, abad del monasterio de Iratxe, compra una casa en la parroquia de San Juan Bautista de Estella, a Domingo Cimac y a su mujer Gasen. Así consta en doc. que obra en el A. G. N. (Doc. Ir., núm. 226; Bec. Ir., f. 90v). El mismo abad adquiere media casa en el mismo sitio un año después. En el año de 1210 D. Guillem de Mirambel y su mujer, D.° Sclarmonda, compran a D. Vidal Costantin y D.° María, su mujer, una casa con su huerto en la parroquia de San Juan Bautista de Estella. Así consta en doc. que obra en el A. G. N. (Bec. Ir., f. 103r-v). En el año de 1211 Raimundo, arzobispo de Tarragona, confirma al monasterio de Iratxe en la posesión de la iglesia de San Juan Bautista de Estella, ordena que los clérigos de esta iglesia no pongan a sus feligreses dificultades para elegir sepultura en dicho monasterio, y concede 40 días de indulgencia a los que ofrendaren limosnas al mismo. Así consta en doc. que obra en el A. G. N. (Doc. Ir., núm. 479 y 76). Santa María Jus el Castillo. Hasta 1145 esta iglesia fue sinagoga de la judería. Pretendió su jurisdicción el abad de San Juan de la Peña hasta 1174 en que dicho monje abandona su pretensión a favor del obispo de Pamplona. Aparece ya en doc. de 1171. Santa María del Puy. El año 1174 es donada esta iglesia por Pedro obispo de Pamplona, a los 60 cofrades de Santiago de la ciudad. La cofradía de Santa María del Puy fue disuelta, junto con la de Santa M.ª de las Salas, en 1323. La del Puy se denominaba popularmente la de los sesenta. Las aparaciones de la Virgen las remonta la tradición a 1085 sin mayor fundamento. Teobaldo II, en su testamento de 1270, se refiere a la cofradía en estos términos: "...Item a la cofradía de los sessanta de Estella ceint et veinte sueldos de renda en el vidinaje de Estella; que tengan un capellán que cante cada día Misa en un día de Réquiem por nuestra alma, en el otro día de Santa María e de Sant Spíritus, cual más quisiere, por el buen estad del Rey... Otrossi dessamos a los avant dichos sessanta, quatro libras de renda, sobre el vidinaje de Estella a prender por la San Miguel, que den a vestir e calzar, cada año por la fiesta de Todos los Santos, a trece pobres por nuestra alma..." Según refiere Idoate en Rincones... [t. III, p. 374] en el año 1769 el Consejo Real prohibió a la real basílica de Ntra. Sra. del Puy pedir limosna por todo el reino, autorizándole hacerlo solamente en su comarca. Pero en el año 1806, ante un recurso elevado al respecto por la basílica, le fue concedida la licencia para pedir por todos los lugares donde acostumbraba antiguamente. San Martín. Se cita a esta iglesia en doc. de 1110 y 1141 (Bec. Ir., f. 52v-53r y f. 55) al que ya hemos hecho referencia al reseñar la historia de la villa. Se le cita a continuación en 1152, 1170 y 1181. En el año de 1172 Alejandro III papa toma al monasterio de Iratxe y a su abad Viviano bajo su protección y confirma las prerrogativas y posesiones de sus monjes, entre las que se menciona expresamente la iglesia de San Martín de Estella. Así consta en doc. que transcribe Yepes: Cronica general, t. III, escritura XXX, y en el extracto de un original desaparecido, que obra en el A. G. N. (Doc. Ir., núm. 82). San Miguel. En 1189 Pedro de Caonas y Pedro de Bazas compran al prior de la orden del Hospital de Jerusalén en Navarra dos casas que tenia dicha orden en la parroquia de San Miguel de Estella. Pero su jurisdicción perteneció, hasta 1174, a San Juan de la Peña que en dicho año convino con el obispo de Pamplona la cesión a favor del prelado de un cuarto del diezmo y la cura de almas amén de una procuración equivalente a una cena. San Nicolás. El barrio de San Nicolás aparece citado en doc. de 1163 ya mencionado y en otro de 1174. La parroquia en el Becerro de Iratxe (f. 120r, doc. de 1181) a cuyo monasterio perteneció hasta 1174 en que la cuarta parte de su diezmo pasa al obispo de Pamplona. San Pedro de la Rúa. Fue patrono de la misma el monasterio de San Juan de la Peña hasta el mismo siglo XIX. Posee la reliquia de San Andrés apóstol, patrón de la ciudad. Relat Idoate en Rincones... [t. III, p. 166] que los marqueses de Cortes poseían un palacio en Estella. Pertenecía