Topónimos

Estados Unidos de América. Idaho

Oportunidades económicas para emigrantes vascos

En los años 1930-1950, Idaho tuvo dos millones de ovejas. Hoy solamente hay unos 200.000. Los más importantes del negocio del ganado lanar se cambiaron al ganado vacuno y los ganados lanares más pequeños se quedaron fuera del negocio, muchos en situación de quebrados. Todavía queda el negocio del ganado lanar a lo largo de la planicie del Río Víbora (Snake River). La imagen del emigrante vasco que fue al oeste americano y se hizo rico fácilmente y rápidamente es erróneo. El ovejero como símbolo de la etnicidad vasca es un factor en la identidad vasca a lo largo de los Estados Unidos (EEUU). Símbolo que es perpetuado por vascos así como también por no vascos. A pesar de que hoy en día, muy pocas familias vascas continúan en el negocio ovejero, el símbolo del histórico vasco como pastor persiste como parte esencial de la identidad étnica de los vascos.

La cría de rebaños tanto en Euskal Herria como, particularmente en Idaho no ha cambiado excesivamente durante el pasado siglo. Las técnicas empleadas en la industria ovina tuvieron que adaptarse a las diferentes condiciones geográficas, atmosféricas y de disponibilidad de pastos en las diversas regiones de los EEUU. Originalmente el Servicio Forestal de los EEUU regulaba los derechos a pastos en las tierras publicas. En un principio dichas regulaciones eran prácticamente inexistentes pero tras la sobre explotación de los pastizales por parte del ganado ovino y vacuno dichas regulaciones fueron progresivamente introducidas. A su vez se percibía como causantes de dicha sobre explotación a los ovejeros vascos, ansiosos por hacer dinero rápidamente para regresar al País Vasco. Estas criticas se endurecieron en la década de 1930, donde se dieron épocas de severas sequías. Con el apoyo de los productores de ganado vacuno, el Congreso de los EEUU aprobó en 1934, el Acta de Pastizales Taylor (Taylor Grazing Act) la cual estableció la obligación de un pago de cuotas por el uso de aquellos pastos públicos utilizados por ovejeros trashumantes, mientras que el resto de pastos pasaron a control federal. Rancheros locales que no poseían tierras se encargaron de establecer los lotes de tierras destinados a rebaños de ovejas. Estas medidas supusieron el cierre de muchos itinerarios al pastoreo trashumante. A su vez obstaculizaron el establecimiento de muchos pastores vascos como dueños de rebaños debido a la escasez de pastos y a las excesivas cuotas. Aunque esto no supuso el fin del pastoreo vasco, fue uno de los factores añadidos, que junto a la Gran Depresión económica y la competición de la importación de ovejas de Argentina y Australia, causaron la caída del negocio ovino en el oeste americano.

La producción itinerante del ganado ovino significaba trasladar el ganado a lugares de abundancia de agua y pastos. El pasto y agua en Idaho se encuentra en abundancia en zonas de alta montaña, trasladando los rebaños a los valles a la caída de las primeras nieves. Cuando ven lo blanco de la nieve, las ovejas no conocen que la yerba se queda debajo y simplemente no intentan apacentar donde hay nieve y siguen buscando alimentación.

La experiencia de muchos vascos que se dedicaron al pastoreo en Idaho, era mas bien escasa, aunque esta hubiera sido casi nula si pensamos que los rebaños en el oeste americano consistían en miles de cabezas de ganado, en claro contraste con las del País Vasco que consistían en una media de 15 a 20 animales y era una producción no trashumante. En los EEUU la cantidad media de ovejas que forma un rebaño es de unas 2.000 a 3.000, lo que significa que los pastores han de trasladar los rebaños durante días en busca de pastos y agua. Normalmente un solo pastor vasco, quien comenzaba en este trabajo en edad adolescente, se encargaba de uno de estos rebaños. Entre los mayores problemas que estos pastores tenían que afrontar estaba la soledad, frustración, miedo a lo desconocido y a los encuentros con los vaqueros, hostiles a los ovejeros. Durante décadas los pastores vascos se incorporaron al mercado laboral tras contactar con la asociación Western Range la cual otorgaba permisos de trabajo con un contrato de cinco años (que disminuyó a tres con el paso del tiempo). Algunos pastores vascos que no eran emigrantes legales se encontraban en una situación de inseguridad laboral, de constante explotación y abuso por parte de sus jefes. Muchos de estos como Sebastian Salutregui, Pete Barinaga, Teles Hormaechea, Epifanio Aguirre y Saturnino Lanbarri atestiguan tales practicas durante sus años como pastores. Otros pastores como José Mari Artiach enviaban regulares sumas de dinero a sus hogares y familiares en el País Vasco.