también a los marqueses la capilla mayor de la parroquia de San Pedro. Esta capilla contaba con nueve capellanes, dos acólitos y un sacristán para su servicio; tenía una renta anual de 320 ducados (100 cobraba el capellán mayor, 8 los acólitos y 4 el sacristán). Recibía también el personal 350 robos de trigo, de los que 100 eran para el capellán mayor. Se consumían en la capilla 70 libras de cera y 14 docenas de aceite, cubriendo todos estos gastos las iglesias de Ucar y Elcarte, el priorato de Muruzábal y las tierras de San Miguel de Asarta, lugares todos ellos patrimonio de los marqueses de Cortes. Iglesia de San Pedro de Lizarra. Es la primera parroquia de Estella. Rocamador. Tuvo finalidad hospitalaria y parece haber pertenecido a los templarios. En el siglo XIX estaba anexa a la parroquia de San Pedro. La ermita de Ntra. Sra. de Rocamador obtuvo en el año 1769 licencia para pedir limosna en Estella y su merindad. Pero al año siguiente le fue limitada la licencia al término de Estella. Santo Sepulcro. Perteneció a San Juan de la Peña hasta 1174 en que la cuarta parte del diezmo pasa al obispo. Aparece citada en un doc. transaccional de 1183 (Doc. Ir., n.° 238) y en uno de 1135 de Comptos (caj. 1, n.° 20), sirvió, probablemente desde sus comienzos, de hospital de peregrinos. Todos los Santos. Fue donada en 1264 por el rey D. Teobaldo II a fray Pedro Miguel y fray Fortuño y a todos los frailes que vinieran a poblar dicha iglesia, para que erigieran un monasterio dedicado a Santo Domingo. (Comptos, caj. 3, n.° 23).

Conventos. Convento de San Agustín. Se hallaba cerca del barrio del Arenal y sus primeras noticas se remontan sólo hasta 1322, año en que un franco de Estella, Sancho Tomás, donó al grupo de agustinos varios terrenos y los nombró herederos universales para después de su muerte. Los nuevos aposentados tuvieron continuos conflictos con los monjes de San Juan de la Peña que veían en San Agustín una competencia de San Salvador del Arenal. El convento fue derribado por orden de Carlos II, por hallarse extramuros y peligrar en las guerras con Castilla. Un nuevo edificio fue levantado intramuros por autorización de la reina en 1369 donde estuvo hasta el siglo XIX en que fue destruido por ruinoso. A comienzos de este siglo tenía diez frailes. Convento de San Benito el Real. Parece ser que en 1270 consta como monasterio de Ntra. Sra. de Ortai: en el testamento de 1270, Teobaldo II dona a estas monjas "veinte sueldos por pitanza al día que celebren nuestro aniversario en el vidinaje de Estella...". Dependía de San Juan de la Peña hasta que éste renunció a él cediendo su jurisdicción al obispado de Pamplona el 12 de diciembre de 1615. En el año 1582 una novicia del convento de las Benitas de Estella huyó con un apuesto comediante, que pasaba por razones de trabajo por la ciudad. El alcalde, Gárriz, organizó la persecución de los huidos, siendo apresados en Echarri-Aranaz y conducidos de nuevo a Estella. Esta fue, tal vez, episodio de una relajación de costumbres que hicieron que fray Prudencio de Sandoval reformara y dotara al convento. A comienzos del siglo XIX había 28 monjas. Durante la primera carlistada el edificio sirvió de hospital de sangre siendo luego recuperado por las monjas. Monasterio de Santa Clara. Data de finales del siglo XIII. El obispo de Pamplona concedió, por doc. de 1292, 20 días de indulgencia a todos los que visitaran su iglesia en determinadas ocasiones. Diversos reyes, entre los cuales Carlos I y II lo protegieron y el príncipe de Viana llegó a otorgarle escudo a guisa de patronato real. A comienzos del siglo XIX vivían en él 31 monjas. Convento de San Domingo. Es el segundo convento de la Orden de Predicadores en Navarra. En 1264 el rey D. Teobaldo II donó la iglesia real de Todos Santos y la viña, enfrente al castillo de Estella, a Fr. Pedro Miguel y Fr. Fortuño, su hermano, y a todos los frailes que viniesen a poblar dicha iglesia, para que hiciesen un monasterio de Santo Domingo. En el testamento de 1270 D. Teobaldo dejó al convento 200 cahices de trigo, 100 coquas de vino y 20.000 sueldos. D.° Juana I donó al convento "unos caños reales y una torre que tenían cerca del monasterio, con el fin de que se hiciesen mejoras en la iglesia". Diversos magnates -Nuño González de Lara, Bernardo Montaner, Ramiro Gil de Los Arcos- y reyes de Navarra ayudaron espléndidamente al convento en los siglos siguientes. El 20 de diciembre de 1567 el convento fue desmembrado de la provincia eclesiástica de Aragón para ser agregado a la de Castilla. La primera supresión del convento tiene lugar el 27 de setiembre de 1809. Había 16 frailes. El inventario de sus bienes dio 12 casas en Estella, 10 fincas también en Estella, olivares, tierras y viñas en la misma ciudad, Bearin y Villafranca y 75 censos. Las joyas y objetos de liturgia desaparecieron durante la francesada salvo algunas piezas que se destinó a la parroquia de Cenoz. Restaurado el convento en 1814 hasta 1821 en que fueron nuevamente desalojados los monjes, la supresión definitiva tiene lugar en diciembre de 1839. Convento de San Francisco. En el testamento de 1270, Teobaldo II dejó a este convento "dos mil sueldos a la obra de la iglesia e cien sueldos para pitanza...". En esta iglesia debió ser enterrado el infortunado infante Teobaldo, hijo de Enrique I, que murió al caer desde lo alto del castillo. En el siglo XIX -en 1800 tenía 32 frailes- pasó a ser Ayuntamiento de la ciudad, se impartieron clases de humanidades en sus habitaciones, luego fue habilitado como fortín en la guerra carlista y, posteriormente, se demolió para establecer una escuela. Santa María de Salas (luego de la Merced). Monasterio femenino cisterciense. Dependió, desde 1266, del monasterio de Iranzu, año en que Teobaldo II toma bajo su protección a las monjas del convento so pena de su indignación. En su testamento de 1270 le deja "40 sueldos por pitanza... en el vidinaje de Estella e mil sueldos a la obra...". Tanto la cofradía de Santa María de Salas como la de los sesenta fueron disueltas en 1323 por orden real para evitar los continuos enfrentamientos entre cofrades de una y otra asociación. En doc. de 1245 consta que su primera denominación fue la de convento de San Lorenzo y que dependía del abad de Iranzu. En el año 1400 el convento fue extinguido por bula papal, debido a su relajación de costumbres, y entregado a los mercedarios. A comienzos de este siglo contaba con 31 frailes y fue convertido en un cuartel. Convento de Recoletas. Se inició su construcción en 1680 bajo órdenes de doña Paula de Aguirre y Gamarra, hija única de los estelleses Juan de Aguirre y Ana de Beroiz. Lo compuso una comunidad de monjas recoletas, que a comienzos del siglo XIX llegaban a 26.
Efemérides. Estella figura en la historia de la Iglesia católica navarra por ser en esta ciudad donde Teobaldo II y el obispo de Pamplona llegaron a un acuerdo -concordato de Estella- en el largo diferendo que había enfrentado al prelado con el padre del rey, Teobaldo I. El concordato se firmó el 6 de diciembre de 1255. El 4 de julio de 1357 se celebró en Estella un sínodo diocesano durante el pontificado de Miguel Sánchiz de Asiáin. Del 20 al 24 de setiembre de 1944 se celebra en la ciudad un Congreso Eucarístico regional.

La bibliografía más completa de todo lo publicado sobre Estella hasta 1960 puede hallarla el lector en el cuerpo C de esta enciclopedia, Eusko Bibliographia, t. III, pp. 211-216. Completando esta relación acotaremos, por nuestra parte, los siguientes títulos:

  • Idoate: Ordenanzas de Estella de 1544, "Rincones de H. de N.", t. III, p. 371; El compto de los recibidores de Estella y Sangüesa, p. 637; Cofradías y gremios de Estella, t. I, p. 196; El tributo al alcalde de Estella, t. II, p. 482; Estella y su comarca a principios de 1822, t. II, p. 140; Después de la demolición del castillo y fortaleza de Estella, t. III, p. 79; Una sedición en Estella en 1547, t. I, p. 222; Estella y la Guerra de la Independencia, t. III, p. 313; Entrada de los realistas en Tudela y Estella, t. II, p. 168; Estella frente a la Diputación, t. II, p. 72;
  • Lacarra, J. M.: Fueros derivados de Jaca. Estella-San Sebastián, Dip. For. Nav., 1969, 364 p.; Las corridas de toros en Estella, "P. de V.", 1942, VII, P p. 361; Peregrinaciones a Santiago, Madrid, 1949, t. II.