También hay grandes historias de éxitos económicos entre aquellos vascos que se dedicaron a la industria ovina, entre estos cabe destacar; Juan (John) Achabal y su esposa Benedicta "Bene" Aldecoa Urrusuno, J.D. Aldecoa and Sons, Totorica Sheep Company, Wood Creek Sheep Company, Aguirre and Sons, Bruneau Sheep Company, Bengochea Sheep Company, y Anchustegui. A su vez encontramos con un numero importante de vascos que tras haber ahorrado suficiente dinero salieron del negocio ovino.

En el negocio de explotación ovejera, las ovejas eran lucrativas durante un periodo de ocho años, con una gestación aproximada de cuatro meses y medio. El trabajo relacionado con la cría de corderos era considerado duro y estresante debido a los muchos problemas que surgían derivados del nacimiento y cuidado posterior de los corderos. Los beneficios se extraían de la venta de carne y lana, así fundamentalmente los pastores se dedicaron a unas razas de ovejas determinadas como por ejemplo, la "Hampshire" cuya carne aunque de calidad era excesivamente débil para las duras condiciones de Idaho, "Suffolk", "Ramblet" o "Merino" cuya lana era apreciada enormemente. En las décadas de 1920 y 1930, Chicago albergaba los mejores mataderos, pero tras la mejora en el transporte por ferrocarril el ganado fue llevado a los mataderos de Denver, Colorado. Anteriormente a la década de 1930 los rebaños eran llevados a las mismas estaciones de ferrocarril, durante y tras la de 1940, se transportaban en camiones hasta las propias estaciones. Mountain Home, en Idaho fue uno de los mercados de ganado más importantes en el oeste americano, el cual era enviado a los mataderos de Chicago, Omaha, y Nebraska según comentaban los hermanos Segundo, Urbano, Leandro y Teodoro Totoricagüena quienes acompañaban a su padre José en el transporte de ganado por tren en Mountain Home y Nampa a Green River, en Wyoming.

La soledad era combatida por lo menos una vez en semana durante una hora los domingos por la noche, por Espe Alegria, conocida como "la voz de los vascos", quien tenía un programa de radio en Euskara llamado "The Basque Program" en la emisora KGEM (anteriormente KBOI) que se dedicaba a difundir noticias locales y del País Vasco, predicciones del tiempo para los pastores, y música tradicional vasca. Alegria trabajó en este programa desde 1954 a 1982 quien fue reemplazado por Iñaki Eiguren.

La contribución de la industria ovina y particularmente de los ovejeros vascos a la economía del estado de Idaho no ha sido olvidada. Hoy en día los valores de honestidad, responsabilidad, confianza, seriedad que caracterizaron a estos pioneros vascos continúan asociándose a la comunidad vasca del oeste americano.

A principios de 1900, muchos vascos que primeramente trabajaron en el negocio ovino, encontraron empleo en la compañía maderera Boise-Payette Lumber Company (posteriormente conocida como Boise-Cascade). En 1906 se fundó una pequeña ciudad llamada Barber Town para los empleados de dicha empresa y sus familias. La ciudad consistía en unos 110 hogares con una población de 700 habitantes. Durante las décadas de 1920 y 1930, las familias vascas representaban un 20% del total de la población de la ciudad. Una de esas familias que residieron en esa ciudad fue la de Anastasio Arrizabalaga, su hijo Luis recuerda como a excepción del colegio de Barber, el resto de las relaciones entre la comunidad vasca se realizaban en Euskara. Normalmente, los vascos de Barber se reunían regularmente y celebraban picnics y salidas al monte como si de una gigantesca familia se tratase. En 1935, la compañía maderera cerró y se trasladó a la localidad de Emmett, Idaho. La ciudad entera fue desmontada y muchos se trasladaron a Emmett. Luis comenta como en Emmett volvieron a formar una comunidad vasca con las familias vascas que ya residían en la ciudad, tales como los Basabe, Bicandi, y Galdos.

Cientos de vascos y vascas encontraron trabajo como granjeros o ganaderos, muchos otros realizaron diversos tipos de trabajo. Es necesario apuntar que las mujeres trabajaron tanto fuera como dentro de la casa. De esta forma los hermanos Juan, José, y Domingo "Txomin" Uberuaga de Arbazegui-Munitibar, Bizkaia que llegaron a los EEUU a principios del siglo veinte, trabajaron durante algun tiempo como ovejeros, pero pronto encontraron otros trabajos. Juan se casó con Juana Arriola en 1910 y tuvieron diez hijos, y realizó trabajo en la cantera de piedra arenisca, Table Rock, y en el almacén y gasolinera McGuffin's Feed and Fuel, y más tarde en el capitolio del estado State Capitol Building, mientras regentaron una pensión durante años. José se casó con Hermenegilda Bernedo en 1913, trabajando en el hotel Star hasta que abrieron la pensión Uberuaga. A su vez José trabajó en la construcción de los edificios State Capitol, Boise High School y Marina Pool Hall, y en la represa de Arrow Rock.