  • Pflug: El diapiro de Estella, "Munibe" 1973, núms. 2-4, pp. 171-202;
  • Estornés Zubizarreta, Idoia: Elecciones y partidos políticos en Euskadi. Elecciones legislativas (en preparación);.
  • Goñi Gaztambide: El estudio de gramática de Estella en la segunda mitad del siglo XVI, "P. de V.", 1946, XXV, p. 767; Historia del estudio de Estella, "P. de V.", 1964, núms. 94-95, p. 9; Historia del convento de Santo Domingo de Estella, "P. de V.", 1961, núms. 82-83, p. 11;
  • Zorrilla y Echeverría: Memoria descriptiva e histórica de la imagen y santuario de Ntra. Sra. del Puy de Estella, 1951, 101 pp;
  • Bielza de Ory, Vicente: Estella, estudio geográfco de una pequeña ciudad navarra, "P. de V.", núms. 110-111, pp. 53-115; "D. G. H. R. A. de la Historia", art. ESTELLA;
  • Altadill: Castillos medievales de Navarra, Zabalkundea n ° 8, pp. 52-70; art. ESTELLA en la "G. G. PVN.", t. II;
  • I. N. E.: Reseña estadística provincial. Navarra, 1974;
  • Dip. Foral de Navarra: Distribución de la población activa de Navarra por municipios, edades, sexos y sectores económicos y Distribución de la población activa de Navarra por municipios, sexos y actividades, 1977: .
  • Yanguas y Miranda: art. ESTELLA del "Dicc. de Ant. de Navarra";
  • Odriozola: Libros, "P. de V.", 1940, pp. 155-163 .
  • Lezaun y Andía, Baltasar: Memorias históricas de la ciudad de Estella, compuestas y dedicadas a la misma ciudad>, 1710, historia manuscrita de Estella;.
  • Eguía y Beaumont, Francisco de: Estella cautiva o historia de la ciudad de Estella, manuscrito inédito de 1644; un amplio repertorio de tempranas citas documentales puede hallarse en el Becerro de Iratxe del A. G. de Navarra y Libro gótico de San Juan de la Peña de la Fac. de Derecho de la Universidad de Zaragoza.
  • Una descripción de la asamblea de Estella de 1931 en Aguirre: Entre la libertad y la revolución, 1935, pp. 67-68;
  • Iribarren, Sebastián: Apuntes sobre la historia antigua de Estella, 1912, Sevilla, 343 pp.

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA

Merindad de Estella. Territorio. La comarca estellesa comienza a ser consignada como un conjunto en el siglo XII recibiendo la denominación de "Tierras de Estella". Su aglutinamiento y estructuración como unidad se debería, principalmente, a su función de área comercial creada alrededor de la ciudad de Lizarra. Con el renacimiento comercial comienzan a soldarse lazos de vecindad que desembocarán en la constitución de la unidad administrativo judicial merindad que se halla ya documentada como tal en el segundo tercio del siglo XIII. En el reinado de Teobaldo II hallamos ya a la cabeza de la demarcación a un merino único denominado merino mayor. Bielza Ory, autor de un completo estudio geográfico, "Tierra Estella", remonta la primera noticia sobre los límites de la merindad al año 1280. "Por el Norte llegaba hasta la sierra de Urbasa y Andía, ya la Barranca pertenecía a la merindad de Pamplona. Por el Este rebasaba el río Arga, comprendiendo Puente la Reina que tenía una pequeña demarcación propia, hasta Tiebas, que separaba nuestra merindad de la de Sangüesa. El límite suroriental estaba constituido por los municipios de Larraga, Allo y Mendavia. Miranda de Arga, Lerín y Sesma pertenecían ya a la merindad de Tudela. Desde Mendavia el límite meridional era el río Ebro hasta San Vicente de la Sonsierra ya en las actuales tierras alavesas. Las sierras de Cantabria, Codés y Lóquiz servían al mismo tiempo de limite occidental de la merindad y de frontera del reino. Los límites orientales a finales del siglo XIII retroceden al Arga y por el Sureste avanzan hasta el mismo río en detrimento de la merindad de Tudela." En el siglo XIV la merindad de Estella consta de las siguientes localidades y valles:
Valles. Yerri, Cinco Villas y Guesalaz, Mañeru, Santesteban, la Solana, Lana, Allin, Berrueza, Ega, Amescoa y Arana.
La Ribera estellesa. Oteiza, Villatuerta, Berbinzana, Larraga, Miranda, San Adrián, Lodosa, Cárcar, Mendavia, Lazagurria, El Busto, Sesma y Lerín.
Villas. Los Arcos, Bernedo, Laguardia, San Vicente y Viana.
Respecto a la cristalización de los límites definitivos dice Bielza: "En el año 1407, al crearse la merindad de Olite, mediante la unión de trozos de las cuatro merindades subpirenáicas, la de Estella perdió, definitivamente, la ribera del Arga y su nuevo límite oriental es desde entonces el interfluvio Ega-Arga. En el otro extremo la guerra de 1428- 1429, entre Juan II de Navarra y Juan II de Castilla, trajo como consecuencia la pérdida de las tierras suroccidentales de la merindad -San Vicente de la Sonsierra y Laguardia- con lo que si bien los límites por este lado dejaron de ser naturales, la merindad quedó más homogéneamente distribuida en torno a su capital". Los límites definitivos de la merindad eran en el siglo XIX: al N. las Sierras de Urbasa y Andia y merindad de Pamplona, al E. la misma merindad de la que le separa el Arga hasta Mendigorría, la merindad de Olite y la de Tudela, al S. la Rioja separada por el Ebro y al O. la provincia de Alava.
En el estudio realizado por J. Arraiza Frauca sobre el libro de Fuegos de 1427 ("P. de V.", 1968) los 3.981 vecinos son distribuidos como sigue: Moradores 2.629 Hijos (que viven con sus padres) 387 Hidalgos 339 Impotentes (pobres no vecinos) 281 Clérigos 261 Peguillareros (labrador o pastor pobre) 84
Las cuentas de la Merindad de Estella en 1370. En 1370, hace seis siglos, avanzado ya el Medievo, era recibidor de Estella un tal Guillem de Rosas, que nos ofrece en su compro un cuadro completo de las rentas a recaudar en la entonces villa y su merindad, lo que hoy llamaríamos contribuciones e impuestos. Se abren estas cuentas con los valles: Deyerri (no Yerry, como decimos hoy), "Cinco Villas" (de Val de Goñi), Mañeru (entonces Mayneru), La Solana, Sant Esteban (San Esteban), Amescoa, Harana (Arana), Berrueca o Berrueza y Ayllin (Allin). Siguen las villas de Larraga, Andión, Berbinzana, Miranda, Falces, Peralta, Funes, Peynnalén (Peñalén), Miraglo o Milagro, Azagra, San Adrián, Andosieylla o Andosilla, Carcuar (Cárcar), Lerín, Lodosa, Mendavia, Viana, Esquidi, Sant Vicent (hoy San Vicente de la Sonsierra), Lagoardia (Laguardia), Cripán, Asa, Labraza, La Población, Bernedo, Uxanavilla (Genevilla), Aguilar, Torralba, Espronceda, Fazuelo (Azuelo), Eztuyniga (Zúñiga), Los Arcuos (Los Arcos), Busto, Sesma, Surruslada (Sorlada) y Torres. Aparece intercalado el valle de Lana. Un examen superficial nos presenta una serie de realidades que vamos a señalar muy someramente. En primer lugar, la grafía de los topónimos, algo distintos en bastantes casos a los de hoy, que hemos señalado en su lugar. Así, comprobamos que Yerri se decía entonces Deyerri, y Ayllín, Allín, por poner algunos ejemplos.Observamos modificaciones aún más importantes, como en el caso de Surruslada, Uxanavilla y Fazuelo, que normalmente debiera haber conservado la "h" en su evolución fonética. Otra cosa que llama la atención es la denominación de Cinco Villas al actual Val de Goñi y la presencia de Val de Arana, que entonces integraba las villas de Eulate, Aranarach (Aranarache) y Larrahona. Hay que señalar también el entrante que hacía entonces nuestra frontera por aquí, incluyendo lugares pertenecientes a Castilla en el día. Se trata principalmente, de Laguardia (con sus aldeas, una de ellas Cripán), que se perdiera dentro del siglo XV, tras la embestida de Castilla en 1429. Peynnalén o Peñalén estaba prácticamente despoblado para estas fechas y su nombre va asociado a una tragedia de la familia real, tiempo atrás bien conocida. Advertimos, asimismo, que formaban