Vascos trabajaron en la construcción de diversos tipos de infraestructuras en el oeste americano. Así por ejemplo el abuelo de Julián y Juan Hormaechea trabajó en los ferrocarriles de California y Nevada a finales de 1800 mientras que José Mari Aspiri, Hilario Larrondo, y José Maruri Urquidi que llegó en 1913 de Murelaga, Bizkaia, trabajaron en la represa Arrow Rock. Las nietas de Aspiri, Angeles Aldape Murelaga y Teresa Aldape Arriola recuerdan como su padre hizo tres viajes a los EEUU y en todos ellos encontró empleo en la construcción de la represa como dinamitero. Nicasio Beristain también trabajó en una represa, en esta ocasión en la represa de Lucky Peak. Joaquin Rementeria quien llegó en la década de 1930 de Narvaniz, Bizkaia, trabajó primero como leñador y posteriormente en diversas represas y plantas de energía eléctrica en Shosone Falls, Swan Falls y también en California.

Alejo Martinez de Alegria, padre de Henry y Felix Alegria, vivió con Ben Goicoechea en una de las dos casas de la cantera Table Rock. Alejo trabajó en la cantera entre 1908 y 1913 con Hilario "Chico" Urresti, Manuel Eregoiti, Juan Uberuaga, José Iriondo, Pedro Lejardi, Hipólito Zabala, Valentin Bidasolo, José Garate, Lee Mitchel Arrieta, Evalisto Celaya e Ignacio Alegria quien trabajó hasta 1934. Iriondo y Bidasolo fallecieron en un accidente en la cantera. La cantera fue cerrada en 1940. Otros vascos encontraron trabajo en las minas Silver Star cerca de Ketchum en la década de 1950, en las de Delamar y Mullen. Las duras condiciones de trabajo y la peligrosidad de las minas no atrajeron a muchos vascos.

Pilar Goiri de Elantxobe, Bizkaia trabajó en la pensión de su hermana hasta que contrajo matrimonio y se ocupó de los trabajadores que como su marido se dedicaban a la explotación forestal. Otras mujeres se dedicaron a labores relacionadas con la producción agrícola y ganadera. Felipe Aldape y Maria Josefa Aspiri Aldape tuvieron una empresa láctea en Rose Hill. Más tarde en Meridian Maria Josefa se dedicó a la cría de pavos. Por su parte Mary Larrondo y Adelia Garro Simplot trabajaron en las empresas lácteas de sus familias, mientras que Adelia también ayudaba a limpiar la barbería de su padre.

Otros vascos trabajaron atendiendo bares, salas de billares, tiendas de alimentación, pensiones, y como camareros, cocineros, conductores, transportistas, interpretes, dueños de negocios y profesores entre otros variados oficios. A su vez muchos vascos encontraron empleo en la cervecería Boise Bohemian Brewery (conocida como Boise Best Beer, BBB). Hubo unas cuantas barberías vas

cas como las de "Zapatero" Aguirre, Ed Garro, Garechana, Vicente Echeverria, Louie Echevarria y Juanita Uberuaga Hormaechea. La familia Garate era dueña de una compañía de taxis situada en el hotel Idanha. Mujeres vascas como Boni Letamendia, Isabel Larrondo Jausoro trabajaron como oficinistas e interpretes de Euskara en las tiendas C.C. Andersons, Newberry's y Cash Bazaar Department. La compañía Guisasola Trucking se especializó en el transporte de corderos. A su vez otros vascos como John Urquidi se dedicaron al transporte de agua, avena, y heno. José Mari Artiach y Joe Larrea aprendieron a conducir camiones de dos y tres remolques, y en 1973 Artiach fundó su propio negocio de transporte. Hoy en día muchos vascos continúan en el negocio transportista. Otros muchos como Louie Echevarria, Julian Achabal, Dorothy Bicandi Aldecoa y Pilar Ansotegui realizaron el servicio militar. Estas dos últimas recibieron formación como enfermeras. Numerosos vascos de segunda y tercera generación como Pablo Aramburu, Mari Antonia Arana Bicandi, Julio Bilbao, David Lachiondo, Ted Totorica, Liz Lejardi Coleman y Teresa Lejardi llegaron a ser educadores, consultores, y administradores en el sistema educativo. Blas Telleria, Presidente de la Asociación de la Educación de Boise (1995-2003) afirmaba como muchos padres vascos fomentaban la educación de sus hijos e intentaron todo lo posible para que sus hijos consiguiesen una buena educación.