parte de la merindad de Estella, villas poderosas, que en 1407 pasarían a formar parte de la merindad de Olite, creada por Carlos III. Veamos ahora la contribución de los valles a las arcas reales. En primer lugar, los pueblos pagaban su pecha en dinero y en especie, una cantidad fija, que sólo de vez en cuando se modificaba si surgía algún motivo importante, como la despoblación. A veces, estas pechas las donaba el rey a algún particular. Así las de la villa de Riezu (en Val de Deyerri) fueron dadas en feudo a D. Beltrán Bélaz de Guevara, junto con la jurisdicción, a la vez que las de Etayo y Ocuo (hoy Oco). Otro ingreso del recibidor era en este y otros valles, el del bailío. Las rentas totales de Deyerri sumaban cerca de 50 libras, el valor aproximado de unas 500 gallinas, para que podamos entenderlo mejor. El valle estaba formado por Lezaun, Arizaleta, Murugarren, Murieyllo o Murillo (cerca Estella), Ayzcuona o Azcona, Irurzun o Irurzun, Munisin, Aylloz o Alloz, Lacarr o Lacar, y Rietzu o Riezu. Buen campo éste de la grafía de los topónimos para los filólogos. En Val de Mayneru o Mañeru encontramos varios lugares, que pasaron luego a la categoría de desolados como Aniz (queda el de Baztán), Saracoiz, y casa de Bargota. En La Solana desfilan por las cuentas los lugares o villas de Baygorri, Dicastieyllo o Dicastillo, Arróniz, Ayllo o Allo, Areyllano o Arellano, Oteiza, Villatuerta, Legardeta, Casa de Ordoiz y Zarapuz. Baigorri (que pasaría después a desolado y más tarde a poder de los condestables) pagaba 40 libras de pecha, lo mismo que Dicastillo y Arróniz. Las rentas de Allo habían sido otorgadas al rico hombre D. Johan Ramírez de Arellano, a perpetuo. En esta donación se incluían las casas y heredades de D. Juce de Calahorra, que había muerto sin dejar heredero. En Oteiza tuvo heredades el famoso García Almoravid, caballero desnaturalizado de Navarra, a raíz de la famosa Guerra de la Navarrería en 1276. En cuanto a la casa de Ordoiz, había sido dada a D. Rubert, obispo de Calahorra, y contaba al parecer con su cava o foso y muchas propiedades. En el término de Noveleta tenían piezas los cofrades de San Blas de Pamplona, así como un molino, ya destruido, cuya piedra sirvió para la muralla del castillo de Belmerchet. En fin, sobra materia y falta espacio, por lo que debemos renunciar a un estudio más minucioso de las cuentas del recibidor. Además de la pecha de dinero, los pueblos pagan otra en especie, consistente en trigo, ordio o cebada, avena, gallinas y vino, según sus obligaciones. Labeaga entregaba una pecha curiosa llamada "ostadias", que ya mencionan Yanguas y otros autores, aunque referida a Etayo y Olejoa. En Villamayor, el recibidor recibía dinero y gallinas del herbago de la Dehesa del Monte (cerca del castillo de Monjardín). La pecha llamaba "ostadias" de Etayo y Olejoa (Olessissoa), consistía en dos "mietros" de vino ("mietros" se escribe aquí); también daban estos lugares dos carneros. Un pueblo desaparecido en este valle es Cugüillo. La variedad de pechas y de modalidades en su pago, se manifiesta una vez más en Val de Arana. Así en Eulate había pecheros "entegros" o íntegros (los que tenían un yugo de bestias), "medios" pecheros (los que tenían una sola bestia) y pecheros "cuartos" (los que no tenían bestias ni heredades), que pagaban, naturalmente, conforme a su categoría. En algunos lugares, como Asarta, Acedo y Villamera, se conviene en pagar en dinero lo que antes se daba en dinero y en especie, concretamente gallinas y la llamada "vaca del rey". En algunos pueblos del curso del Arga, encontramos un nuevo derecho real, el de las "pesqueras", como ocurre en Larraga y Miranda. Otros que se cobran en estas y otras populosas villas son la llamada "lezta", la escribanía del sello del rey, hornos, molinos, etc., que generalmente se arrendaban, lo mismo que casas y heredades particulares de los reyes, aquí y allá. La escribanía de los judíos, cuya presencia se advierte en muchos puntos, daba también lo suyo, aunque a veces nadie tomaba su arriendo, el sistema habitual de la época para aligerar la administración. En Peñalén, aparece junto a la "lezta", lo que se llama "seynnales del rey", que pagaban con los de Funes. En los puntos fronterizos como Azagra y San Adrián (con Resa), hay lo que se llama "puertos", donde se paga el peaje. Pasemos ahora a los lugares que pagaban la llamada "fosadera" o fonsadera (contribución para fortificaciones). Son Mendavia, Viana, Esquidi, San Vicente, Lagoardia o Laguardia, Cripán, Asa, Labraza, La Población, Bernedo, Uxanavilla (Genevilla), Aguilar, Torralba, Espronceda, Fazuelo (Azuelo), Zúñiga, Los Arcos, Sesma, Surruslada o Sorlada y Torres. Unos lugares pagaban por enero y otros por Pascua de Pentecostés, San Martín o San Miguel, por Pascua sobre todo. En el caso de Esquidi, pagaban este tributo para que el rey les mantuviera sus fueros, librándoles de toda violencia. Laguardia daba 12 dineros por cada una de sus casas (con dimensiones de 12 x 4 estados), lo mismo que sus aldeas. Aparte, pagaban estos pueblos otros tributos y censos. Otro capítulo de ingresos lo constituyen los bienes de los llamados "banidos" , que por delito de lesa majestad generalmente, se ausentaban o sufrían la pena capital. Figura aquí a Gonzalvo Ibaynes de Baztán, que tenía posesiones en Bidaurre, Muez, Salinas de Oro, Lezaun, Galdiano, Allo, Mendaza, Otiñano, Cábrega, Piedramillera, Mues, Arellano, San Cristóbal de la Berrueza, Asarta y Los Arcos. Otros "banidos" son el conocido D. García Almoravit, D. Adam Gonzalviz de Andosieilla y Miguel Périz de Uxié. Hay que agregar que los bienes de los 19 labradores de Falces, "jurgados et banidos por la apensada trayción fecha al seynnor infant don Loys". Este episodio ocurrió en 1361 y costó caro a los falcesinos. Suma el total de los ingresos de la merindad en dinero, 2.112 libras. A su vez, el recibidor hubo de pagar ciertos gastos por diversos conceptos; alcaides de castillos, capellanías reales, donos del rey y algún salario. En la merindad había entonces los castillos de Toloyno, Asa, Labraza, Oro, Falces, Cárcar, Peralta, Artaxo o Artajo, Viana (Torre de), Toro, Laguardia, Marañón, Miraglo o Milagro, Montjardin o Monjardin, Lerin, Ferrera, Funes, Los Arcos, Miranda, Belmerches y Zalatambor (en Estella), Larraga, Mendavia (Torre), Punicastro, San Vicente, Buradón, San Adrián y Lodosa, así como las cuevas de Cárcar o Cárcuar, Lana, Andosilla, Resa y Azagra, que constituían la defensa de estos lugares y contaban con su alcaide, que cobraba su "retenencia" o sueldo en dinero y en especie. El "compto" del recibidor anota a continuación las pechas en especie, siguiendo el mismo orden. En La Solana, Villatuerta, por ejemplo, entrega en principio 80 cahices de trigo, más 62 robos de trigo por "torta" y "carapito"; las heredades y diezmas del antiguo monasterio de San Miguel habían sido traspasadas al cabildo de Pamplona. Encontramos que los labradores de San Adrián habían sido liberados de la pecha durante dos años, con motivo del incendio que debió destruir la villa con el llamado "corteio", lo que provocó cierta despoblación, tratando Carlos II de hacerles volver. Hay también entregas de ordio y avena, de cuya pecha habían sido liberados en gran parte los de Baigorri. Asimismo pagaba la entonces villa de Resa en Val de Resa, Lizagorría (es el actual Lazagurria). Señalamos de vez en cuando estas particularidades lingüísticas por estimarlas de interés.
El gobierno de la merindad.

El merino mayor. A la cabeza de la merindad se halla el merino mayor que poseyó una jurisdicción amplia en la demarcación merindal, destacando su función judicial. El título de merino -dice Iribarren- "desde tiempos bastante antiguos, se redujo a un título de honor". Esta no es la única evolución del cargo; datado documentalmente desde 1135, desde esta época hasta el primer tercio del siglo XIII, el cometido era amplio abarcando una extensa serie de atribuciones. Del año 1097, reinando Pedro Sánchez aparece un documento, el cual subscribe como merino de Estella, D. García López; desde esta fecha, todas las escrituras hacen mención del merino de Estella. En el 1237, era merino D. Gonzalo de Morentín; en 1272, D. Miguel Pérez de Legaria; sucediéndole D. García Ochoa, etc. Garibai detalla, en su libro 24, los nombres de las veinticinco villas y ciento seis lugares que comprendía la merindad de Estella, cuyos nombres y número, variados en muy poco, se conservan actualmente. Todos reconocían superioridad en los actos de justicia, juramento de los reyes, alcar o afinar los pesos y medidas; a Estella debían acudir para todos los actos del servicio real. Tenían algunos privilegios especiales en ciertos casos los pueblos de los valles de Lana, Améscoa, Lazagurría, Aras, Bargota, Ariz, Población, Marañón, Otiñano. Según refiere Idoate en Rincones... [t. III, pp. 542- 544] el 27 de enero de 1635 el merino de Estella, D José de Echábarri y Rácax, se presentó en Aguilar de Codés para llevar a cabo el alistamiento de la gente de armas, provisto de una orden del virrey, pues España acababa de entrar en la Guerra de los Treinta Años. Pero el alcalde de Aguilar, D. Juan de Antoñana, le hizo saber que Aguilar gozaba de privilegios que le eximían de la autoridad del merino, Los ánimos se exacerbaron y el merino y su escribano hubieron de refugiarse en la posada, de donde fueron sacados por la encolerizada gente de Aguilar y encerrados por el alguacil. Por la noche del mismo día y al amparo de las tinieblas, el merino y su acompañante huyeron y se refugiaron en el santuario de Ntra. Sra. de Codés.

Preboste. Desempeña funciones de carácter ejecutivo en representación real.

Baile. El peso administrativo y de ejecución de la justicia recae sobre el baile, cargo que se duplica al existir también un baile de los judíos.

Alcalde de mercado. Estella ejercía jurisdicción civil y criminal, que se llamaba de mercado, por medio de sus alcaldes; al principio todas las villas y aldeas que citaremos en el apéndice, estaban sujetas a Estella; con el tiempo, y como recompensa a los méritos especiales, fueron eximiéndose algunas de ellas.

Clavero. Es un agente subalterno del recibidor -cobrador de impuestos- de la merindad que funciona en las localidades importantes de la merindad, e incluso en la misma ciudad de Estella en la que encontramos un clavero para el mercado viejo que percibe los tributos de algunas localidades y valles de la merindad.

Senescal. Funcionario a cargo del castillo de la ciudad de Estella, a veces también de comunidad judía.

La principal referencia bibliográfica sobre la merindad es el estudio de Vicente Bielza de Ory: Tierra Estella. Estudio geográfico, Institución "Príncipe de Viana", Pamplona, 1972, 358 pp. Los restantes trabajos tratan de modo tangencial sobre el tema.

Ainhoa AROZAMENA AYALA

Partido judicial. Comprende los siguientes municipios: Abáigar, Abárzuza, Aberin, Aguilar de Codés, Allin, Allo, Améscoa Baja, Ancín, Andosilla, Aranarache, Aras, Los Arcos, Arellano, Armañanzas, Artazu, Arróniz, Ayegui, Azagra, Azuelo, Barbarin, Bargota, El Busto, Cabredo, Cárcar, Cirauqui, Desojo, Dicastillo, Espronceda, Estella, Etayo, Eulate, Genevilla, Goñi, Guesalaz, Guirguillano, Iguzquiza, Lana, La Población, Larraona, Lazagurría, Legaria, Lerin, Lezaun, Lodosa, Luquin, Mañeru, Marañón, Mendavia, Mendaza, Metauten, Mirafuentes, Morentín, Mués, Murieta, Nazar, Oco, Olejua, Oteiza, Piedramillera, Salinas de Oro, San Adrián, Sansol, Sartaguda, Sesma, Sorlada, Torralba del Rio, Torres del Río, Viana, Villamayor de Monjardín, Villatuerta, Yerri, Zúñiga.